Nos habíamos confesado el uno al otro, pero no entendíamos el porque no éramos pareja, Quizá aquel sentimiento no era tan fuerte como creíamos, quizá llevaba reprimido tanto tiempo que el confesarlo nos ayudo a superar el sentimiento, o quizá solo d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya es momento de dejar mi orgullo a un lado y pedir perdón, han pasado un par de semanas sin hablarnos, es momento de ser un poco más valiente.
Salí de casa sintiéndome nerviosa por lo que le diría, la última vez que hablamos fue en San Valentine, desde entonces no habíamos vuelto a hablar. El camino a su casa se hizo más largo de lo normal, quizá por mis nervios o mis pasos cortos y lentos, pensaba en que decir y como decirlo, no quería estar más tiempo lejos de él por lo que quería que la conversación saliera bien.
Al cabo de un rato llegué a su casa, entré pasando la cerca y atravesando el pequeño jardín hasta que llegué a la puerta y toqué el timbre.
—Jia. —Sonrió al verme frente a la puerta de su casa —¿Qué haces aquí? —Preguntó sorprendido.
—Vine a hablar contigo —Dije algo avergonzada sin poder mirarlo a los ojos.
—Claro, hablemos adentro. —Iba a entrar a la casa, pero lo detuve.
—No, aquí afuera está bien.
—Bueno. —Entre cerró la puerta. —¿Y de qué quieres hablar?
Caminé a las sillas cerca a la puerta y tomé asiento en una de ellas, miré a Felix señalándole la silla a mi lado a lo que asintió y se acercó a la silla para ocuparla sin dejar de mirarme.
—Perdón por actuar de esa manera aquel día. —Me decidí por verlo a la cara. —Fui una ridícula al actuar así, comprendo que es tu vida privada y eso debo respetarlo, así que perdón, no volveré a actuar de esa manera sin importar que.
—Está bien Jia. —Me sonrío, como extrañaba esa sonrisa. —Te perdonó, comprendo que yo también tuve culpa, fui yo quien te mintió y te enteraste de la forma menos correcta, así que perdóname tú a mí también.
—Sí, pero fui yo quien explotó sin pensar en las consecuencias. —Volví a decir avergonzadamente.
—Lo sé, pero eso ya no importa, ya es tema del pasado —Dijo para calmarme.
—Igual fue mi culpa y lo siento. —Agaché la cabeza.
—Ya, dejemos este tema en el pasado. Ahora regálame un abrazo rompe costillas. —Me extendió sus brazos.
—Felix, no quiero romperte las costillas. —Levante mi cabeza para verlo a los ojos.
—Solo dame un abrazo y ya. —Rio.
Me acerque a él y lo abracé como si no lo hubiera visto en siglos, la verdad extrañaba sus abrazos y sus bromas, extrañaba estar junto a él, no, lo extrañaba a él.
Narra Felix
Por fin, por fin puedo abrazarla, ya la extrañaba tanto que si ella no venía a hablar conmigo yo iría a hablar con ella y arreglar todo esto, al final los dos tuvimos algo de culpa en esta pelea, ambos tuvimos la culpa, y ambos lo sentimos.
Lo que importa ahora es que ya estamos bien, y estaremos mejor.
—Mañana vengo por ti a las cuatro, tendremos una cita —Dijo alejándose de mí.
—Como usted mande mi capitana. —Me paré firme e hice un saludo militar.
—Bueno, ahora entra a casa, yo ya debo volver a la mía, mis padres me esperan.
—Descansa Jia. —Le sonreí una última vez.
—Descansa Felix. —Se dio la vuelta y se fue.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
