Capítulo 2

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Wooyoung estaba de regreso en busca de aquel chico. Se estacionó en frente de la parada de autobús y buscó a San con la mirada, aún se le dificultaba distinguir su rostro, tomó el paraguas y bajó a comprobarlo. Definitivamente era el.

-¿Que rayos haces aquí? ¿acaso no ibas a tomar el autobús?.- tenía su mirada perdida, hasta que Wooyoung lo sacudió para que reaccione. Este lo saludó inclinándose.

-Yo estoy esperando a mi señor.- otra vez con eso, pensó, ¿hasta cuándo seguirá con lo mismo?.

-Vamos, te llevaré a tu casa.- lo tomó de su muñeca con intención de meterlo al auto, pero este se forcejeaba reteniéndolo.

-Aquí no está mi casa, yo estoy esperando a mi señor.- volvió a repetir, Wooyoung se pasa una mano por su frente.

-Entonces te llevaré a mi casa, puedes quedarte allí hasta que encuentres a tu "señor".- San aflojó su brazo y Wooyoung pudo jalarlo dentro del auto.

-¿Enserio podré quedarme contigo?-

-Si, pero no por mucho tiempo.-

En todo el trayecto de regreso no hablaron, San solo se concentraba en las gotas que se deslizaban por la ventanilla. En cuanto a Wooyoung tenia la vista en la carretera, ya que parecía que la lluvia empeoraba cada vez mas y temía que ocurriera algún accidente si iba mas rápido, por eso les tomó mas tiempo de lo normal.

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Wooyoung fue a buscar algunas mantas y almohadas para San, preparándole una acogedora cama en el sofá.

-Puedes dormir aquí. Si tienes hambre busca algo por allá.- señala la cocina, pero San sigue confundido, sin saber que hay allí. Wooyoung suspira y lo toma del brazo guiándolo hasta la cocina.

-Esto es una cocina.- San asiente.- esta es una nevera, dentro hay comida y bebidas.- se acerca a esta y la muestra como si estuviera presentando un electrodoméstico en la TV.- Aquí también hay mas cosas que puedes comer.- abrió las gavetas superiores, San esta asombrado a todas esas cosas, a lo que responde y señala un tazón de fideo instantáneos.

-¿Quieres eso?.- sigue respondiendo con su cabeza, ¿acaso le comieron la legua los ratones?.-Ten, iré a hervir el agua.- se lo entrega y este busca la forma de abrirlo. En cuanto Wooyoung regresa con el agua hirviendo, San se encontraba comiendo los fideos crudos.- ¡No! No los comas así. Mira.- le arrebata el tazón de fideos, vierte el sobre con el condimento y después el agua caliente.- luego lo cubres y esperas unos minutos.- San lo observa con suma atención en cada movimiento suyo. Wooyoung se siente como un padre enseñándole a su hijo de 3 años.

-¡Agh esto duele!- exclamó San al darle el primer bocado.

-Esta caliente aún.- toma los palillos, coge un poco entre ellos para luego soplar y darle de comer. Ahora parecen una típica pareja de enamorados.

-¡Esta cosa sabe bien!- le arrebata los palillos y comienza a devorarlos. Wooyoung ríe por su comportamiento, se veía tan tierno ante sus ojos. Él no tenia hambre, le bastaba con ver comer a aquel extraño chico.

Ya cuando ambos se fueron a dormir en sus respectivas camas, Wooyoung no podía reconciliar el suelo, no para de preguntarse así mismo, cosas como ¿de dónde provino aquel chico? ¿debería creer en sus palabras? ¿su planeta de verdad existe? Se dispuso a buscar en Internet alguna respuesta. Ya que si fuera algún ladrón haciéndose pasar por un indigente, ya le habría robado. Luego de varias horas navegando en la web, no encontró nada. Al menos le quedaban unas horas mas para dormir.

En la mañana siguiente, lo había despertado un ruido desde la cocina. Soñoliento, se levantó en dirección a la cocina, allí se encontraba San, rebuscando entre las gavetas, hasta que abrió en la que se encontraban los fideos. Había hecho un desorden para encontrarlo.

-¿Vas a comer eso a estas horas de la mañana?.- Wooyoung seguía resfregándose los ojos sin percatarse del desastre que hizo.

-Yo tengo hambre.-

-Tu solo siéntate allí, prepararé el desayuno.- en cuanto se posicionó en frente de la mesada, abrió los ojos de par en par al ver sus cosas por todos lados.- ¿que rayos hiciste?- se despeinó angustiado. Ordeno un poco para poder preparar al menos un café. - prueba esto, esta caliente ten cuidado.- San toma la taza entre sus manos y sopla antes de beberlo, su cara se asqueó.

-Esto sabe horrible.- Wooyoung nunca se cansará de sus tiernas acciones.

-Supongo que nunca probaste el café.- se levanta y se dirige a la nevera en busca de crema.- pruebalo con esto.- San vuelve a beber de la taza.

-Wow, ¡ahora sabe muy bien!-

-Come las tostadas también.-

Sus mañanas de los fines de semanas eran aburridos y solitarios, ahora, tiene a alguien con quien disfrutar un desayuno en casa. A pesar de que sea un extraño, se sintió acogedor tenerlo en su casa, esperando a no acostumbrarse, tarde o temprano tendrá que irse.

Wooyoung se propuso a ordenar un poco su casa, empezando por el patio trasero. Tomó dos rastrillos y le dio uno San.

-Observa y aprende.- comenzó a juntar hojas secas en un montón, San lo imitó de la misma manera. A pesar de no saber nada al principio, aprende muy rápido. En unos cuantos minutos ya habían recogido todas las hojas. La siguiente tarea sería trapear el suelo. Primero Wooyoung trapeó para enseñarle, luego se lo pasó a San, este copió sus movimientos a la perfección.

-Terminamos, ¡esto es divertido! ¿que haremos ahora?.- San se acercaba a él casi corriendo, pisando el suelo que seguía mojado.

-¡No pises aún!- en cuando terminó de decirlo, San había resbalado, cayendo y llevándose consigo el cubo de agua. Wooyoung se apresuró en llegar hasta él, resbaló pero cayó sobre sus rodillas.-¡¿estas bien?!- cuestionó preocupado.

-Estoy bien.- San estaba empapado, sentado sobre un gran charco de agua. Wooyoung no pudo evitar reír a carcajadas, recordando su caída y al verlo de esa manera.-vamos, levántate, necesitas un baño.- su risa iba cesando a medida que se acercaban al baño, al recordar que él era como un niño, que de seguro no sabe tomar un baño y que tendría que hacerlo él mismo.

Empezó llenando la bañera, mientras que San se sacaba su ropa. Ambos son hombres, pero Wooyoung por alguna extraña razón se sentía un poco nervioso, a pesar de que ya lo había visto así antes, al igual que sus amigos cuando iban a la piscina. Puso algo de jabón en la tina, creando un montón de espuma.

-Entra.- San obedece y entra a la tina lentamente. De pronto, sintió un ardor en sus mejillas, se estaba sintiendo aún mas nervioso que antes.
Quiso salir del baño, pero el lo detuvo.

-¿No vas a entrar?-

-¿Q-qué? Y-yo entraré l-luego, ahora iré a limpiar el charco.- salió lo mas rápido que pudo, escuchaba su propio corazón latir con prisa. Llevo una mano a su pecho intentando tranquilizarse.- ¿Que rayos te sucede? Nunca haz actuado de esta manera antes, mucho menos por causa de un chico.- estaba hablando solo, tratando de comprenderse así mismo por su extraño comportamiento.

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ᴍʏ ꜱᴛʀᴀɴɢᴇ ʙᴏʏ - ᴡᴏᴏꜱᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora