Capítulo XVI: Extraños con derechos.

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       Después de ver a Ross esa última vez su presencia no se me hizo constante durante dos semanas, hasta falto a clases durante ese tiempo. No quería preguntarle a Rydel o alguno de sus amigos el ¿por qué? de su ausencia. Simplemente no le quería dar importancia ante la situación aunque por dentro me estaba carcomiendo por la curiosidad. Por los momentos la estaba pasando bien con mis amigos y de a ratos con los hermanos de Ross que en nuestras varias conversaciones no mencionaron a Ross en ningún momento y yo no sería la primera en hacerlo.

        Llego el fin de semana ¡por fin! Eso significa ¡Desvelos de lectura! No podría haber una cosa mejor, a menos de que a Anna se le ocurriera alguna locura de ir a una fiesta  perder el control del tiempo pero siendo chicas buenas o hacer una pequeña reunión en casa que luego se convertiría en un desastre total que hasta la policía vendría a parar la fuerte música y a calmar a adolescentes ebrios por doquier. No por favor, luego de esa última fiesta donde su canción principal fue error no quiero saber más nada de alcohol, luces, música fuerte y personas bailando y brincando como locas. Por ahora prefería mi tranquilidad y… ¿A quién engaño? Yo muy bien sabía que prefería a Ross y que si era de abandonar un libro pues… lo traería a él para que me lo leyera.

     Viernes por la tarde, cualquier viernes común, Anna y yo solas en nuestra residencia viendo alguna película o idiotez por internet, solo que la diferencia es que Riker no estaba ya que su presencia era constante últimamente, pero eso no quiere decir que más apegado a Anna.

      Todo estaba fluyendo bien hasta que Anna menciono su nombre ¡Hey! Quería estar tranquila por unos minutos y lo había olvidado en ese instante –Que raro-, No había pasado un momento agradable la última vez que lo vi, lo menos que quería hacer era recordar.

 —Y… ¿Ross? ¿Qué sabes de él? No ha ido al instituto, ni siquiera a las repeticiones de algunas clases en las tardes ¿Qué le habrá sucedido? Me supongo que tú debes de sa..

—Para ya, por favor. Ese nombre no se menciona aquí a menos que yo lo haga –le interrumpí e interpuse mi nueva regla.

—Por favor Laura, me vas a decir que no sabes absolutamente nada de él.

—No.

   Concentre mi vista al televisor, no era porque la película estaba excelente, en realidad estaba pésima, solo era porque sabía que venía un largo parloteo de Anna sobre Ross y quería evitarlo pero conociendo a la señorita Parker sabía que era imposible.

— ¿No? y ¿Por qué?

—Por Dios, eres tan genial –rodé mis ojos.

—Ya va, un segundo… me perdí ¿Dije algo malo?

—Todo desde hace unos diez minutos. No sabes que la última vez que nos vimos tuvimos algo así como una pequeña discusión. Aún ve a otras chicas Anna, eso me está agotando la tolerancia.

—Tú misma te metiste en la boca del lobo.

 No me mires así ¿tengo razón o no?

—Tú nunca me advertiste, solo dijiste que me apoyabas. La culpa es tuya.

     Debía de culpar a alguien a ver si al menos un gramo de culpa se iba.

—Si te decía lo contrario tú me tratarías como mala amiga y que yo no te apoyo en nada aun sabiendo que él es el amor de tu vida.

—Shh! No lo es –me renegué.

—Está bien, bueno. Ahora dime no quiero a Ross y ya no te importa.

 Odio que hagas eso conmigo, que uses tu psicología inversa. ¿Por qué rayos estudias psicología? Y si, lo quiero y lo necesito ¿Contenta? Ya lo dije –me cruce de brazos, odiaba cuando tenía que admitir algo que no quería.

Odisea |RAURA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora