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Ya pronto amanecería, el sol parecía negarse a salir en aquella fría mañana de invierno. La muchacha metió las manos en el bolsillo de su abrigo, caminando algo apresurada llevando consigo su bolso, que era todo lo que traía con ella.

La dirección del departamento de Heechul estaba próxima, se dirigía justamente hasta allí pero entonces sus pies ya no pudieran avanzar.

Volteo a mirar hacia atrás, como si algo estuviera llamándola, como si aquella sensación le pidiera a gritos que volviera a los brazos de aquel hombre. Su rostro se tornó triste y dolido, haberlo dejado allí sin decirle nada había sido en verdad difícil y mas aún después de haber estado íntimamente con el ¿pero que podía hacer? Ella no lo merecía, jamás podría merecer a alguien tan leal y bueno como él.

Volvió a caminar a duras penas, tratando de ignorar todas esas emociones que había comenzado a experimentar desde que estuvo en sus brazos. Y es que él era todo un sueño para ella, jamás en su vida alguien la había querido, o la había cuidado, protegido; jamás alguien la había amado y entonces una lagrima escapo de sus ojos al rememorar las palabras dichas por Donghae antes de unirse a ella. En aquellos minutos se había sentido fuerte, valiente, sintió que tenía el mundo en sus manos, sintió que lo tenía todo.

Limpio sus lágrimas y se dignó a volver a caminar esta vez apretando sus puños y auto exigiéndose que ya de nada servía lamentarse por lo sucedido, su decisión ya estaba tomado, ella había elegido dejarlo atrás.

Toco la puerta del departamento de Heechul, pero con seguridad este todavía se hallaba durmiendo, ni siquiera eran las siete de la mañana.

Se recargo sobre la puerta con enormes deseos de gritar que estaba afuera, pero descarto aquella idea de inmediato, nadie tenía la culpa de su mal humor, solo ella. Volvió a presionar el timbre repetidas veces cuando sintió las pisadas de alguien que parecía subir por las escaleras. Solo se trataba del encargado del edificio, este se sorprendió al ver a aquella muchacha que ya muchas veces había visto frecuentar el edifico. Se acercó a ella con intenciones de ayudarla.

—Disculpe ¿busca usted al inquilino de este departamento?—pregunto en tono extrañado señalando la puerta que estaba frente a la chica—

—Sí ¿Lo siento hice mucho ruido al golpear la puerta?—murmuro en tono preocupado a lo que el hombre la miro aún más extrañado—sucede que mi amigo debe estar durmiendo aun y necesito hablar con él, ya sé que es temprano pero...—se detuvo al percatarse de la mirada extraña de aquel hombre, parecía no comprender lo que ella decía—

—El señor Heechul ya no vive aquí—sentencio dejándola perpleja—

—Disculpe... ¿Qué?—logro articular negándose a creer lo que aquel hombre decía—

—Como escucho. Él se fue ayer en la noche, llevaba todas sus cosas consigo. Incluso me dio las llaves para que se las entregara al propietario al cual le alquilaban el departamento...

La chica llevo una mano a su pecho sintiéndose asfixiado, ese idiota no pudo haberle hecho esto ¿Cómo pudo?

En aquel momento se sintió una idiota, sabía perfectamente que Heechul era capaz de esto e incluso mucho mas ¿Cómo había sido tan tonta de confiar en él?

Y entonces recordó el dinero.

—Necesito pasar—dijo abruptamente, el encargado la miro sorprendido—es... deje algunas cosas aquí con él. Por favor es algo muy importante...—el sujeto compuso una mirada llena de incomodidad y algo indeciso—se lo ruego, solo pasare unos segundos para verificar si no las dejo aquí.

NO DEBISTE ENAMORARTE DE MÍ (con Donghae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora