Momento después de que tomara asiento detrás del escritorio ambos nos acercamos.
-Andrea, ¿Para qué somos buenos?-. Dijo él con ambas manos entrelzadas al frente.
-Como sé lo bien que son haciendo su trabajo, necesito que no pierdan de vista cualquier cosa, ni siquiera un mínimo detalle sobre la familia más prestigiada de toda Ciudad Nacional, ya saben, necesito saber sobre sus nuevos proyectos, alianzas, mejorías, etcétera, etcétera-. Hizo un ademán ante lo último. Abriendo su laptop mientras tecleaba me aseguré de mostrar mi mejor cara para no causar disturbios.
-Pero si eso ya lo sabíamos. Además nos asignaron…-. Ni llegué a la mitad de la frase cuándo interrumpió mis palabras.
-Oh cierto, que olvidadiza. Les conseguí un acceso directo a la mansión en dónde darán detalles específicos de sus nuevos inventos. Y no se preocupen, que no serán los únicos, habrán más reporteros y, periodistas en compañía-. Apoyó sus codos encima del escritorio. Con ayuda de sus manos mantuvo su mentón entre ellas dedicando una sonrisa altanera y volviendo a la pantalla de la laptop de nuevo.
-Ah, yo… Yo-. Ambos me miraron esperando a que hablara, pero de repente mis palabras murieron al igual que mi ganas de volver al trabajo.
-¿Tienes problema con eso, Danvers?-. Dijo mirándome fijamente, como si tan sólo con una sola mirada pudiera interpretar mis palabras.
Tuve que fingir que todo iba bien.
-No, ningún problema, todo en orden-. Sonreí ajustando mis gafas.
-Bien, eso es todo. Pueden retirarse-. Sin evitarlo al girarme aún con mi detestable sonrisa aprobatoria dejé salir un gesto desagradable.
-Hey, pensé por un momento que te gustaba este estilo de reportajes, ya sabes un buen debate-. Detuve mis pasos un momento para mirarlo.
-Todo que tenga que ver con justicia, violencia, problemas y demás también es buen debate. Pero ¿Entrevistar a Lex? Paso-. Reanude mi caminar hacia mi escritorio seguida de él.
-¿También piensas que tiene algo que ver con todo lo extraño que se siente el mundo?-. Antes de sentarme mi rostro confuso se volvió hacia él.
-¿Qué dices?-. Pregunté acomodando de nuevo mis gafas y cruzando mis brazos.
-Sí. No creo que Alexander Luthor sea quién dice ser, aquí algo está mal. No sé si me entiendes, me refiero a que, es demasiado bueno para ser verdad-. Se encogió de hombros.
-Vaya, por un momento pensé que lo idolatrabas-. Fruncí el entrecejo y me senté considerando sus palabras.
-¿Qué? Para nada, si estoy en este lío es por Andrea, además, estoy tras de Lex en busca de algo que dictamine que no es el chico bueno-. Oh no, no de nuevo, paso una vez con Mon-El éste no tiene que ser igual.
-Eh, William sobre ello, debes tener cuidado. Quizá y si es alguien con un pasado terrible y si es así no te convendría que te cruces en su camino, créeme-. Confundido me miró, como si pudiera ver a través de mi rostro la verdad oculta.
-¿Sabes algo sobre él que yo no sé?-. Reajustando por tercera vez mis gafas desvié por breves segundos mi vista de él.
-No. Es sólo que para ser dueño de una ciudad entera aprueba de que es multimillonario, jefe de ambas empresas, un genio y tiene un grupo de conocidos que lo adoran como si fuese Shakespeare-. Toqué mi cien cerrando los ojos tratando de averiguar cómo desenmascare a ese tipo.
Tengo que hacerlo por todos. Tengo que hacerlo por Lena, tardó mucho en sobrellevar la empresa para que llegara él y estropeará todo lo que Lena día tras noche y de madrugada poniendo sus horas extras en sus proyectos e ideas, sean arruinadas por ese malnacido.
De tan sólo pensarlo me ahorré las ganas de doblar el marco de la mesa.
Es algo que no me convendría hacer delante de una persona que en un inicio me trató como si fuera alguien menos.
-Tienes razón. Pero, si puedo hacerlo y hay algo ahí tarde o temprano tendré que investigar-. Dando una leve palmada encima del escritorio me sonrió y se fue a su escritorio.
Oh Rao, basta. Pensé que Mon-El estaba en el futuro.
Parece que reencarnó en William, igual de testarudo e incompetente.
-Kara ¿Está todo bien?-. Preguntó Nia entregándome un café. Lo acepté agradecida, tomé un sorbo antes de contestar.
-No, todo está mal, Nia. Espere que todo mejorará y en cambio parece que todo sucedió al revés, es tan desesperante-. Exhalé pesadamente.
-¿Qué pasó?-. De nuevo preguntó. La ví tomar de su café esperando mi respuesta.
-Para inciar, Lena sabe que soy Supergirl-. En asombro abrió de par en par sus ojos no esperando esa noticia.
-Espera, ¿De verdad?-. Tomó una silla y se sentó a un lado mío.
-Sí. Aunque desde ahí todo salió mal-. Sin saber qué decir quedó estática en el asiento, así que decidí continuar.
-Se lo dije después de que, Lex se lo dijera primero-. Aquello le sorprendió más.
-No puede ser. No es mi archienemigo pero siento un inmenso odio hacia él-. Frunció en una delgada línea sus labios.
-Lo sé. Así que cuando se lo dije a Lena en la premiación del Pulitzer pensé que yo por fin se lo había dicho por mis propios méritos pero aquella vez no fue así, todo ocurrió en la fortaleza de la soledad, todo fue tan, asfixiante y doloroso-. Dije recordando el momento.
-Vi en su rostro dolor, odio, y tristeza algo que nunca imaginé ver a causa mía-. Sentí su mano alrededor de la mía manteniendo una leve sonrisa ocasionando que mirase en su dirección.
-Kara, las personas suelen tardar algún tiempo en busca del perdón, no debes perder la fé, Lena sigue herida y, a pesar de que no fuiste tú quién se lo dijo debió provocar emociones contradictorias, así que no te culpes por ello. Te perdonará-. Le dió un ligero apretón a mi mano y por segunda vez sentí un poco de alivio.
-Y pensé que yo era la mentora-. Dije riendo ante lo irónico.
-Bueno, de vez en cuando no es malo ayudar al mentor-. Contestó sonriéndome.
-Gracias Nia, en verdad espero que Lena y yo nos arreglemos pronto-. Suspiré al mencionar su nombre.
Habíamos continuado nuestros labores en compañía hasta terminar los expedientes pendientes que Andrea pidió el día de ayer tras la anistía alienígena de nuevo en marcha.
Estaba tan concentrada en las notas que desvié por un momento el sonido insistente de mi celular. Al segundo tono dejé de hacer lo que hacía para contestar.
-¿Hola?-. Reajuste mis gafas esperando respuesta del otro lado de la línea.
-Kara no me vas a creer pero hay más de un Brainiac en la DEO, debes venir-. Sonreí por instinto.
-Espera, Alex ¿Cuántas cervezas bebiste?-. En un intento fallido por contener una sonora risa llevé mi mano a la boca para evitar que saliera estruendosa.
-Kara Danvers, no estoy ebria juro que hay más de un Brainiac, es por ello que no pido, exijo, que vengas a la DEO-. Y tras ello colgó. Vaya.
Sólo espero que en verdad no esté ebria.
-¿Problemas?-. Preguntó Nia mirandome preocupada.
-No, es sólo Alex que me quiere en la DEO. No te preocupes no creo que sea algo grave, sabes que si surge algo te llamaré-. Dije tratando de aminorar su preocupación.
-Bien, mientras entregaré esto a Andrea-. Dijo refiriéndose a los papeles, me sonrió y le asentí.
Después, con paso seguro me dedique a ir hacía el elevador. Al estar dentro pulse el botón que indicaba el techo, esperé a que éste subiera para emprender vuelo hacia la DEO.
Nueva actualización. Disfruten, comenten y voten, nos leemos luego :'3
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Crisis En Tierras Infinitas
Fiksi IlmiahAcontecimientos después de la crisis tras la muerte de un gran héroe. Nada es lo que parece.