CAPÍTULO 9

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-¡______! Despierta que se nos va a hacer tarde. - Rubius tocó a la puerta de mi habitación. Me desperté y cuando apenas podía abrir los ojos vi la hora que era en mi móvil. Eran las 11 de la mañana, pero no había pasado una buena noche.

- ¡Quiero dormir! - En cuando dije eso Rubius abrió la puerta de la habitación, entrando a abrir la ventana y quitándome las mantas a las que me aferraba.

-Tengo el coche aparcado debajo de casa. Venga, vístete y nos vamos. - Sin dejarme un segundo cogió mi maleta llevándosela a la puerta. - ¿Pero que llevas aquí? ¿Un cadáver?

-Venga, no seas débil que tampoco pesa tanto. - Dije mientras cogía la ropa que me iba a poner en el día de hoy.

Después de levantarme me bebí mi café matutino con las tostadas que Rubius me había preparado. Rápidamente terminé de alegrarme y guardé las cosas del último momento, como el cargador del móvil o cepillo de dientes, para bajar corriendo las escaleras hasta el coche.

Rubius estaba apoyado en un coche de color negro justo enfrente de la puerta de nuestro edificio, mientras me miraba al mismo tiempo que movía las llaves de este.

-Bueno, ¿estás lista? - Comentó mientras de forma cortes abría la puerta del copiloto. -Te dejaría conducir, pero los ingleses conducen de una forma muy extraña y no quiero tener que pagar el seguro del coche. - Comentó mientras cerraba la puerta del piloto.

-Pues para tu información, conduzco de maravilla y todavía no tengo ni una multa de tráfico. Pero ¿a dónde vamos a ir?

-Bien. Nuestra primera parada en Brighton. Es un pueblo que está a solo una hora de aquí. Nos quedaremos en una habitación de un hotel de allí. Podemos ir a visitar algunos pueblos de la zona. Espero que te gusten.

-Suena bien, creo que sí que me gustará.

Durante todo el trayecto ambos estuvimos escuchando y cantando canciones de Nirvana. Era un grupo que nos gustaba bastante a ambos.

Al llegar a Brighton nos dirigimos con el coche hacia el centro. Aparcamos en el parquin de un hotel que ponía Britannia Study Hotel en la parte superior del mismo. En cuanto subimos a la recepción Rubius me hizo una señal para que fuéramos hacia el mostrador de esta para hacer el registro.

-Habitación 319, ¿subimos? - Dijo mientras cogía las maletas.

Al entrar en la habitación con una televisión, dos camas individuales y una pequeña nevera junto a un escritorio. La habitación contaba con una un baño privado, equipada con una bañera.

-Casi es la hora de comer, ¿tienes hambre? Después daremos un paseo por la zona, creo que hoy además hay un mercadillo. - Comentó Rubius mientras se tumbaba en la cama. -Aunque podemos quedarnos un rato aquí.

-Venga, no seas perezoso. Quiero aprovechar el día ya que estamos aquí. - Le contesté yo tirando un cojín a su cara.

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Aunque me costó un poco, conseguí convencer a Rubius para invitarle a comer. Durante la comida conseguí que Rubius me contara todo lo que íbamos a hacer durante el fin de semana.

Después de comer, nos dirigimos a hacer una visita por la ciudad. Hasta que calló la noche. En ese momento, mientras paseábamos por el paseo marítimo nos sentamos en un banco mirando al bar.

-Deberías traer a tu pareja aquí, cuando venga a visitarte. Llevas aquí poco más de un mes y no sé nada de él, aunque hablemos todos los días. - Me sorprendió ese comentario de Rubius. Realmente nunca le había hablado de Vegetta, pero no sabía por qué.

-Ya, mi pareja y qué me dices de la tuya. - Contesté yo soltando un suspiro.

-Bueno, vayamos al hotel. Está empezando a hacer frío y podemos coger un resfriado. - Contestó Rubius terminando la conversación.

New Life. (Rubius y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora