Karmaland NPC: Nieves

Capítulo 16: Nevera de Waifus 2/4

Narra Auronplay

—¡Frederick! Te dije que dejaras de poner huevos. — agarre lo que mi hijo había echo y lo puse en un cofre con los demás.

Él solo me ignoró y se fue a comer las semillas que le había dejado, yo sin embargo me recosté en mi sillón, los últimos días habían sido agotadores, hoy es mi día de descansos ya que trabajo caso 12hs al día, mi externo me hizo aceptar como tres trabajos y apenas que pasó tiempo en casa.
Comencé a cerrar los ojos para pegar una siesta pero sonó la notificación del celular.

Mensaje de Vegetta

Necesitamos tu ayuda en el consultorio. Ven con tu traje de doctor. ¡Rápido!

Le respondí que iba y me levanté desganado del sofá, tome mi bata, estetoscopio y lentes mientras caminaba hasta la puerta no sin antes despedirme de Frederick.

— Frederick guapo, me voy al consultorio, no me esperes. — cerré la puerta y fui a toda prisa, no sabía que era lo que pasaba pero Vegetta no me llamaría por cualquiera cosa, debe ser importante.

Llegué y al entrar al lobby del lugar me encontré con Rubius, Vegetta y Akira, que se acercaron rápidamente a mi.

— ¿Que pasa, si me molestaron en mi único día libre más les vale que sea de vida o muerte? — dije seriamente.

— Es Nieves, está muy enferma. — dijo Akira

— Entraron unos científicos, y todavía no salen, creemos que ellos no saben que le pasa. — confesó el de máscara de oso

— ¿Y que es lo que le pasa exactamente como para que ellos no lo sepan?

— Tenemos pruebas como para creer que Nieves es de una aldea lejana de Karmaland dónde sus habitantes están conectados con el frío, aquí hace mucho calor para ella y puede derretirse.

— Queremos llevarla a mi Antigua casa, ahí tengo un lugar muy frío en el que se podría quedar.

— Bien iré a dar un vistazo, pero esa es una teoría sin fundamentos, si veo que lo tienen todo bajo control me iré a casa, esto les va a costar esto. — fijé mi vista en la recepcionista que se impresionó al verme.

— Doctor Auronplay, ¿No se supone que es su día de descanso? — preguntó

— Si, pero he olvidado algo en mi escritorio y lo necesito. — me acomodé los lentes.

— Bien pase. — yo asentí con la cabeza y fui hasta la habitación donde estaba Nieves. Toqué mí me atendió una hombre canoso y con lentes.

— ¿Necesita algo? — dijo con cara de molestia, se nota que no me quería aquí.

— Tengo que pasar para revisar a la paciente. — dije en tono serio haciendo a un lado lentamente al hombre para pasar.

Al llegar no ví a mi compañero, seguramente se fue a ver unos exámenes o algo parecido, en la habitación había otros dos científicos más, con sus cosas al lado de la camilla. Note que el piso estaba mojado, levanté mi mirada y en esa camilla había un cuerpo tan chico como el de una niña de 6 años, me acerque y toque su piel, inmediatamente mis dedos quedaron empapados por el frío y húmedo líquido que sabía de todo su cuerpo.

Los cerdos tenían razón, se está derritiendo...

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