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Al soltar su brazo, se fijó con detenimiento en su traje color azul, y las pequeñas medallas color oro que estaban en el lado izquierdo de su pecho. Era atractivo a la vista, y lo que le llamaban la atención eran sus peculiares ojos, los cuales por una falla de genética, eran de diferente color.

Pero no era una falla desagradable, era peculiar en un buen sentido, y era por eso que aquel príncipe se llevaba la atención del público femenino, también masculino, ya sea en redes sociales, entrevistas o reuniones reales.

—Espero nos llevemos bien.

Hanabi frunció un poco las cejas y sonrió.

—No te preocupes, no tendremos ningún problema si hacemos las cosas bien, seremos un matrimonio por conveniencia de ambos reinos. —habló girando todo su cuerpo hacia el semi albino.

—Lo sé, y no haré nada que tú no quieras.

El rostro de la menor mostró confusión, haciendo saber al futuro rey que no sabía de lo que hablaba.

—Tú y yo debemos tener descendencia, herederos.

La cara Kirishima, que estaba a unos metros escuchando todo, cambió a una de sorpresa por la frialdad del príncipe que lo dijo sin más.

Hanabi, carraspeando, pasó un mechón de cabello tras su oreja. Avergonzándose un poco por lo dicho, ya lo sabía, sabía que debería tener hijos con quien estaba hablando, pero no pensó que hablarían de eso en su primer encuentro.










(人 •͈ᴗ•͈)












—Lo sé, y no haré nada que tú no quieras.

Respondió el bicolor, viendo como se dibujaba la confusión en la joven de ojos color oro que tenía frente a él.

Él volvió a retomar la palabra.

—Tú y yo debemos tener descendencia.

Concluyó, dándose cuenta de lo directo que había sido al decirlo, se arrepintió internamente al instante. Sabía que no era el momento justo de tocar ese tema. Sí, ambos por deducción, sabían a lo que llevaba ese matrimonio.
Pero también sabía, que hablar de aquello, siendo la primera vez que se veían cara a cara, era ciertamente incómodo.

Sentía la ansiedad recorrer por él, viendo cómo la princesa de ese reino sólo pasaba su cabello con delicadeza tras su oreja, estaba incómoda por lo dicho.

—Yo...

—No, lo sé. —miró directamente a los ojos de Hanabi, los cuales estaban clavados en él— Sé que debo darte un heredero.

El ambiente estaba demasiado tenso, demasiado incómodo para ambos, y más para los guardias que los acompañaban, entre ellos, Kirishima.

Shōto asintió sin decir otra palabra.

—Lo lamento.

La menor asintió.

—Sigamos.

















(人 •͈ᴗ•͈)
















Ēnji encendió una especie de cocina miniatura con su dedo índice, del cual, desaparecieron las llamas cuando el artefacto estuvo en función.

Una de las criadas colocó el pequeño recipiente de metal, y dentro del mismo, unas pastillas de color rosa y celeste, las cuales eran cera.

La segunda criada abrió la caja de madera que había traído, sacando de ahí mismo, una tela que envolvía algunas cuántas cosas, entre ellas, sellos reales del Reino Peonía.
Y por último pero no menos importante, la tercera quien también había cargado otra caja de madera, repitió el mismo proceso, pero la diferencia con su compañera, era que todo era del Imperio Eclipse.

eternal; todoroki shōto CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora