Prologo

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Ahí me encontraba, delante de una maleta desecha con algunos trapos perfectamente acomodados y otros fuera. Los libros no quisieron caber en el espacio y tristemente me vi en la situación de no poder llevarlos. Era mi huida del país, luego de que David, mi tío, decidiera marcharse buscando un mejor futuro para el y como no, para mí también. Su partida, hace algunos meses atrás me dolió bastante, creí que no volvería a verle jamás, pero recibí un mensaje de texto con la noticia de que había comprado mi pasaje y esperaba ansioso mi llegada, junto a la de mi hermano Luciano.

No tarde mucho en buscar mi pasaporte, intentar acomodar lo que fuera necesario y con la ayuda de mi madre, encontró una institución donde pueda continuar mis estudios universitarios.

No era la gran cosa, estudiaba para ser una profesora de literatura, dos años... mi padre el dice y cree que estoy perdiendo mi tiempo en esa carrera, que debía haber elegido algo como abogacía al igual que el y David.

En fin... fui clasificada como la fracasada de la familia.

Me senté sobre la maleta para hacer peso y poder deslizar con facilidad el cierre, tenia mi vuelo en tres horas. Me sentía un tanto irresponsable por hacer esto a ultimo momento.

— Tienes el desayuno servido —aviso mi madre desde la puerta, asentí y desvié mi vista hacia el escrito, aquel se encontraba vacío y lo único que había encima era un folleto de la nueva institución a la que asistiría.

"Instituto superior Golden Blood"

David se tomo el atrevimiento de buscar uno con un precio exuberantemente elevado, con una lista de materias larga y eso para mi mala suerte, me ha sumado uno o dos años más de estudio. El me ha llamado, comento que era la mejor institución y que el nombre no me asuste.

Presiento que estoy por ir a un colegio de acomodados.

Y extrañamente yo también lo era.

No había mucho más que ver, solo algunas fotos del establecimiento por fuera y dentro. Información acerca de ello y un numero de contacto.

A mis 19 años iba a ser una pesadilla asistir a la universidad. "Grandes cosas deparan tú futuro", dijo mi madre cuando leyó el folleto y hablo con la directora. 


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