115.- The Chilling Adventures of Sabrina (Tommy Kinkle)

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Alerta de spoiler de la serie de Sabrina, hasta el capítulo 9 de la temporada 1.

Aviso: Muy, muy, muy, muy sad.
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Cassandra Nixon había perdido a sus padres con diez años. A esa edad ya sabía que era una bruja, así que la enviaron con una familia que le siguiera enseñando a usar sus poderes. Los Spellman solían ser amigos de los Nixon, así que Hilda y Zelda la aceptaron en su casa sin miramientos. Mientras Sabrina, que era mitad bruja, mitad humana, asistía al colegio de los mortales, Cassandra, bruja pura, estudiaba bajo la estricta tutela de Zelda.

Para el resto del pueblo, ella era la prima de Sabrina y a veces acompañaba a la rubia y a sus amigos al cine u otros entretenimientos de mortales. Así había conocido a Harvey Kinkle.

Si había algo que le gustaba del mundo mortales, eso era la Librería Cerberus. Amaba sentarse en una de las mesas con un refresco a disfrutar de un buen libro. Así había conocido a Tommy Kinkle.

Una tarde, habiendo cumplido ya 16 años, Cassandra se encontraba inmersa entre las estanterías de la librería cuando los hermanos entraron. Harvey la reconoció y se acercó a saludarla.

—Cassie, él es mi hermano, Tommy. Ella es Cassandra, la prima de Sabrina —les presentó el más joven.

Tommy la saludó con una preciosa sonrisa y Cassandra supo que estaba perdida. Las brujas no podían salir con mortales y ella lo sabía, tenía el claro ejemplo de los padres de su "prima", pero no pudo evitarlo.

Tres años después, Tommy y Cassandra pasaban todo el tiempo que podían juntos, aunque no era mucho. Él tenía su trabajo en las minas y siempre estaba preocupado de que su padre no le pusiera un dedo encima a su hermano. Cassandra estaba muy ocupada entre la Academia y su prima, que siempre parecía estar metida en líos.

Una mañana, regresaba a casa después de las clases cuando se cruzó con Sabrina, que corría en sentido contrario. Se preocupó al ver que la chica se alejaba tan desesperada que ni siquiera la había visto. Cuando entró a la casa, su preocupación aumentó al encontrarse con la expresión sombría de Ambrose.

—¿Qué ocurre? —preguntó temiendo la respuesta.

—Cass... —pero como el chico no pudo continuar, Zelda se acercó a ella y le puso una mano en el hombro.

—Ha habido un accidente en las minas.

Cassandra no supo si fueron sus poderes o sólo la impresión, pero sintió que ella misma se encontraba en las minas y que se estaba quedando sin oxígeno.

—Tommy —murmuró para sí misma antes de que su bolso, lleno de libros, cayera al suelo y ella se precipitara al exterior siguiendo los pasos de su "prima".

Al llegar a la entrada de la mina, se encontró un montón de personas revolucionadas. La joven se abrió paso entre la gente mientras llamaba a Tommy, a Harvey o a Sabrina. Escuchó la voz de la última y se acercó, estaba junto al Kinkle menor, al que estaban curando una herida en la cabeza.

Ambos se giraron a mirarla.

—Harv, ¿Dónde está Tommy? —preguntó intentando recuperar la respiración, aunque no le faltaba el aire por el esfuerzo físico, sino por la preocupación.

El chico no respondió, pero Cassandra vio que agachaba la mirada con tristeza y que Sabrina le echaba una rápida mirada a la mina.

El primer sollozo se escapó de sus labios antes de que se diera la vuelta para intentar correr al interior de las minas para salvarle, pero un hombre la sujetó para impedirlo.

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