Capítulo 11.

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—¡Hinata! —el grito hizo a la pobre mujer saltar en su lugar, mientras acumulaba algunos papeles en sus manos.

—Sakura. ¿Qué sucede? ¿Algún problema en el hospital? —preguntó con preocupación.

—Sasuke está en la aldea. —expresó de inmediato. Los ojos perla de Hinata se abrieron con asombro. Tenia sentimientos encontrados, y todos variaban del pánico y la sorpresa.

—Naruto. —susurró con los ojos abiertos. Sakura asintió en silencio sobre algo que parecía ser importante. —¿Por qué volvió? Esto traerá muchos problemas. —se llevó una mano a la frente.— Es que no entiendo, él siempre manda por carta los informes. ¡Y ni siquiera directamente a Naruto!

Sakura suspiro. Quizás Hinata estaba alterada porque todos tenían en claro que la relación de Sasuke y Naruto, antes de que esté último se fuera, había sido algo tensa. Pero ella misma temía por otras razones, que tenían mucho que ver con la tensión entre sus exs compañeros de equipo.

— Naruto no puede verlo. No preguntes porqué Hinata. Solo confía en que será lo mejor.

Naruto estaba tratando de mantenerse despierto y atento

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Naruto estaba tratando de mantenerse despierto y atento. Apoyado en la mesa escuchando como el consejo de ancianos parecía quejarse sobre si era buena idea realizar la remodelación en la parte norte o sur de la aldea. Pestañeo un poco, tratando de no cerrar sus ojos demasiado tiempo. Sentía que en cualquier momento iba a quedarse dormido.
Trató de relajar sus músculos de los brazos un momento, para estar concentrado.

Las quejas innecesarias de ellos realmente lo tenían harto. Era las partes menos favoritas de su trabajo.

—¡Esta hecho! Será en el lado sur.

Naruto como Hokage, asintió, procurando verse totalmente al tanto de la discusión que habían mantenido los otros. Cuando la reunión termino, el rubio suspiró lleno de cansancio, notando la oportunidad de tomarse un pequeño momento para él e ir a comer un exquisito tazón de ramen.
Al llegar a Ichiraku, el aroma hizo agua en su boca. Recordó fugazmente la vez que estuvo una semana sin poder comer su alimento favorito, por las náuseas que había tenido. Un escalofrío le recorrió la espalda, fue una semana aterradora llorando al ver películas antiguas.

—Bienvenido, Naruto. Lo mismo de siempre a la orden. —habló el hombre apenas vio como el Hokage se sentaba en el lugar.

—¡Buen provecho! —exclamó feliz, cuando el planitllo estuvo al frente de él.

Hizo un sonido de satisfacción apenas probó el primer bocado. Al final terminó riendo junto al carismático hombre, hablándole de Boruto. A veces parecía que extrañamente presumía mucho a su pequeño niño. Pero estaba orgulloso de ese ser que había criado. De pronto una fuerte palmada en su hombro lo movió un poco.

—Sakura, ¿Qué pasa? —preguntó algo nervioso, sobando el lugar impactado.

La mujer le sonrió. Sostuvo el brazo de su amigo, quien había terminado de comer. Lo arrastro entre la multitud de aldeanos que se le quedaban viendo Co respeto, algunos hombres suspirarón al ver pasar al Hokage que no tenía a ninguna pareja. Y algunas mujeres sonrieron de lado.
Naruto no tenía la inquietud de Sakura por llevarlo sin decir una palabra, por un recorrido a pie.

—Has tenido demasiado trabajo durante todo este tiempo. Y ni qué decir de lo difícil que la has tenido criando un hijo. Detalles aquí, detalles allá. Llamados de la academia, murallas pintadas. ¡Hombre! Necesitas un día para ti.

Para alivio de Sakura, Naruto asintió. Aceptando un baño en las aguas termales. Ese era su día después de todo.

Mientras tanto, ajeno a lo qué sucedía. En la oficina del Hokage, Hinata estaba sentada en el escritorio manteniendo la mirada fija ante un extremadamente serio Sasuke Uchiha. Hacía mucho que no lo había visto y eso, contando que pocas veces cruzaron palabras. Pero jamás el silencio había sido tan asfixiante. De manera lenta el hombre tendió unos papeles.

—Mis informes. Están sucediendo cosas extrañas. Dile a Naruto que lo lea con atención. —habló Sasuke. Hinata asintió. En la mirada del hombre se notaba una duda que tenía, pero no quería pronunciar.

—Naruto tiene día libre.

Sasuke asintió, dando media vuelta y saliendo del lugar. Para empezar no sabía para qué había ido personalmente hasta Konoha. No tenía sentido, después de tantos años lejos no tenía sentido ir ahora. Pero según él, había una sensación que lo llamó, que lo hizo volver a sus raíces por algún motivo. Y en el fondo sentía que ese motivo era Naruto.
Fue terco, lo reconoce. En lugar de elegir una vida con quién lo amaba, decidió marcharse y dejar todo eso atrás. Que absurdo, porque después la vergüenza lo consumió cuando quiso pedir perdón, y el orgullo también.

Si pudiera golpearse lo haría, de hecho si podía, pero sería demasiado estúpido de ver.

Algunas personas se le quedaron mirando, parecía que estaba siendo reconocido y no sabía si lo hacía como héroe o traidor. Tragó saliva manteniendo su vista siempre fija en alguna parte que no fueran los rostros de esos que lo miraban.

—¡Boruto! ¡No tan rápido! —gritó una niña, que sin querer choco un poco el cuerpo del mayor. — Disculpe señor. ¡Boruto!

Boruto le recordó a Naruto. Quizás era un nombre en honor al Hokage. No le podría parecer raro. De pronto un brazo rodeo sus hombres. Se volteo con el ceño fruncido, bastante molesto por qué su espacio personal estaba siendo invadido.

—Hey, Sasuke. ¡Cuánto tiempo! —sonrió Kiba. Entre todas las cosas que esperaba, eso era inesperado.

Pero al final terminó siendo llevado por el hombre hacia una especie de bar. Que extraño, habría jurado que eso no estaba ahí hace 12 años atrás. Pero las cosas cambiaban.

Cambiaban y él recién lo sabría.







N/A: Para el capítulo siguiente me imaginé a Naruto cantándole al Sasuke u.u ahora sí se van a reencontrar :")) y pronto Boruto va a estar al frente de su padre y, esto se va a terminar u.u

Gracias por leer💕

Mamma Mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora