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-¡Hola! ¿Que tal estáis? ¿Tan ocupadas en la reconciliación que no me cogéis el teléfono?-Decía en tono burlón entre risas-.

-Hola.. Pues, Carla no está aquí. Se fue.-Le dije apenada-.

-¿Cómo? ¿Y dónde se ha ido?

-No lo sé.. No me coge el teléfono, pensé que tu lo sabrías..

-No me ha llamado.. ¿Que ha pasado? -Dijo triste y confusa-.

-Pues... ha venido a darme una sorpresa, y le abrió la puerta mi ex, semi desnudo, con un predictor en la mano, alardeando de que ayer me besó. En resumen vaya..

Juana se quedó en silencio.

-¿Juana? -Si, si, estoy aquí.. ¿Te has acostado con él? -Preguntó confusa-.

-¡No! Y Carla no sé que es lo que piensa ahora mismo de mi, pero vaya, no sé si me cree. Juana, te juro que no me he acostado con él.. Jamás le haría algo así a la persona que quiero..

-Te creo, aun que no lo parezca, te he observado mucho, siempre estoy en la sombra, intentando proteger a Carla de todo. Y sé lo enamorada que estás de ella.. ¿Que vas hacer ahora?

-Pues no lo sé, la he llamado mil veces, pero algo de mi dice que si sigo insistiendo va huir. Y va a romper con todo. ¿Que coño hago? Por que quiero que todo esta pesadilla termine, y demostrarle que la quiero.

-Tienes razón en una cosa, ahora mismo, necesita estar sola. Pero sola, sola. No la llames, ni la busques. Me aseguraré de que esté bien, pero déjala asimilar. Para mi no ha sido fácil entender lo que me acabas de explicar, imagínate ella..

-Ya.. El caso es que soy consciente de todo el esfuerzo que ha hecho por venir hasta aquí por mi. Por eso me siento mal de que las cosas se hayan quedado así, y de la decepción que siente ahora mismo. No quiero perder la Juana..

-Vamos hacer una cosa. Relájate, voy asegurar me de que esté bien de alguna manera. Y luego, con las cosas un poco más frías. Habla con ella. Pero hoy déjale a su aire, por mucho que te duela. Porque necesita estar sola para darse cuenta.

Cuando llamé a María, lo último que imaginé es que me diría que Carla, en su intento de querer gritarle al mundo el amor que siente por ella, se ha cruzado Madrid, para llegar y encontrarse con tremenda situación. Incómoda, por lo menos. Por que, conociendo a Carla, ahora mismo estará en su casa, completamente asilada del mundo, asimilando lo que acaba de pasar. Estoy convencida, que cuando lo piense bien. Verá que María es incapaz de engañarla así, y que la situación lo único que ha hecho es demostrarle lo mucho que la quiere, y que quiere estar con ella. Así que, llamo a Peter y le pregunto por ella. Él me confirma, lo que yo ya me imaginaba. Que estaba en su casa, y que quiere estar sola.

Ha pasado ya un día sin tener noticias de Carla. Llevo desde que se fue queriendo ir a verla, pero le he dejado un margen. Ya no soporto más la espera. Me visto y voy a verla. De camino a casa de Carla, intento mantener una estructura de todo lo que quiero decirle de forma ordenada, creando un mapa mental de las cosas que necesito que escuche. Los nervios me acompañan, fieles a mi. Las dudas surgen, y el tiempo no corre, pero mis sentimientos avanzan, cortando zarzas y saltando muros. Tengo claro lo que significa ella para mi, y estoy dispuesta a intentarlo todo. A no rendirme, a perseguir aquello que me hace bien, que aporta cosas positivas en mi vida. Aparcó el coche en la calle, en la puerta de su casa. Pico al timbre y no hay respuesta. La impaciencia se apodera de mi. Me pongo a trepar por las barras de metal. Aguantando como puedo el equilibrio, consigo sobrepasar la valla. Lo difícil ahora es dejarme caer, así que en un intento fallido de dejar me caer despacio, me deslizo de la barra de golpe, con mi torpeza toco suelo. Me pongo en pie, me sacudo un poco la ropa, me giro y me encuentro con Carla.

Cuestión de pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora