sueño casi imposible

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Si recuerdas ese pasado un poco tormentoso, caótico, dramatico, estas dispuesto a vivirlo.

Se conocieron desde pequeños, compartieron muchas cosas, juntos, tomados de las manos iban camino a la puerta de su antiguo preescolar, Ahhh como te encantaban eso momentos, están grabados en tu corazón tan profundos que crees nada puede borrarlo, esos momentos, que recuerdas cada que le ves o le extrañas, risas, abrazos, peleas, golpes, etc. Todo juntos.

Cuando le conociste, ufff lo sabías, ese dulce niño sería el amor de tu vida, habías encontrado a tu alma gemela, no importaba que fuera año mayor que tú, claro que no, porque si algo le definía era la dulzura que todo él era, era su fantástica cabellera roja, sus ojos brillantes cafés, su piel blanca como los primeros rayos del sol y suave como la seda, por sobre todo era su sonrisa, esa que nunca faltaba en su bello rostro, acentuando sus rasgos aniñados, su belleza infantil y exuberante, esa sonrisa que lo curaba todo, los raspones en tus rodillas después de caer por jugar a las carreras, o los golpes que recibirás de los niños con lo que peleabas.

Porque si, siempre fuiste defensor de la justicia, aunque eras un niño tranquilo y educado, a veces por él eras capaz de todo, incluso defenderlo de eso chicos del Instituto alto que se burlaban de él por su belleza que según le hacían ver femenino, para ti la belleza de él era incomprensible pero tan cierta, los niños solían molestarle por eso, incluso algunas niñas le gastaban bromas sobre su cara, pero ahí estabas tú, para darte cuerpo a cuerpo con eso abusivos, siempre eras tú y el curandote luego para no recibir regaños en casa.

Pasaban la mayor parte del tiempo juntos, sus casas no estaban muy separadas, podías visitarlo y él a ti, para entonces Namjoon, cuando tenías 12 estabas muy feliz porque te habías imagino y te imaginabas tu hermoso futuro junto a ese lindo hombrecito, tu siendo un alto y poderoso Alfa y él, él tan angelical y hermoso Omega, formando una familia y viviendo felices. Ese era tu sueño para con Jung Hoseok, el dulce chico de la casa naranja y tu mejor amigo.

[...]


Pero a veces lo que esperamos no es lo que nos depara, cuando Hoseok, tu hermoso chico cumplió dieciséis, la edad donde se definía, sería: Alfa, Omega o Beta. Asistió a la clínica a hacerse los exámenes correspondientes.
Que sabías, todos debían hacerse de manera obligatoria, para definir su rango social y posterior a ello recibir los cuidados, consejos y ayuda necesarios, era así como la sociedad funcionaba.
Si eras un Alfa, sabías que podías alcanzar grandes metas y sin duda tu vida no sería mala, tendrías mucha ayuda, tus celos serían cada 4 meses y no faltarían acompañantes, si eras Omega, tendrías que lidiar con ciertos paradigmas que las mismas personas se ponían sobre este rango, era cuidarte, portarte bien, esperar a un buen alfa y tener una familia, aunque claro tenías la oportunidad de crecer laboralmente, eso sí los celos de cada 2 meses te lo permitían y finalmente, si eras Beta, no tendrías tanto prejuicios que soportar porque aunque era uno de los Rangos, era uno alejado de los 2 anteriores, los Betas eran un mundo alejado de la relación (Alfa+Omega) puesto que ellos no sufrían celos, habían casos pero extraños, y podías elevarte tanto como tu capacidad te permitiera y sólo podían mezclarse entre ello, bien lo decían eso tipos de la tv que tú madre te obligaba a ver: Un Beta no puede satisfacer plenamente a un Omega y tampoco puede llevar el ritmo a un Alfa.

Pero tu estabas seguro que cuando Hoseok saliera de la clínica con el papel en mano que le marcará que era un hermoso Omega, te lanzaría a sus brazos y finalmente tú fantasía de futuro comenzaría ha hacerse realidad, pero bien fue dicho, a veces no es como lo quisiéramos, porque ese día, ese fatídico día aún lo crees así, cuando esperaste a Hoseok, nervioso y una sonrisa sin poder contener, todo se fue cuesta a bajo, él había salido un poco serio pero feliz, notabas su sonrisa limpia y pura de siempre en instantes, te mostró el papel y era como si te hubieran golpeado el estómago, no, nisiquiera eso se comparaba, tu cabeza dio vueltas y miraste a tu dulce amigo, el amor de tu joven vida, su resultado final era: ALFA.
Hoseok, el brillante Jung Hoseok, hijo de los grandes señores Jung, era un Alfa, sus padres no podían estar más felices, su esperanza habia resultado positiva y sus heredero estaba asegurado, tú con el rostro en blanco y los labios apretados habías abrazado a tu amigo y le felicitaste, y tan pronto como pudiste huiste de ahí.
En tu cuarto lloraste amargamente abrazando a ese peluche azul que te había regalado él cuando cumpliste 7 años, lloraste porque tus posibilidades se reducían, si era difícil ya imaginar que sus padres aprobarán que tu serías su pareja, porque desde luego los Jung querían a una hermosa mujer para su hijo, incluso creyendo que sería Omega, porque todos lo pensaban, Hoseok serían un Omega hasta el tuétano por su aspecto dulce y frágil, ahora que todo había salido diferente era menor que pudieras vivir tu cuento de hadas a lado de ese tu amor incondicional, ahora Alfa.
Pero si algo tenías Namjoon, era que no te dabas por vencido tan fácilmente, sabías y tu creías fielmente que serías un Alfa, la mayoría de tu linaje eran alfas por lo que se esperaba tú también lo serías y no podías negarlo, esa idea siempre te emocionó porque así podías proteger a Hobi (como le decías de cariño) de todo aquellos que quisieran dañarle, entonces si tu ibas a ser un Alfa y Hoseok también lo era, te las ingenierías para poder unirte a él y que te amara tanto como tú a él, tus padres eran Alfas, claro mujer y hombre pero sabías lo suyo también se podía.

imposible~》hopenamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora