Era un día nuevo de invierno, el frío agobiador estaba presente, castigando cada centímetro de piel expuesta dejándola fría y escarchada como un copo de nieve.
Era vulnerable al frío por muchas razones, casi no la podía soportar, pero ese día en particular, el frío no era nada para el calor que poco a poco se incrementaba en su interior. La emoción era casi instantánea al ver los cabellos rojizos acercarse a lo lejos, su vista se centro en él, en su venir lento y confiado, en su sonrisa algo altanera pero confiable.
Una vez estuvieron frente a frente, no pasó lo que era de costumbre, no pasaron de largo dejando una mirada cómplice, no se ignoraron ni hicieron como si no existieran. Esta vez fue diferente.
Estando frente a frente, Castiel saludo en un gesto caballeroso, con un beso en la mano de Nathaniel y una sonrisa encantadora...
Las manos que tanto tiempo estuvieron sin su pareja por fin se encontraban en un lugar público, podían estar juntas sin restricciones.
Al entrar a una cafetería el aire tibio y con un delicado olor a vainilla y café los consumió, el lugar estaba relativamente vacío, aunque eso ya no importaba. A paso lento y compartiendo un amena charla llegaron a una mesa con sillas acolchonadas.
-¿Qué quieres tomar, bebé? -un vuelco en su corazón se instaló al oír ese apodo que tanto escucha en privado, Nathaniel lo miró dulcemente amando las palabras de su novio.
-Sólo quiero un Capuchino -sonrió tranquilo, ya saben, esa sonrisa que no tiene prisa y deja ver que no es falsa en lo absoluto- ¿Y tú?
-A ti -el comentario salió de la nada, llenando el aire con más dulzura.
-Yo iré a pedir las cosas -rió levemente avergonzado por el comentario, se puso de pie para caminar hasta la barra.
Pidió un capuchino y un expreso cargado, sabía que a su novio amaba ese tipo de bebidas calientes, aunque contenía tanta cafeína que asustaba. De poco a poco, Nathaniel fue quitándole esa costumbre pero esta vez quería mimarlo y concentirlo.
Un abrazo le llegó por la espalda de una manera amistosa, ahí a lado, la cara de su mejor amiga le hizo llevarse el susto del día.
-¡Nathaniel! ¡Que alegría verte, amigo! -Sucrette estaba tan emocionada y feliz al encontrarlo.
Nathaniel le miró sonriendo, aún con las bebidas en las manos le devolvió el gesto de emoción, notando a lo lejos a Armin en una mesa haciéndole gestos de saludos.
-¡Sucrette, que sorpresa! -rió, la verdad no era sorpresa encontrar a la castaña en esa cafetería pues era una de sus favoritas.
-¿Estas con algu-...? -sus ojos se enfocaron en la cabellera pelirroja- ¡Estas con Castiel...! -la sonrisa de aún más emoción no se hizo esperar al ver a este sentado unas mesas más allá, le hizo un saludo con las manos y este le respondió sólo con un movimiento de cabeza- ¡Dios! ¡Que felicidad, Nathaniel! ¡Por fin salen juntos en público!
Nathaniel sonrió, el aún estaba en las nubes con lo que estaba pasando.
-Espera, espera. Llamaré a Armin para que nos sentemos todos juntos -rápidamente se alejó del rubio para buscar a su nuevo amigo y llevarlo del brazo en dirección a la mesa de la pareja.
Todos ahí sentados parecía realmente tranquilos, compartían una buena platica que de vez en cuando desembocaba en risas, aunque Castiel tenía un problema. Abrazaba a Nathaniel y lo pegaba cada vez más a su cuerpo, el rubio no entendía pero se dejaba, sólo hasta cuando notó que todo esto era debido a cuando Armin le hablaba o le miraba.
-Entonces, Armin... -por fin Castiel le dirigió la palabra a su supuesto "contrincante", Nathaniel miró al suelo, quizás esto se ponga feo- Gracias... -la mirada ámbar del rubio se levantó sorprendida, ¿había escuchado bien?-. Gracias por cuidar de Nathaniel el otro día, cuando yo no lo hice...
Armin también esperaba una pelea, se alegró bastante por el comentario y una vez más sus labios formaron su característica sonrisa.
-No hay por qu-... -fue interrumpido por este.
-Pero...
Todos miraron a Castiel, este se estaba tomando una larga pausa para decir a lo que quería llegar.
-No tienes porque volver hacerlo, yo me haré cargo de Nathaniel ahora. Después de todo es mi novio, aún te agradezco pero te agradecería más si no me causaras celos al acercartele demás.
Un silencio inundó el lugar, no era incómodo, sino un silencio divertido en el que las mejillas Nathaniel tomaron un tono rosa leve por la vergüenza, amaba esto...
Sucrette rompió el silencio
-¡Que bueno que te pongas los pantalones Castiel! ¡Ya era hora! -tomó un sorbo de su Frapuchino restándole importancia a todo-Claro, espero que ya no vuelvas a dejar que Kentin golpee a Nathani-....
-¿Que Kentin, qué? -replicó Castiel levantándose bruscamente de la silla.
Sucrette tapó su boca, olvidaba completamente qué Castiel no se debía enterar, no por ahora- y de ser posible, nunca- saber quién era el causante de los golpes.
Esto no era bueno.
ESTÁS LEYENDO
𝙱𝚊𝚍 𝙶𝚞𝚢 ||Castiel x Nathaniel||
FanficCastiel es el típico chico malo. Nathaniel es tranquilo e inofensivo ¿Qué podría salir mal? ||Adaptación|| M A L O ||Foah||