Esposo mío, desaparece de mi vista

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Yanhuan cargó el cuerpo temblante y apenas consiente de su señor entre sus brazos. La sangre caliente corrió rápido por uno de estos y se estremeció. Debía mantener la calma, no debía entrar en pánico, debía apurarse o el menor se desangraría allí. Lo apretó contra su pecho y apuró su paso hacia la habitación. Debía ser atendido lo antes posible, o no solo morirían dos.

Una sombra se acercó en dirección hacia ellos y sus ojos se abrieron al ver el estado del chico. Fengxiao casi se atragantó y corrió en dirección a Yanhuan agarrándolo de entre sus brazos.

-¿Qué demonios ocurrió?- miraba de uno a otro mientras comenzaba a envolver el cuerpo convaleciente con su cultivo enfocándolo en la barriga en un intento de contener el sangrado que dejaba un trillo detrás del gemelo.

-Yo, yo, no lo sé, lo encontré así después que me mandó a buscarlo- Yanhuan no sabía cómo explicarse.

Fengxiao lo acomodó contra él y se giró retomando la marcha y le susurró contra la cabeza.

-Por favor, dame un poco más de tiempo- apretó los dientes, esto no estaba entre sus planes –Trae al doctor y a dos discípulos de confianza, a nadie más- le gritó al gemelo sobre el hombro y este asintió desapareciendo, sabía dónde estaba exactamente ese doctor.

Las personas de la secta que lo vieron pasar con Zhiyin casi se atragantaron y se quitaban del paso de su señor con expresión de pánico en sus rostros los rumores que ellos difundían pronto se acallaron, se habían acaso excedido. Fengxiao pateó la puerta de su cuarto y corrió poniéndolo sobre la cama desatándole la túnica superior y puso sus manos sobre la barriga. Concentró con fuerza todo su cultivo buscando estabilizar al bebé pero era como si no pudiera llegar a él. Algo estaba mal. Muy mal.

-Zhiyin por favor- mordió sus labios hasta casi romperlo pero no recibió ningún estímulo.

Los ojos de Zhiyin estaban entrecerrados y seguía con las pupilas dilatadas. Su piel comenzaba a tornarse pálida y las sábanas tomaban una coloración rojiza. Fengxiao tembló de impotencia, la sangre no se detenía, su hijo no respondía, Zhiyin tampoco.

Alguien entró por la puerta y corrió rápido hacia la pareja.

-¿Cómo demonios dejas que se ponga así?- le gritó el hombre mayor –Venga quita –Empujó a Fengxiao por el hombro y puso tres píldoras en la boca del menor obligándolo a tragarlas- Necesito agua caliente toallas y que preparen estos medicamentos lo antes posible-

Fengxiao le hizo seña con la cabeza al gemelo y a los dos jóvenes a su lado para que prepararan todo. El médico tomó su pulso y su ceño se frunció.

-Esto no es bueno, esto no es bueno- exclamó buscando algo dentro de su bolso y sacando las agujas destinadas a la acupuntura.

-¿Qué le ocurre?- Fengxiao temía por la respuesta.

-Que tu hijo lo está matando- concluyó el doctor y abrió totalmente la túnica dejando a la vista la panza completa y comenzó a enterrar diversas agujas a lo largo de esta- El bebé es demasiado fuerte para su cuerpo en su condición actual, si sigue así será como comido por dentro-

El líder pudo jurar que sus piernas flaquearon.

-Él se quejó toda la noche de que tenía dolor pero dijo que solo era el bebé pateando. Yanfeng me notificó que esto estaba ocurriendo antes-

El médico no desvió la atención de su trabajo, ahora ponía agujas en la garganta de Zhiyin y dos muy cerca de su corazón. El cuerpo de este dejó de temblar y la hemorragia parecía haberse detenido. Era como si se hubiera quedado congelado y Fengxiao temió lo peor.

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora