//One-Shot//

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Él no había querido. Realmente no fue su intención, si tan solo hubiera mantenido su boca cerrada por cinco minutos más quizás no estaría en esta situación, siendo regañado por nadie más y nadie menos que el mismísimo Akashi Seijuro.

Todo había pasado inesperadamente rápido, pero a la vez tan lento que Furihata no sabía realmente cómo actuar o qué decir.

Furihata sabía que durante las últimas semanas había estado actuando raro, y –para su mala suerte- ya todo el mundo se había dado cuenta también.

Su familia, al estar bastante ocupados con sus trabajos y universidad (en caso de su hermano) no habían notado lo realmente melancólico que estaba Kouki, y si lo hicieron decidieron que "era cosa de adolescentes" y no hablaron del tema.

Sus amigos por otro lado, decidieron que sí era asunto de ellos también.

En un principio sus compañeros de equipo parecieron dejarlo ser, tal como su familia, simplemente no se inmiscuyeron en sus asuntos, y esperaron pacientemente a que Kouki volviera a su estado usual, a sonreír naturalmente y dejar de mostrar esa mirada entristecida cada que estaba en silencio con sus pensamientos. Un corto tiempo después parecieron decidir que ya habían esperado demasiado.

La entrenadora no fue tan ruda con él. Sus amigos comenzaron a incursionar en el oficio de payasos con tantas bromas que comenzaron a hacer. Kuroko le regaló uno de sus batidos de vainilla. ¡Hasta Kagami se dejó hacer una broma con Nigou!

Pero aunque Kouki se realmente se divertía y apreciaba sus intentos, antes de que pudieran celebrar ya estaba pensativo de nuevo.

Fueron Kawahara y Fukuda quienes decidieron acabar con la incertidumbre (con todo el equipo por detrás por supuesto, alejados esperando el chisme para evitar que Kouki se avergonzara y decidiera mentirles con el "todo está bien").

Los dos seleccionados no tardaron en interceptar al castaño justo después de una larga tarde de entrenamientos. Ambos con sus mejores caras serias condujeron a Kouki a una de las bancas y lo instaron a sentarse, mientras ellos se mantuvieron de pie con sus brazos cruzados, cual madre enfadada.

—¿Y bien? — Dijeron ambos amigos al mismo tiempo, Kouki, quien estaba muy confundido no tardó en expresar sus interrogantes.

—¿Y bien qué?

—Sabemos que algo te ocurre Furi — El castaño tragó saliva desviando su mirada con timidez — Y te hemos esperado para no presionarte, no tienes que decirnos si no quieres — Comenzó Fukuda con una mano en el corazón.

Kawahara por otro lado comenzó a toser falsamente insertándose en la conversación — Queremossaberlosamigosnoseocultancosas — Y siguió tosiendo falsamente, Fukuda le dio un codazo aunque no pudo evitar que una sonrisa apareciera en su rostro, al igual que en el de Furihata.

—Pero estamos preocupados por ti, somos tus amigos y realmente queremos ayudar, así sea prestando un oído.

—¡No importa lo que sea! Aquí estamos para ti amigo.

Kouki los admiró con un rostro emotivo, con tan solo unas pocas palabras los ojos del castaño ya estaban cristalizándose involuntariamente.

—N-No los quería molestar, yo solo...

—¡No es molestia Furi! Para eso estamos, los amigos son amigos para siempre y por siempre, ¡en las buenas y en las malas! — Esta vez fue el turno de Kawahara de darle un codazo a Fukuda por interrumpir a Kouki apenas estaba iniciando su confesión. Pese a la interrupción Kouki pareció relajarse más ante sus palabras.

Escúchame bien Furihata Kouki - ||AkaFuri||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora