1. Latidos

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- Wei WuXian, Wei WuXian – llamó con urgencia una voz femenina en medio de la oscuridad.

- ¿Quién eres?

- Wei WuXian – llamó nuevamente en el mismo tono.

- ¿Qué quieres?

- Wei WuXian, Wei WuXian – insistió, irritando el alma de quien parecía despertar de mal humor después de un largo sueño.

- ¡¿Qué?! – la voz se rió.

- Puedes hacerlo otra vez.

- ¿Hacer qué? – contestó confundido. Como si fuese obligado a despertarse una mañana en donde alguien abría las cortinas de su ventana con violencia, la luz se metió en su conciencia y fue cegado hasta el aturdimiento. Cuando sus ojos y su mente comenzaron a adaptarse a lo que tenía en frente, un paisaje conocido apareció ante él.

Había vuelto.

¡Estaba vivo otra vez!

Convencido de que era una ilusión se quedó quieto esperando que sucediera algo, pero los minutos transcurrieron... y nada sucedió.

Reconocía el lugar, la salida y entrada de los túmulos funerarios.

Chenqing estaba bajo su mano izquierda.

Con un cuerpo profundamente fatigado, frío a causa de la energía resentida y agotado hasta los huesos debió quedarse quieto varios minutos más antes de intentar acumular fuerzas para ponerse de pie. Al mirarse la piel pegada a los huesos y la enorme cantidad de hematomas en sus brazos y piernas tuvo un déjà vu.

Se sentía igual a aquel día que por fin puso un pie fuera de ese horrible lugar, luego de meses de pura agonía y forcejeó con su propio cuerpo. Recordaba haber salido justamente de esa manera, a rastras a causa de la gran fatiga y una enorme negación a volver a consumir carne podrida.

Se volteó, no había ninguna barrera de energía, ni yin ni yang, ni rastros de energía espiritual, solo se oían grujidos de cadáveres a la distancia. Frunció el ceño ante lo extraña de la situación, si había ocurrido un asedio en este lugar, ¿Por qué parecía que no hubiese sido habitado jamás? Ni siquiera había un camino de ingreso o un intento de pulgar sus puntos energéticos.

Se levantó y de inmediato quiso volver a ser uno mismo con el suelo, ¿Por qué le dolía tanto vivir? ¡El maldito dolor corporal no lo dejaba pensar con claridad! Cada vez que salía de los túmulos funerarios se daba así mismo una fuerte bocanada de energía yin para nutrir su cultivo por si es que lo necesitase en caso de un ataque, sin embargo no estaba seguro de sí resistirse a un ataque era precisamente lo que quería.

- Morir es doloroso, ¿En serio tendré que vivirlo dos veces?... ¡Ey! ¡Voz! – llamó en todas las direcciones - ¡Ey! ¿Qué se supone que es esto? ¿Llegué al infierno o qué? – luego de que fue evidente que no obtendría una respuesta, camino fuera de aquel conocido sitio y se detuvo una vez que llegó al paso QiongQi el lugar donde había comenzado su final. Abrazándose así mismo a causa del fuerte frío se negó a darse fuerzas a través de la energía yin, pensando que el dolor y la debilidad eran bienvenidas como parte de su castigo, dejo de quejarse por ellas y marchó sin mirar atrás.

Al entrar en Yiling la sorpresa lo pasmó. Allí, a tan solo un par de metros de él había una decena de cultivadores de la secta Wen. Apresurándose se metió en un callejón para observarlos a la distancia, es que ¿Qué estaba pasando?

Se sentó sobre una pila de basura, escondiéndose en ella con un fuerte sentimiento de querer fundirse allí, sin embargo un letrero frente a él llamó su atención. El rostro de Jiang Cheng, Jiang YanLi y el de sí mismos estaban dibujados en un afiche de búsqueda, la palabra "Traidores" estaba escrita en grande bajo los dibujos.

Al final del Puente「WangXian」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora