kelaia;
-- ¿Vos qué decís? ¿Le tengo que contar todo? --le pregunté a mi mejor amigo, Manuel.
-- Yo creo que si, negri. Va a ser lo mejor para los dos, te va a hacer peor mantener todo guardado.
-- Sí,tenes razón. Pero tengo miedo a lo que me pueda decir, y no sé como decirle, me da vergüenza --admití.
-- No tengas miedo tonta, tenés que decirle todo y dejar que fluya. Aparte, es mejor que se entere por vos y no por otra persona.
-- Sí, es verdad. Mañana le digo todo, y que sea lo que Jesús quiera, ahre.
-- ¡Esa es mi wacha!
Reímos.
-- Sos un boludo.
-- Así de boludo me amas igual --dijo haciendose el lindo.
-- ¿Como no amar al más feo de todos? Gracias por estar, infradotado --le sacudí el pelo.
-- Eh, ¿qué me decis feo? Conchuda --hizo un montoncito con sus manos.
Nos reímos nuevamente.
-- Boludo, posta tengo miedo --suspiré.
-- No tengas miedo, gorda, va a estar todo bien --me acarició el pelo.
-- Eso espero, Manu --largué un corto y pesado suspiro -- Aunque seguro no le pase lo mismo conmigo, esta re en otra él.
-- Tranqui, uno nunca sabe. Capaz te tiene ganas y se la tenía re guardada el gil --Asentí despacio --¿Comemos algo? -- Lo miré, lo abracé y asentí.
-- Dale --respondí.
Nos levantamos, y nos dirigimos a la cocina para buscar algo de comer.
-- Voy al baño, vos busca algo, Manolete -- avisé mientras me alejaba.
El castaño asintió, y mientras me iba, gritó:
-- ¡No me digas 'Manolete' , pelotuda! --solté una carcajada y entré al baño.
Bufé frustrada al ver mi cara y parte de mi cuerpo en el espejo que decoraba el lugar.
Mi autoestima estaba demasiado baja, y creía que cuando hable con Valentín, lo estaría aún más.
-- Soy horrible -- Murmuré viendo detalladamente cada parte de mi cuerpo.
Dejé mis pensamientos de lado, no quería llorar, o al menos no ahora.
Hice pis, me lavé las manos y la cara, y finalmente salí del baño para volver con mi mejor amigo.
-- Mirá, amor, te hice un café con leche --dijo apoyando la taza sobre la mesa -- ¡Ah! Y habían quedado medialunas, así que acá tenés --agarró las medialunas y las apoyo en la mesa junto a la taza de café.
Sonreí y me tiré sobre sus brazos abrazándolo. Lo amaba tanto.
-- Gracias, gracias, gracias. Te amo -- hablé dejandole muchos besos en la cara.
Éste se rió.
-- Yo te amo más, pero vamos a comer, negra, dale que una re lija tengo --reí ante su respuesta y me senté en una de las sillas que rodeaban la mesa.
Él fue a buscar su café y al segundo volvió. Se sentó y empezamos a merendar viendo nuestro programa favorito, mientras disfrutábamos de nuestra compañía.
Al siguiente día me desperté y agarré mi celular para responder algunos mensajes que tenía.
Una vez que lo hice, me levanté de la cama y fuí al baño para hacer mis necesidades.
Salí del baño y me dirigí a la cocina para hacerme el desayuno, así después me cambiaba e iba a la librería.
Hoy entraba un poco más tarde, así que buenísimo.
Me preparé algo rápido, subí a cambiarme con la ropa del trabajo, y cuando terminé, salí caminando hacia ese lugar.
(...)
Hacía un rato había llegado de trabajar . Había sido un día un poco agotador, así que ahora estaba tomando mates mientras miraba la televisión.
Mi celular sonó, dándome a entender que me llegó un WhatsApp.
Manu
tas lista para hablar
con el valen?Keli
estoy cagada en las patas
Manu
tranqui
cualquier cosa llámame
Respondi con un 'sisi' por última vez, y junté todas las cosas que usé para merendar.
Subí a mi pieza, agarré ropa decente, un toallón y fui a darme una ducha rápida.
Cuando terminé, agarré plata por las dudas, las llaves de mi casa y salí caminando hacia la casa de Valentín.
Vivíamos a cinco cuadras, así que llegaría rápido.
Y tal y como dije, pocos minutos después, me encontraba en la puerta de su casa, dudando si hacerlo o no.
Toque el timbre decidida, y como nadie me abrió, intenté abrir yo, lograndolo ya que casualmente la puerta estaba sin llave.
Estaban las luces apagadas, pero las de la concina prendidas y toda la casa en un profundo silencio.
Maia y Alejandro se fueron de viaje, Manuel no estaba, así que había dos opciones:
O Valentín estaba dormido, o no estaba.
Subí despacio las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible.
Cuando llegue a la planta alta de la casa, abrí la puerta de su habitación, encontrándome con algo que no quería ver y que logró que una sensación amarga y rara recorra mi cuerpo.
Rapidamente cerré la puerta despacio, y bajé corriendo las escaleras.
Abri la puerta principal y salí caminando sin rumbo rompiendo en llanto.
Me sentía mal, triste...
Pero, ¿Porque me duele tanto si solo somos amigos?