Capítulo 1: Nueva casa.

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Hoy era un día normal, como cualquier otro. Regresaba caminando junto a mi hermana de las clases de danza, no quedaba tan lejos de nuestra casa, así que cuando nuestra mamá no podía llevarnos o irnos a buscar, simplemente volvíamos por nuestra cuenta hablando y bromeando entre las dos.

—Maddie... Hoy Abby estaba muy molesta. ¿No crees?—Mi hermana menor había comenzado a dar unos giros y luego se paró para mirarme.

Asentí insitándola a seguir, ya quedaba poco para llegar a nuestro hogar—. Sabes cómo es ella.

Dentro de unos minutos, llegamos sanas y salvas a casa, llevándonos la sorpresa de ver un gran camión de mudanza estacionado en frente y a nuestra madre junto a un señor montando cajas. Le dije a Mackenzie que se fuera a su habitación y fui directo a hablar con mi mamá—. ¿Qué está pasando?—Pregunté sin entender del por qué estaban subiendo las cajas con nuestras cosas al camión. Era muy pronto, mamá había dicho que nos mudaríamos al finalizar las clases de baile.

Ella terminó de montar una caja y se recargó de un lado del camión para mirarme—. Debemos irnos ahora, Madison. Anda a cambiarte y prepara el resto de tus cosas junto a Mackenzie—Dijo con simpleza a lo que yo fruncí el ceño por lo que me había dicho.

—¡Dijiste que nos iríamos en tres meses, no ahora!—Exclamé y ella suspiró cansada.

—Mi trabajo amerita que nos vayamos hoy. Lo siento, Maddie, pero ya sabes cómo son las cosas—Dicho esto, se fue dentro de la casa me imagino que a buscar otra caja.

Entré enojada y me dirigí a la habitación de Mackenzie para decirle que nos iríamos. Ella no reaccionó bien, sin embargo, lo aceptó y se encerró en el baño para cambiarse de ropa. Yo pensé en hacer lo mismo, así que me dirigí a mi habitación y me coloqué un jean y una camiseta de flores. Cambié mis zapatos de danza por unas converse negras y la ropa de la danza la guardé en mi bolso. Luego me propuse a sacar el resto de mi ropa del armario y las gavetas, para depositar todo-incluyendo mis zapatos-en mi maleta. También metí los objetos de uso personal y cerré la maleta, dejándome caer luego en ella. El resto de cosas estaban en cajas que, por lo vacío de la habitación, ya deberían de encontrarse en el camión de la mudanza.

Me levanté de golpe y tomé el mango de la maleta estirándolo hasta el máximo, agarré mi bolso de la danza y me fui hasta la sala. Mackenzie ya se encontraba ahí de brazos cruzados y un notable puchero con su maleta y bolso.

Estábamos a pocas horas de mudarnos a Los Ángeles por culpa del trabajo de mi mamá, estábamos muy tristes porque no queríamos abandonar ALDC. Sin embargo, no podíamos hacer nada siendo menores de edad.

—Mamá en serio no quiero abandonar AlDC. Quiero quedarme aquí con Abby—. Dije mientras la miraba tristemente.

—Lo siento mucho, mi amor pero tenemos que irnos—Respondió mi madre metiendo nuestras maletas en el auto. Ya el camión de la mudanza había partido con el resto de nuestras pertenencias al nuevo destino.

—Pero mamá—Me quejé.

—Ya, Maddie, anda a buscar a tu hermana que nos vamos—. Me ordenó.

—Está bien—Me rendí.

Entonces volví a entrar en la casa en busca de mi hermana, la cual encontré en su habitación mirando el pequeño recuadro vacío de paredes color pastel.

—Echaré de menos este lugar—Me acerqué a ella, quién se sorprendió de mi presencia, pero luego me dedicó una sonrisa triste.

—Yo también... No quiero irme Maddie—Dijo Mackenzie comenzando a llorar.

—Ay Kenzie—Le di un abrazo que correspondió al instante—. Tenemos que irnos ya.

—Está bien...—Kenzie se separó de mí y restregó los ojos.

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