En la Soledad carnal

Esa sonrisa

Esa estupida sonrisa.

No me dejaba pensar!

Lucca me logro secuestrar-contratar para que vallamos juntos a comer con sus amigos.
A un restaurante de comida rapida. La cual no estaba exactamente cerca al burdel, pero en auto pudimos llegar en pocos minutos.
Y... pues...

Tenia que quedarme mirando todo el tiempo la hamburguesa en mis manos, por que o sino, terminaba quedándome embobado con Nicolás!

Tenía la sensación de que hoy estaba aún más apuesto que la última vez!

Cada que lo miraba encontraba un nuevo y majestuoso detalle en el...
Que no podía contemplar bien por el hecho de que Nicolás siempre estaba mirándome!

Vuelvo a preguntar: me miraba todo el tiempo o solo me miraba justamente cuando yo lo miraba?!

- Wooo! Vieron eso?! -pregunta Franz, el gran amigo de Lucca

- Que? -pregunta Lucca

- La pirueta que hizo el tipo!

Todos se voltean para mirar al televisor...
Yo uso la oportunidad para mirar a Nicolás, el cual de seguro estaba también mirando a la pantalla...

Me equivoqué.

Nuestras miradas se encontraron...
Esta vez me espante tanto, que no pude apartar mi mirada... pero el solo me sonrie.

Me sonrie ampliamente, mostrando sus perfectos dientes blancos.

Yo le devuelvo muy apenado la sonrisa.

El tiempo... por alguna razón termina congelandose.

Solo estábamos el y yo.
Mirándonos el uno al otro a los ojos, sonriendonos como si fuéramos las personas más felices del mundo...

Era extraño... por alguna razón apenas llegó a escuchar lo que hablan nuestros amigos al lado nuestro.
Y esta vez me permito el descubrir los ojos de Nicolás... eran de todos los colores que crei ver aquella noche.
Grises, verdes y azules; de todo un poco.

Noto como el rostro del guapo al frente mío se sonroja y me sonríe ampliamente.
Yo le sonrio aun más y no puedo evitar el colocar mi rostro sobre mis manos, inclinandome así un poco más sobre la mesa.

Eso causa que Nicolás se sonroje aún más, pero igualmente se inclina un poco más sobre la mesa.

Y ahí nos quedamos, riéndonos el uno al otro, sin saber cómo continuar o que hacer desde ahí...
Yo por alguna razón quería escalar sobre la mesa y tirarle al suelo en un beso con migo...

Pero el era un chico normal.
Y este era un restaurante común y corriente.
No podía llegar a hacer algo tan erótico...

Además, que ese chico no tenía cara de soltar dinero para putas...
Besarle sería trabajar gratis.

...

"Aún así quiero."

Pienso confundido, ladeando mi cabeza un poco, lo cual es copiado de forma cómica por Nicolás.
No puedo evitar reírme.

"Será que... !"

- Oye!! -grita Lucca de repente- Esa es la hora?!

Me espantó al ser tirado a la realidad de ese modo...
Fue como si una burbuja hubiera explotado.

Y si, esa era la hora.

Siento de repente como el estómago empieza a pesarme, como si en vez de papas fritas me haya tragado cuchillos y en vez de la hamburguesa piedras.