DC XII:LA REINA DEL MUNDO √

49 - RECUPERANDO LA HERMANDAD

Christen

Después de la reunión decido salir un poco al jardín, más concretamente al columpio. No sé que es lo que tiene, pero siempre me ayuda a pensar.

La situación es bastante complicada. Se supone que debemos dejarnos coger para poder acabar con Hades, pero... ¿Cómo vamos a hacerlo? Mi madre está muy segura de que nos van a ayudar, aunque no acabo de fiarme del todo de Fiona. 

Fiona... Es mi hermana pequeña, pero desprende tanto poder y tanta tranquilidad. Debo reconocer que le agradezco mucho que me haya apoyado con Lorie, pero veo demasiado complicado que ese problema se vaya a solucionar. ¿Por qué tiene que ser tan caprichosa y envidiosa? Estoy convencida de que le cogerá gusto al color azul antes de dar su brazo a torcer.

—¿Puedo sentarme contigo?

Me sorprendo al ver a Fiona que se acerca a mí con una sincera sonrisa. Enseguida asiento y ella se coloca en el columpio de al lado. Supongo que querrá hablar conmigo y, no sé porqué, no se lo voy a impedir. Tal vez por el recuerdo de los buenos momentos que pasamos en la otra vida.

—¿Te encuentras bien? —pregunta preocupada.

—La verdad —respondo pasándome la mano por el pelo —, no lo sé. Entre lo que nos espera mañana y el tema de Lorie...

Ella sonríe. Sabe de sobras a qué me refiero.

—Por lo de mañana no os debéis preocupar —me indica con un tono calmado —. Yo me ocuparé de que nuestros padres acudan allí cuanto antes para protegeros. 

—Eso me tranquiliza. pero no me hace perder el miedo.

—Lo entiendo —contesta con tristeza —. Pero, por favor, confía en mí. Ahora que por fin tengo una familia te aseguro que no le pienso fallar.

Me vuelvo hacia ella y veo una sonrisa tan sincera que me ablanda por completo. Ahora mismo lo único que veo es una niña que ha pasado sola toda su infancia y que está deseando tener hermanos y hermanas con quienes jugar y compartir sus cosas y eso me emociona.

Aún así me queda una duda.

—¿Recuerdas la otra vida? —pregunto intrigada.

—Sí. La recuerdo —responde emocionada —. Y déjame decirte que fue maravillosa. ¿Y sabes porqué? Porque la compartí con mi hermana, contigo.

Escuchar eso me llega al corazón. La verdad es que yo también agradezco haberle tenido a ella en la otra vida. Hizo que ésta fuera menos desgraciada, aunque hay algo que no ha cambiado en nada.

—Yo pienso lo mismo —contesto con sinceridad —, pero hay algo que no ha cambiado. Nuevamente debo ser tu guardiana.

Ante mi afirmación, ella se echa a reír, cosa que me sorprende.

—No deberías comparar —me dice divertida —. En la otra vida te hicieron actuar como si fueras mi sirvienta. En ésta me gustaría que fuéramos hermanas de verdad. ¿Acaso no recuerdas lo emocionante que fue para las dos descubrir que lo éramos?

Una risilla se me escapa. En eso tiene razón. El descubrir que éramos familia fue lo mejor que nos pudo pasar en la otra vida.

—Por favor, Christen, déjame acercarme a ti. Te aseguro que no tengo ninguna mala intención. Todo lo contrario.

Sus palabras me conmueven y, a la vez, me emocionan. Debo reconocer que a mí también me apetece retomar la relación que ambas teníamos en la otra vida. Estábamos solas en manos de la inquisición y sólo nos teníamos la una a la otra. Además me ha defendido con Lorie, lo que suma puntos a su favor.