Capítulo 26

155 17 4
                                    

Jennie.

Después de que Rosalie nos pillara en la habitación, yo bajé al salón con ganas de huir de allí lo más pronto posible.

- ¿Estás bien, Jennie?- preguntó Monroe al verme un poco roja.

- Estoy bien - salté lo que quedaba del sofá y me senté en este mirando hacia la puerta.

- Qué sepas que no vuelvas a atar a Rosalie de esa manera - acuchilló éste.

- Claro...- giré mi cabeza hacia él- si no vuelve a intentar engañarme- le guiñé un ojo y le sonreí.

Meneó la cabeza en señal negativa como si me estuviera comportando como una niña de seis años.

- Has cambiado - me dijo Monroe de repente.

- No estoy tan segura, Monroe -hice una pausa- mis decisiones pueden afectaros y no quiero que salgáis perjudicados.

- Bueno, no seríamos tus amigos si no nos involucráramos y permitiéramos que hagas las cosas tu sola- se sentó a mi lado y me colocó una mano en el hombro a modo de apoyo.

Cuando Rosalie bajó junto a Nick (a saber de qué estaban hablando), nos pusimos mano a la obra y por la tarde (ya noche), habíamos terminado de limpiar y ordenar un poco. Burkhardt tenía que comprar nuevos muebles, contratar a un arquitecto y que le arreglara el piso y demás cosas.

- ¿Queréis cenar?- Cuestioné cuando habíamos terminado.

- ¿Quién cocina?- preguntó Monroe.

- Yo- respondí un poco dudosa.

- ¿Estás segura de que sabes cocinar?- arremetió Nick con una sonrisa de diversión en la cara.

- Qué sepas que tengo el título de chef - le mentí.

Bueno, no es que no lo tuviera, sino que estaba en una categoría inferior, pero sí que sabía cocinar y se lo iba a demostrar. Me arremangué las mangas de la blusa que me había dejado Burkhardt por tener un poco de frío y me puse seria.

- Uy, que seriedad- Monroe le dio un golpe a Nick- ya la has hecho cabrear, ¿no? - miró a su amigo- espero que no te mueras Nick.

- Yo también Monroe- y estallaron las risas por el salón.

- Chicos, os vais a preparar la comida solitos como sigáis siendo tan graciosos- les dijo Rosalie con una sonrisa en la cara que hizo que ambos se callaran de golpe.

- Mejor me callo- se inclinó hacia Nick- a veces Rosalie puede ser muy peligrosa.

- Ya lo veo, ya - le susurró a Monroe mientras se aguantaba la risa.

- Ya que estáis tan habladores, poned la mesa - les señalé con el dedo a ambos. Estos asintieron y siguieron mis órdenes.

-Quizás deba llamarte algún día para que los pongas a limpiar la casa y aprendan disciplina- se rió Rosalie.

Me enfoqué en hacer un entrante. Cogí salchichón, chorizo y queso que había en la nevera y en dos platos grandes, corté todo en trozos y los ordené, el chorizo por un lado, el salchichón por otro y el queso al final rodeando el plato.

Después hice una sopa de verduras, para que por la noche no fuera tan pesado comer y de segundo plato unos espaguetis a la boloñesa con un poco de ensalada de lechuga.

No era lo más complicado del mundo, pero si lo más fácil para comer por la noche y rápido de preparar para 4 personas.

Nos sentamos cada uno en un lado, Rosalie al lado de Monroe y yo al de Nick.

Una GrimmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora