El Gato de los Ojos Verdes

Ocurrían cosas muy extrañas cada noche de Halloween, pero este año era mucho más inusual debido a la acción que ejercía el eclipse que ocurriría precisamente a las 12 de la noche.

Yo acostumbraba a deambular por el cementerio durante esta fecha cada año, pero nunca supe porque lo hacía, era parte de mí, pero a la vez no recordaba el motivo, caminaba cuando oí a una persona llorando, me acerque hacia dónde provenía el sonido, oculta tras un árbol presencié a una niña tendida sobre una tumba, lloraba sin consuelo y sujetaba entre sus manos un colgante con una medalla, no podía ver desde dónde me encontraba a quien le pertenecía, pero supuse que era de la persona que había muerto, en la lápida estaba escrito el nombre del fallecido, y a pesar de que estuviese un poco deteriorado tenía la certeza absoluta de que se trataba de:

" Hija Helen 1987-1994, que descanses en paz."

No sabía que hacer así que me oculté y observé, la escena se mantuvo igual durante un tiempo, cuando sonó la campana de la medianoche, y ocurría el eclipse, me distraje durante un minuto y cuando volví hacia la pequeña ya no estaba; solo yacía un gato negro cuyos ojos eran dos piedras de esmeralda, no lo pensé dos veces y lo sostuve entre mis manos, el efecto del eclipse pasaba y la niña retomó su forma nuevamente, la desperté para ver si algo malo le ocurría, al abrir sus ojos eran igual de verdes que los del gato, pero no me asusté, todo lo contrario, era como si la conociera, pero hubiera olvidado todo, la pequeña estaba descalza y sola en aquel siniestro lugar, no pude contenerme el hecho de interrogarla, la preocupación me consumía...

-¿Te encuentras bien? ¿Te has hecho daño? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué estás sola?

La niña no me respondió, se limitó a mostrarme una sonrisa cálida para luego abrazarme y murmurar aquellas palabras que juro nunca olvidaré- mamá yo también te quiero...

Me quedé sin habla no sabía qué hacer en esa situación, pero la niña seguía diciendo:

-Mami, pensé que este año no vendrías, te he estado esperando durante cuatro años hasta que aquí estamos juntas nuevamente...

-Nena lo siento pero yo no soy... -No había terminado la frase, cuando la niña extendió su mano, en ella estaba el colgante que antes había visto, al abrir el medallón se encontraba una foto de aproximadamente cuatro años en la que aparecíamos las dos de una forma cariñosa.

Yo estaba confusa, no entendía nada, buscaba en mi mente pero era una nube de humo, me preguntaba- ¿Cómo era eso posible? ¿Yo la conozco?

Fue entonces cuando la niña me contó:

-Madre hace cuatro años exactos las dos tuvimos un accidente, volvíamos a casa de comprar los disfraces para Halloween, un auto que venía a toda velocidad nos golpeó... yo no corrí con suerte, pero... tú, en cambio puedes vivir, solo tienes que despertar del coma en el que te encuentras.

-pero...- le dije algo aturdida- Si es verdad lo que me dices, ¿cómo puedo verte y estar consiente?

-no, no lo estás y me ves porque hoy es Halloween. Y si después de cuatro años no has despertado es porque no lo quieres.

-¿cómo podría y sin mi hija a mi lado?, ¡yo tenía que haber muerto, no tú!... tú tenías un camino completo por delante, ¿cómo puede ser la vida tan injusta?, me niego a despertar, te acompañaré para siempre.

-no madre..., no hay vuelta atrás, lo que sucedió no puede ser desecho, pero te pido que si me quieres por favor despierta, y vive tu vida felizmente por las dos, papá está muy preocupado y triste, tienes que volver también por él, yo siempre estaré contigo y te protegeré aunque no me puedas ver, ahora sí, despierta, te lo pido.

Nos abrazamos y despedimos....-TE AMO HIJA

Poco a poco fui oyendo - querida... ¿estas despierta?- era la voz de mi esposo que se encontraba a mi lado...

Y fue entonces cuando abrí completamente los ojos que divisé un gato negro de ojos verdes a través de la ventana, maullaba sin cesar, su maullido emitía felicidad y sonaba como si estuviera dándome la bienvenida...