Capítulo 24.

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¡Maldita seas Alexandra Williams!

-No me hables -fue lo único que logré decir mientras mantenía cerrados mis ojos tratando de calmarme.

Me giré y entré al baño, aún con los ojos cerrados, me quité el chaleco del uniforme y lo tiré al suelo.

La muy estúpida, me había regado en mi estúpido chaleco, su café estúpido, estúpidamente caliente, esta definitivamente no era mi noche.

Abrí mis ojos y miré mi reflejo en el espejo, mis ojos tenían ese tono amarillo brillante y supuso que era del coraje.

Me lavé las manos y la cara, por suerte seguíamos en la habitación y pude cambiarme de uniforme.

Salí ignorando a Alexa, fui al cuarto de vestir por un nuevo chaleco y me lo puse. Comencé a saltar para botar esas malas vibras pareciendo una retrasada mental. Sacudí mi cabeza, podía sentir mis ojos volvían a la normalidad y saltaba para terminar con una sonrisa en mi rostro.

Tomé el pomo de la puerta pero antes de abrirlo sonó como si algo hubiera sido quebrado y llegó a ser muy raro. Mientras más lo olía más me daban ganas de saber qué era, cerré mis ojos para agudizar mi olfato pero no me ayudó mucho, en cambio comencé a escuchar unos latidos de corazón. Abrí los ojos asustados, era la primera vez que me pasaba esto. Abrí la puerta buscando a Alexa, que se encuentra en su cama envolviendo su dedo.

- ¿Qué te pasó? -La miré extrañada, el olor era cada vez más intenso.

-Acabo de tirar un frasco y cómo lo estúpido que soy, me corté recogiendo los vidrios del piso -es la encogía de hombros y luego vi su mano por completo, era una herida larga pero no tan profunda, y por ella salía pequeños hilos de sangre .

Eso es...

Me tapé la nariz y mis ojos brillaron, nunca me habías dado ganas de tomar sangre, si sigo aquí, esto en cualquier momento se me saldría de las manos. Abrí la puerta de entrada y me topé con Rosie y los demás, que me veían como bicho raro, excepto Christian.

- ¿Olivia? -Me llamó Rosie, negué con la cabeza y me alejó de la puerta, cayendo al suelo, Rosie y los demás entraron a ver qué era lo que pasaba, Christian se acercó y me abrazó.

Me tapé la nariz. Por favor Aléjate.

-Christian, no me mal entiendas, me encantan tus abrazos y todo, pero hoy no -se alejó, no puedes evitar escuchar cómo su sangre corría por sus venas.

¿Qué me está pasando?

- ¿Qué pasa? -Me preguntó.

-No lo sé, tengo que ver un Sam - fue lo primero que se me ocurrió.

Los demás salieron del cuarto junto con Alexa.

-Estoy bien ¿De acuerdo? Solo es una maldita cortada, relájense -habló mientras cerraba la habitación.

-Por la cara de Olivia pensé que era algo más-me levanté como pude con la ayuda de Christian, mi cabeza estaba dando vueltas, en este preciso momento quería comérmelos a todos, literalmente.

Salí corriendo de ahí, entré al ascensor y los vi, tenían caras de perdidos mientras que Rosie trataba de llegar hasta aquí, cerré las puertas antes de lo que lograra y suspiré.

Seguí corriendo por todo el campus, era jodidamente largo, casi lloré de la alegría cuando vi el departamento médico y mi velocidad aumentó.

- ¿Olivia? -Sam se quitó los lentes y se levantó de su escritorio - ¿Por qué tus ojos ...

-No lo sé -lo interrumpí - ¡No sé qué me pasa! ¡En este instante estoy escuchando los malditos latidos de tu corazón y de los demás, me van a volver loca! -Me puse una mano en la frente.

Vampire Academy (Una decisión podrá salvarlos) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora