"Creyente" | Harry Potter | Las Reliquias de la Muerte

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(Pt. 2 de "Fantasmas")

"Harry te quiere, Ysaak"

Cada noche se aferraba a aquellas palabras, intentando mantener viva la pequeña chispa de luz en su interior. Apretaba los puños con fuerza, tratando de aferrarse a lo inexistente con tal de no sentirse como uno de ellos. Pero nada de eso valía ya la pena, porque la marca que adornaba su muñeca demostraba a donde pertenecía, y a quien pertenecía.

Albus Dumbledore estaba muerto. Cerró lo ojos con fuerza, ahogando el gruñido que quizo escapar cuando los mortífagos, que habían regresado a la mansión Phantomhive, se largaron a reír de regocijo mientras recordaban el suceso de hace ya un año.

-Señor Phantomhive-Saludó Amber, una bruja tres años mayor que el mencionado-, ¿necesita compañía?

Ysaak, quien ya lucía como un verdadero hombre, se levantó con elegancia de su silla y realizó una respetuosa reverencia.

-Me temo que no, Amber-La mujer, en vez de marcharse, se inclinó sobre él, apoyando y presionando el busto contra su pecho.

-Pero, mi Señor, debe de estar estresado-Ysaak la apartó de un jalón por los hombros, irritado con la infinita insistencia de la contraria-. Yo puedo ayudarlo a relajarse.

Los fantasmas de sus ancestros lo observaron penetrantes. "De buena familia y una mujer, debería sentir vergüenza de rechazarla", la voz de Anastasia, la esposa de Elrond, resonó en sus oídos mientras que Amber continuaba insistiendo.

-Déjalo, Amber. Ysaak no necesita a una bruja como tú a su lado-La voz siseante de Voldemort hizo reinar al silencio. Veía con repugnancia a la mujer, que ahora retrocedía con la cabeza baja-. Creí haber dejado en claro que Ysaak no es Floki.

El recuerdo más oscuro de su memoria asaltó su mente. Su padre arrodillado frente a él, con mirada decidida y encadenado de pies y manos. Voldemort a sus espaldas, susurrandole al oído como toda una serpiente: "No matarás a Harry Potter, pero a cambio quiero que lo mates a él". Recordó el cómo había cerrado los ojos aguantando las lágrimas, para luego abrirlos con una mirada fiera: "Avada Kedavra", la luz rodeó a su padre e Ysaak soltó la varita.

Era uno de ellos.

Aquella noche festejaron el asenso del nuevo señor Phantomhive, el aprendiz del señor Tenebroso.

-Ysaak, hijo mío-Llamó Voldemort con veneno en su voz-. Debo terminar de enseñarte. Pronto, muy pronto, marcharemos en contra de Hogwarts, y te necesito a mi lado.

Asintió en silencio, repitiendo en su mente las palabras de las que se había vuelto creyente.

Con un pequeño gesto, ambos se encaminaron a la que fue alguna vez la sala de conmemoración familiar de los Phantomhive. Ahora era simplemente un gran salon vacío, de grandes ventanas sin cortinas y con unas paredes pintadas de escarlata. Ahí había Ysaak asesinado a Floki, y ahí lo habían obligado a volverse un mortífago.

-Comencemos con la apropiada reverencia, hijo mío-Ambos alzaron sus varitas y se inclinaron con elegancia ante el contrario-. Ahora, un pequeño rodeo, si no es una molestia.

Sin responder, Ysaak inició un lento floreo, observando a los ojos a su maestro.

-¡Excelente!-Lo felicitó Voldemort con una sonrisa de víbora-Prepárate, hijo mí-

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