En una noche gélida de invierno el esplendor de la luna roja realzaba el encanto y la belleza de un hombre pálido cómo la mismísima nieve, ojos almendrados color ámbar vestido de ropajes azules y blancos, colores fríos, justo cómo él. Con una figura...
En una noche gélida de invierno el esplendor de la luna llena realzaba el encanto y la belleza de un hombre pálido cómo la mismísima nieve, ojos almendrados color ámbar vestido de ropajes azules y blancos, colores fríos, justo cómo él. Con una figura delgada pero fascinante y una inquebrantable expresión que hacía que todas las personas cayeran a sus pies.
El extraordinario Lan WangJi.
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Junto a su hermano era conocido por ser aquél chico que cualquiera desea, ya sea cómo hijo, amigo u esposo. Un noble erudito, físico envidiable y gran capacidad marcial.
Parecía hecho por los propios dioses.
Nombre de nacimiento Lan Zhan y de cortesía Lan WangJi, a diferencia de su hermano mayor era más reservado solitario y recto. Realmente eras muy afortunado si le veías en un día común, puesto que no salía del Receso de las Nubes a no ser de que fuera algo importante.
La nueva criatura que producía el caos era algo complicada. Según rumores de los pueblerinos se trataba de algún ente maligno que tomaba la figura de alguien muy hermoso y debido a su extrema belleza embobaba a las víctimas y las ahogaba, consumiendo así sus almas en un cristalino mar adornado de flores de loto.
Además, este ente tenía un gusto especial en cultivadores de alto rango, buena apariencia y debían de ser solamente...
Hombres.
A Lan WangJi esto le pareció extremadamente tonto.
Se separó del resto para buscar por su cuenta. Era un bosque inmenso lleno de árboles, cantos de avecillas y de temperatura extremadamente baja; tanto así que cualquier persona de bajo cultivo y cabeza hueca, al entrar sus huesos y órganos se congelarían de inmediato. Sin embargo para WangJi esto no era ningún obstáculo puesto que su cuerpo se acostumbró a la soledad y el no sentir el calor corporal de alguien más era algo el cual ya no anhelaba...
No desde que su primer amor desapareció de su vida en un instante.
Así es, a sus 15 años el menor de los Jade sin darse cuenta había caído perdidamente a los pies de un muchacho sinvergüenza de nombre Wei Ying.
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