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Ustedes sabían mejor que yo que iba a volver, tarde o temprano (?)
Cómo me gusta hacer esta advertencia...

ADVERTENCIA: El siguiente capitulo contiene lemon explícito, si no te gusta este tipo de escritura, puedes obviar éste capítulo :)

Para el resto, go!

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— No es tan fácil, Bro.

¿Cómo que no? Es tan fácil como entrar y preguntarle si se encuentra bien, o si necesita algo. Bro, están casados. Tienen un hijo.

Bokuto chasqueó la lengua y se dejó caer sobre el sofá del living, derrotado. Su cuerpo sin fuerzas se dejó caer, su espalda resbalando por el respaldo del sofá hasta derrumbarse totalmente entre los almohadones; la única luz encendida en la sala era la del televisor, mudo. Los ojos ambarinos se deslizaron hacia la pantalla sin prestar atención al contenido. Ni siquiera sabía si el canal que estaba transmitiendo en esos momentos era un noticiero o una película de acción, su mente muy lejos de aquella sala.

Sus ojos, otra vez, se deslizaron del televisor al corredor donde se hallaban las otras habitaciones del departamento, también a oscuras. Había sólo una luz encendida en uno de los cuartos y la puerta estaba cerrada; el resplandor se filtraba por la cerradura de la puerta y por debajo de la misma, dejándole saber a Bokuto que no estaba solo allí dentro.

Eran casi las 8 de la noche; ese día el entrenamiento había sido doble, la cercanía de un nuevo campeonato había elevado la competitividad y el espíritu de todo el equipo, titulares y suplentes. Bokuto no se quejaba, para nada. Mientras más pudiese entrenar, mientras más energía pudiese gastar, mejor se sentía. Su estado de ánimo era directamente proporcional a la duración de las prácticas y, aquel día, podía decir que había superado sus expectativas. Por eso, cuando había vuelto al departamento que compartía con Akaashi y su hijo hacía unos 20 minutos, si bien su cuerpo estaba fundido, su cerebro todavía tenía energías y ánimos de sobra para compartir con Akaashi una técnica nueva de remate que había estado practicando y que aquel día había salido a la perfección en más de una ocasión, para su gran algarabía.

Por supuesto, también recordaba y tenía presente todo el tiempo que una vez que Akaashi pudo acostumbrarse al nuevo ritmo de vida que ambos habían instaurado en su rutina con la llegada de Akemi, había comenzado a estudiar en forma afanosa nuevamente. Akaashi se levantaba poco después que Bokuto y eso ya al Alfa le resultaba un tanto alarmante, pues su rutina generalmente comenzaba a las 6 AM con un entrenamiento ligero; "tengo que ponerme al día", eran las palabras que Akaashi soltaba casi en forma automática y monótona cada vez que Bokuto le cuestionaba el por qué no aprovechaba y se relajaba un poco más. Había noches en las que ninguno de los dos podía dormir demasiado gracias al bebé...e igual se levantaba tan temprano...

Bokuto temía que Akaashi colapsaría en breve. No sabía a ciencia cierta cuáles eran sus actividades específicas cuando él no estaba en el departamento, pero intuía que seguía estudiando y atendiendo al bebé, el cual había demostrado ser bastante demandante.

Esa era otra cuestión más a sumar a su ya atribulada cabeza. El poco tiempo que Akaashi no le dedicaba a sus estudios y no se la pasaba hundido entre apuntes y sobre el ordenador, tenía a Akemi en brazos, lo cual se resumía a que, en aquellos 5 meses que habían pasado ya desde su nacimiento, Bokuto había tenido que acostumbrarse a sentirse parcialmente desplazado, hecho para el cual no estaba muy bien preparado.

Con todo ese contexto había vuelto al departamento cargado de temas de conversación y se había encontrado con un panorama que era tan rutinario que ya comenzaba a fastidiarlo: Akaashi se había encerrado en la habitación que había tomado como su estudio personal entre libros, apuntes y cosas del bebé desde no sabía qué hora de la tarde - porque ni siquiera había salido para encender una sola de las luces del departamento, ya siendo de noche - junto al bebé. Bokuto había soltado el bolso, golpeado suavemente la puerta e ingresado a su reducto personal.

VainillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora