Buscando al soldado Soo ❤️

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JongIn pasaba un par de horas en el celular revisando por curiosidad publicaciones en Instagram. Fans de todo el mundo comentando lo atractivo que lucía en cada foto que publicaba y uno que otro comentario de siempre sobre su anterior relación planeada.

La sesión de fotos para la revista fue de gran éxito, además de grabar diversos clips para la marca Gucci lo tenían exhausto. Amaba su trabajo, pero el merecido buen descanso recostado en su cama sin hacer nada era todo lo que necesitaba. Regresar a Corea lo llenaba de paz y caos mental. Los constantes viajes lo traían con la cabeza ocupada para no recordar el vacío que dejó su compañero de grupo, solo a él podía decirle amigo y amor a la vez.

Su galería no era extensa, aunque guardaba una carpeta única y exclusivamente para el chico serio. Abrió y deslizó foto por foto mirando los detalles en su rostro, cada lunar, expresión, relieve, todo.

Se detuvo en la última que logró tomarle antes de entrar al servicio militar. Su sonrisa perfecta solamente para él junto con la cabeza rapada que tanto anhelaba besar, necesitaba hacerlo... y lo haría esa misma noche.

La idea lo tenía desde semanas anteriores, lo platicó con Jongdae como una forma de desahogo ganando un zape por parte de su amigo mayor. Lo charló con Baekhyun encontrando las palabras que necesitaba: Hazlo o te hará daño estar así por tanto tiempo.

Buscó dentro del clóset prendas ligeras y de colores oscuros para evitar ser descubierto. Se cambió lo más rápido posible, ató los tenis y tomó la gorra guardada en el cajón ocultándola por debajo de la chamarra negra. Todo estaba listo: celular, mini osito de peluche, lamparita indispensable y la hoja donde días pasados cuando sus pensamientos lo traicionaron, inconscientemente dibujó a KyungSoo mientras estaba en la típica reunión de trabajo.

Lo utilizaría en caso de que el móvil tuviera un accidente. Salió del apartamento y subió al coche manejando hacia la base militar, nada podría detener el hecho de ver a su KyungSoo, costara lo que costara.

Estacionó el vehículo cerca del lugar sin causar tanto ruido. Era de noche, su reloj marcaba las ocho, ya era cercana la hora de dormir para los militares. Actuó rápido y caminó por la parte trasera del edificio, a pesar de estar rodeada de bardas de seguridad, descubrió una entrada especial que vio el día del enlistamiento cuando acompañó al pequeño más allá de lo permitido sin que nadie se diera cuenta, ni siquiera las fans.

Trepó cuidadosamente llegando a la cima con éxito y contó hasta tres para caer como gato por la madrugada. Al mismo tiempo de aterrizar al suelo, escuchó un golpe ligero del otro lado. Revisó las bolsas del pantalón sin hallar el móvil que, según él, no caería, aunque mil tornados lo sorprendieran.

Ignoró el hecho y siguió con el plan acordado. Al menos diez soldados vigilaban el patio principal y otros veinte se encontraban dispersos. Justo atrás de él se ubicaba la zona de lavado. Entró por la puerta trasera donde el personal sacaba la ropa limpia y se cercioró echando vistazos por doquier.




—Creo que no hay nadie —suspiró profundamente— Esto es solo por KyungSoo, debo apresurarme.




Agarró lo primero que vio y se ocultó detrás del pozo quitándose la ropa frenéticamente. Utilizó un pañuelo negro para cubrir su rostro y cambió los tenis por unas botas mal colocadas en el lugar. Ya vestido como todo un militar, dirigió sus pasos hacia el edificio de dormitorios con menos nerviosismo y evadiendo soldados en su camino. La ropa anterior era lo de menos. Después regresaría por ello.

INFILTRADO [KaiSoo / OS] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora