La alarma sonó a las 4 de la mañana, la apagué corriendo y me levanté. Muerta de sueño me fui al baño asearme. Me vestí a oscuras, para no despertar a Carla, cerré la puerta del dormitorio y me fui a la cocina. Preparé un café para mi y otro para cuando Carla se despertará. Al lado de la taza, un post it.
"Que tengas un buen día. Nos vemos pronto."
Me terminé el café, me preparé otro para el camino y llamé un taxi. Terminé de meter en el bolso unos papeles, me acerqué a la habitación a coger el cargador y darle un beso a Carla.
Estaba dormida, me desperté cuando María posó sus labios sobre los míos. Abrí los ojos y la vi en frente de mi cara.
-Me voy ya, nos vemos pronto -Me susurró mientras me besaba de nuevo-.
-Espera, que me levanto y desayunamos.- -Le dije destapando me-.
-No puedo, salgo ya.. el taxista está abajo esperando.- Decía mientras se iba-.
-¡Te quiero! -Le grité desde la cama-. -Y yo. Añadió antes de salir por la puerta-.
Miré el móvil y eran casi las cinco de la mañana. No sé si era por el sueño, pero he notado que María estaba algo distante. Cerré los ojos,intenté volver a dormir me, pero ya me he desvelado. Así que me levanté, fui al baño, me cubrí con una bata de seda color negro y me fui a desayunar. Fui directa a la cafetera, y vi que María me había preparado una taza de café y un post it. Se me hizo raro, quizás estoy sugestionada por la discusión de ayer, pero cada paso que doy, soy más consciente de que algo pasa. Y esa incertidumbre esta haciendo mella en mi. Me hace darme cuenta de una cosa, que ahora que se ha ido, noto que no está. Es bastante paradójico que solo ha estado un día aquí, sin prisas, juntas. Y ahora noto su ausencia. Ha dejado un vacío temporal.
"Quiero mirarte y que me mires, quiero vernos mirando nos, quiero sentirte mía. Todo lo que quiero. Ahora, cruzar me en tu mirada y llenar de caricias tus suspiros cuando callas."
Empecé a escribir, todo lo que callo. Todo lo que no le digo. Desde muy pequeña ha sido así, me expreso mejor con el papel. Y de alguna forma, me hace libre. Me libera desde un recoveco del alma, mi refugio, suelo coger oxigeno ahí. Entre versos. Aproveche para vaciar me el alma y escribir hasta que no pude más. Hasta que no quedaba nada, pero faltaba todo. Almorcé e intente tocar el piano con una sola mano. Imposible.. Me frustré y me puse música para desfogar en medida de lo posible, bailando. Pili interrumpió mi baile.
-¿Hola? ¿Estás despierta?
-Claro corazón.. ¿Cuando vienes?
-En realidad he llegado hace nada ¿Cuando te va bien vernos?
-Por mi, como si quieres venir ya.. Cuando quieras de verdad corazón
-No me lo digas dos veces, que me pongo en nada en tu casa eh..
-Venga, vente para aquí ya. Voy haciendo café.
-Ahora nos vemos corazón.
Mientras Pili venía, intenté hacer otra cafetera, pero misión fallida. Por que solo tengo una mano libre y no puedo desenrrocar la. Es lo malo de las cafeteras italianas. Así que me quede mirando la unos segundos resignada. Hasta que ella no venga, no la puedo hacer. Y las tostadas, mejor me espero, sino se las comerá frías. En su espera, hablé por teléfono con mi madre, que es la única que esta despierta antes de las nueve. Al colgar, me dí una ducha sin lavarme la cabeza y me curé las heridas. Me las dejé secar al aire y me puse una vez más, un vestido ancho. Hasta que no pueda levantar el hombro, será lo único que puedo ponerme. Aun que como mejor estoy, es en la cama desnuda, tengo menos roces.
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Cuestión de piel
RomansaHistoria de amor entre dos chicas. Viven al máximo todas las emociones de forma muy visceral. ¿Te atreverías a descubrir más? Sumérgete en este libro, cada capitulo te enganchará más.