La mejor parte del día para UmJi –claro, luego de cuando YuNa llega a casa– resulta ser la hora previa a dormir y lo mencionado con anterioridad se debe a que, como ocurre habitualmente, se encuentra recostada de forma muy cómoda junto a su dueña en su cama mientras ésta acaricia suavemente su cabeza a la par que se encuentra leyendo un libro.
"Soy tan feliz..."
La minina no puede evitar ronronear satisfecha cuando YuNa baja un poco su mano hasta acariciar la parte trasera de una de sus orejas.
Sí, sin duda su dueña sabe lo que le gusta.
— Eres tan tierna —la joven comenta esbozando una sonrisa cuando aparta su vista del libro y se topa con la imagen de su mascota con sus pequeños ojos cerrados.— ¿Quieres que te acaricie más?
"¡Por supuesto!"
Y así UmJi continúa ronroneando unos minutos más mientras su dueña se mantiene dándole cálidas muestras de afecto. Esto, junto a la leche tibia que han tomado antes de dirigirse a la habitación, ciertamente son una combinación perfecta para que la felina rápidamente comience a sentirse somnolienta.
— ¿Ya quieres dormir, pequeña? —YuNa cuestiona cesando sus caricias y observándola con atención.
Pero la gatita disfruta mucho del afecto que su dueña le entrega, por lo que los deseos de dormir quedan en segundo plano cuando abandona su cómoda posición y se levanta para acercarse aún más a la chica, siendo así que con cuidado aparta el libro que ésta mantiene sobre su abdomen, haciendo sin querer que se deslice hasta caer al piso, para entonces tomar lugar sobre su dueña, quedándose viéndola con sus brillantes ojitos mientras le ruega por un poco más de su cariño.
Al verla de aquella forma, YuNa simplemente no puede aguantarse y termina abrazándola con fuerza.— Sí, definitivamente eres la cosita más tierna de este mundo —exclama mientras la toma entre sus manos frotando su frente contra la cabeza de la minina, quien más feliz que ahora no puede estar.
"Te quiero mucho, dueña"
Luego de un rato de aquella forma YuNa la aleja de ella, volviendo a sonreírle de manera amplia mientras deja un fugaz beso en la parte superior de su cabeza.— Bien, ahora a descansar.
Y ya que UmJi tiene su almacenamiento de cariño repleto hasta más no poder, no se opone para nada a las palabras de su dueña, aunque eso de todas formas no la detiene de continuar recostada cómodamente encima de ésta, después de todo aquella posición es bastante habitual en ellas a la hora de dormir.
— Oh, espera —YuNa dice mientras lleva una de sus manos a sostenerla a la par que se inclina hacia un costado para tomar el libro que casi ha quedado olvidado en el piso, dejando a éste después sobre la mesita de noche a un lado de su cama, donde también descansa una pequeña lámpara que aprovecha de apagar entre medio de su acción.— Ahora sí, buenas noches, pequeña —murmura acomodándose, brindando una última caricia a la felina antes de disponerse a ir al mundo de los sueños.
"Buenas noches, dueña..."
[· · ·]
Apegada hacia la ventana que da al parque de enfrente, UmJi se mantiene observando de manera bastante recelosa al vecino de su dueña, quien se encuentra paseando a su molesto perro.
Pero no, no se debe a que por ser una gatita ella posea un odio innato hacia todos los caninos.
Por supuesto que no.
El desagrado que experimenta contra el can del vecino se debe a que éste es bastante ruidoso, siempre corriendo de un lado para otro mientras ladra con fuerza y aquello es algo que no puede tolerar, pues esto interrumpe el sueño de su querida YuNa.
Sin embargo, para eso está ella, para evitar que suceda.
Asegurándose que por suerte su dueña se mantiene durmiendo aún con el insoportable ruido del canino resonando a lo lejos, UmJi deja su lugar junto a la ventana de un brinco para dirigirse rápidamente hacia otra habitación del hogar, siguiendo el paso que el vecino realiza con el can.
"Señor, dígale a su perro que se calle o de lo contrario iré a clavarle mis garritas"
Y así continúa observando con recelo el paso del ruidoso animal con su dueño, sintiéndose más tranquila cuando éste por fin deja de emitir sonidos molestos al recibir un hueso de juguete que el hombre le entrega para que se entretenga.
"Perro ingenuo, eso ni siquiera es de verdad"
Ya más aliviada por el silencio en que el animal se mantiene, regresa entonces hasta la habitación de su dueña, volviendo nuevamente a sentarse en su habitual lugar junto a la amplia ventana que allí hay, continuando la labor de resguardar sus preciadas horas de sueño.
Aunque luego de unos minutos más, cuando cree que ya ha transcurrido el suficiente tiempo, se acerca hasta YuNa con la intención de despertarla.
Sí, su dueña no tiene la necesidad de comprar un molesto despertador porque ella misma puede encargarse de aquello.
"Despierta, dueña..."
De un brinco la gatita se sube a la cama de YuNa y se acerca hasta ésta, comenzando a frotar de forma suave su cabeza contra uno de sus brazos. Gracias a la experiencia que ha ido acumulando con días y días de encargarse de esto, UmJi ha aprendido que lo más importante es ser delicada al momento de despertar a la joven, porque de lo contrario podría asustarla y aquello es algo que tiene bastante claro, pues aún recuerda la expresión de susto y la forma agitada en que se despertó su dueña cuando los primeros días de su llegada intentó despertarla al saltar encima de ella desde la ventana.
Sin duda aquel es un hecho que nunca más volvería a repetir.
— Uhm... —la joven comienza a removerse luego de unos instantes mientras se despereza.— Buenos días... —finalmente dice de manera algo somnolienta, abriendo sus ojos y dirigiendo su mirada a la gatita.
"¡Buenos días!"
Al ver que su dueña ya ha despertado, UmJi se lanza sobre ella mientras salta totalmente feliz por haber completado su primera labor del día.
Luego de eso transcurren unos breves minutos en que YuNa se dedica a hacerle cariño, hasta que ésta misma se levanta de su cama para ir a alistarse, desayunar y después disponerse a dirigirse hacia su empleo.
Realmente hubiese preferido quedarse un rato más con su mascota, pero su vida de adulta joven independiente no se lo permite.
— Cuida bien todo y no hagas muchos desastres —son las últimas palabras que le dice a la gatita mientras se despiden en la entrada del hogar.
"Lo que digas, dueña"
Contradictoriamente a lo que debería pensarse, UmJi no se coloca triste cuando la chica cierra la puerta y desaparece tras de ésta. Por supuesto que no, ya que ella está segura que una cuantas horas después podrá recibirla nuevamente cuando regrese por la tarde.
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Welcome |┇| Yumji
FanfictionA UmJi no le gusta que su dueña sufra por culpa de otros, por eso siempre intenta animarla cada vez que regresa a casa. »Chicaxchica »YujuxUmji »Historia inspirada en el OST que Umji hizo para la serie "Meow the secret boy"