🍒No sé en que capitulo vamos🍒

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Padre e hijo caminaron, internándose en el bosque mientras dejaban a la naturaleza apoderarse de ellos.

Joxter miraba con cariño a su hijo, se parecía mucho a él. Y por eso le amaba tanto.

—Snufkitten...

—Dime, papá.—respondió Snufkin con toda calma.

—Sobre lo de ayer... La verdad es que uno no puede controlar por quien sentirse atraído.—comenzó con su discurso.—Nosotros no podemos controlar nuestra naturaleza. El corazón de un mumrik es tan puro que puede salir herido fácilmente, pero si se da la oportunidad de amar, es lo más maravilloso de la vida.

Snufkin miró a su padre con un toque de tristeza en sus ojos.

—¿Si?

—En efecto (mi querido homosexual), no podemos controlar nuestros instintos naturales. Si alguien te gusta es inevitable que lo haga, nada ni nadie podrá cambiarlo.—dijo Joxter.

—Papá, ¿por qué me dices esto? Tiene algo que ver... Con Moomin y yo. Ya sabes, te dije que es probable que me guste él pero tú dices que no es posible.

—¡Pues es mentira!—Sonrío Joxter mostrando todos sus afilados dientes y esperando que su dulce Snufkin no se enojara.

—¡¿Qué?! ¿Por qué mentiste entonces?—el chico de verde comenzaba a enrojecer de enojo.

—Pues, créeme que no fue fácil para mí. Lo hice para protegerte, Snufkitten.

—¿De qué? ¿De estos sentimientos? Si alguien oculta lo que siente se hace daño y se pudre por dentro. Es horrible.

Joxter asintió, saco de su bolsillo una barra de chocolate y comenzó a comérselo.

—Lo que pasa...—dijo con la boca llena de chocolate—es que es algo complicado. Nuestra especie es sensible y de corazón frágil como el cristal, digno de ser amado. Más el corazón de un moomin es complejo, duda de las cosas. Se entrega a medias, nunca logra decidir...

—Eso es verdad...

—Pero no te sientas mal. Si tú amas a ese chico, te apoyaré. No me importa si es un chico o una chica. No me importa la especie a la que pertenezca, mientras tú estés seguro de que lo amas, solo sigue hacia adelante. Solo asegúrate de que nadie se interponga en tu camino.—continuó comiéndose su chocolate rancio.

—Honestamente no sé si lo amo. Me gusta estar con él, cuando lo veo no puedo contenerme y quisiera abrazarlo, el tiempo con él pasa muy rápido, nunca me es suficiente. Cuando toma mi mano, mi cuerpo se llena de mariposas y siento que me pongo nervioso. El mirar sus ojos me hace perderme en él. No lo sé, es extraño.

Joxter asintió.—Sin duda... Lo es. Y eso está bien, siempre que sea mutuo. ¿Él te ha dicho algo? ¿Ha dado señales?

Snufkin intentó recordar.

—Si. Él me aprecia mucho, por algo soy si mejor amigo y soy el más feliz del mundo por serlo.—respondió Snufkin—Es claro que me quiere.

—Entonces ve adelante por él. Se nota que es un chico muy dulce. Y seguro te quiere aunque no te bañes. —bromeó (?).

Snufkin se ruborizó ligeramente pero se ocultó tras su sombrero como siempre lo hacía cuando eso ocurría.

—Entonces todo está bien. Si los dos se quieren y no hay impedimentos, todo está bien. No sufrirán lo que pasamos Moominpappa y yo.

Al escuchar eso, la semilla de duda que Snufkin había plantado en su interior floreció.

—¿Tú y Moominpappa? ¿De qué estás hablando?

Joxter se puso pálido de repente.

—Nada importante. ¿quieres chocolate?—intentó desviar el tema ofreciéndole de su barra de chocolate toda babeada.

—No.—Snufkin se paró frente a él para confrontarlo, esta vez Joxter no podía escapar.—¿Hubo algo entre ustedes? A los dos los notó extraños cada vez que se habla del tema. Se ponen nerviosos, sus colas se sacuden muy rápido de un lado a otro y comienzan a sudar. Justo co tú ahora.

—Bien, me atrapaste.—Joxter no pensaba rendirse, pero qué más daba. Sabía que Snufkin no lo juzgaría ni contaría el rumor.

—Moominpappa y yo... somos novios.—admitió avergonzado.

Snufkin casi cae de la impresión.

—¿Son novios?

–¡Fuimos!—aclaró el Joxter completamente alterado.—Veras, cuando éramos jóvenes éramos mejores amigos, y por cierto muy unidos, casi como tú y Moomin. Pero... un día todo cambio, cuando noté que no podía vivir din él y cada vez que olía su dulce aroma, no podía resistir más. Moominpappa sentía lo mismo por mi. Simplemente ocurrió. Nos gustábamos y... pasó todo.

—Pero entonces ¿que pasa con mamá?—Preguntó Snufkin preocupado. Siempre había creído que Mymble era el único gran amor de Joxter, ya que ella hablaba de su padre con muchísimo cariño.

—Las Mymble son muy enamoradizas. Éramos jóvenes hormonales. Ella tenía ya varios hijos. Yo estaba roto. Simplemente decidimos consolarnos mutuamente. —dijo Joxter. Noto como el rostro de Snufkin se ponía triste.—Oh, pero dulzura, no te pongas así. Yo quiero a mamá. Mymble es una mujer maravillosa, es muy hermosa y muy buena madre. Además te hicimos con mucho amor.—acaricio con ternura la carita de Snufkin.

—Pero... ¿Todavía quieres a Moominpappa?

Esa pregunta dejó al Joxter con el cuerpo helado.  No supo qué decir ya que ni siquiera sabía cómo sentirse.

—Honestamente no lo sé. Es mi mejor amigo y por eso le aprecio y es especial para mi. Pero no sé si estos sentimientos que tengo ahí—señaló su pecho luego su cabeza—estén floreciendo de nuevo. Ya sabes. Es inevitable olvidar algo cuando la historia se está repitiendo.

—Papá...—Snufkin no tuvo más palabras, solo abrazo fuerte a Joxter.

Snufkin iba a guardar el secreto, pero hubiera preferido quedarse con la intriga por siempre a saber la cruel verdad.

Snufkin iba a guardar el secreto, pero hubiera preferido quedarse con la intriga por siempre a saber la cruel verdad

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Aquí es donde yo pregunto ¿quieren porno? Ya saben que soy un enfermó sexual y me gusta escribir joterías. Pero siento que debería consultar a ver qué dice el público. Obvio lo introduciré más adelante pero me gustaría saber si quieren o no.

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La madurez de un Mumrik Donde viven las historias. Descúbrelo ahora