cigarettes || jasper hale (twilight)

-fifteen; crying blood

capítulo quince; llorando sangre

Mónica se encontraba con la mirada perdida en el televisor apagado del hotel en el que se hospedaban, Alice vigilaba los movimientos de James cuando soltó un jadeo.

—¿Qué ves?—cuestionó Emmett girándose a verla.

—El rastreador ha cambiado de rumbo.—la pelirroja se giró de inmediato hacia la vidente.

—¿Adónde irá, Alice?—Emmett se apresuró a agarrar papel y lápiz y colocarlo frente a la chica.

—A una sala llena de espejos.—Alice dibujó con rapidez manchando sus dedos en el proceso.

—Edward dijo que las visiones no eran exactas.—comentó Bella.

—Ve el rumbo de la gente mientras lo siga, si cambia de idea la visión cambia.—aclaró Emmett, su característica sonrisa burlona había desaparecido de su rostro.

—Entonces el rumbo que ha tomado el rastreador le llevará ¿a una sala de ballet?

—¿Lo reconoces?—le preguntó Alice.

—Tomaba clases de niña, la escuela a la que iba tenía un arco como ese.—señaló Bella.

—¿Estaba aquí en Phoenix?—le preguntó Mónica con el ceño fruncido.

—Sí.—su teléfono y el de Alice comenzaron a sonar.

—Es Jasper.—la vidente le alzó el teléfono y Mónica agradeciéndole con una sonrisa lo agarró.

—Jazz.—susurró llevándose el teléfono a la oreja.

—Estás bien.—se alegró el rubio desde la otra línea.

—Sin un rasguño, ¿y tú?

—Perfectamente. No te separes de Alice ni de Emmett, iré a Phoenix. Juntos nos marcharemos a un lugar dónde estés segura.

—Eso es estúpido, sabrá dónde estoy porque estaré contigo.—comentó la pelirroja abrazando su abdomen.

—No creo que venga primero a por ti, está centrado en Bella, amor, pero si consigue darle caza entonces vendrá y debes resguardarte.—la de orbes color esmeralda asintió mientras apretaba su puño.

—Ten cuidado, Jasper.—suspiró Mónica.

—Lo tendré. Te quiero, Mónica.—la chica jadeó cuando Jasper dijo las tres últimas palabras a la vez que una sonrisa decoraba su rostro.

—Te quiero.—la pelirroja colgó entregándole el teléfono a Alice que sonreía en su dirección.

—¿Así que te quiero, eh?—se burló Emmett desde el sillón.

—Oh, cállate.
†

Mónica se encontraba junto a Emmett y Alice esperando a que Bella bajase, al ver que tardaba mucho la pelirroja subió extrañándose al no encontrarla. La de extraño don agarró una nota que estaba sobre la maleta de la humana.

Lo siento tanto, tiene a mi madre.

Eran simples palabras pero eso no impidió que la pelirroja saliese corriendo en busca de Bella a la sala de espejos, al saber qué se encontraría allí ni siquiera perdió el tiempo en hablar con los vampiros. Se subió a un taxi y le dijo al hombre que fuese a la escuela de ballet más cercana, trató de darle todos los datos que sabía. Su pierna se movía de arriba a abajo esperando que no fuese demasiado tarde cuando llegase.

Mónica entró a aquella escuela encontrándose a James grabando a Bella que estaba arrodillada al lado de una columna.

Isabella era realmente ignorante.

El suelo tembló y las raíces treparon por las piernas de James, la cámara se cayó de sus manos enfocando a Mónica.

—¿Dónde está su madre?—espetó ella aún sabiendo que todo era una sádica trampa.

—¿Todavía no lo sabes? Era una grabación.—la sádica risa de James resonó en el lugar antes de que este rompiese las raíces y lanzase a la pelirroja al otro lado de la sala, Mónica soltó un quejido cuando sintió su espalda chocar contra una de las columnas.

—Hijo de puta.—susurró esta tratando de reincorporarse pero el dolor la había cegado por unos segundos.

—Elegí bien mi escenario, lástima que él no fuera capaz de convertirte, te dejó seguir siendo una frágil y pequeña humana.—James se arrodilló junto a Bella.

La pelirroja se ayudó de una raíz que hizo crecer para levantarse.

—¡Qué crueldad!—el rubio rompió la pierna de Bella y esto fue lo necesario para que Mónica volviese en sí misma.—¡Cuéntale a Edward cuánto duele!

Los gritos de Bella rebotaron contra las paredes de la sala.

—¡Aléjate de ella!—gritó la pelirroja extendiendo sus manos, una ráfaga de aire golpeó el pecho de James lanzándolo por los aires.

—Maldita perra.—el rubio corrió hacia ella rompiendo su tibia tal y como había hecho con Bella.

La pelirroja mordió su labio con fuerza negándose a sí misma el derecho a gritar, no quería mostrarse débil frente a él. Una fina línea de sangre transcurrió por su barbilla provocando que James se relamiese pero el rubio volvió a girarse en dirección a la humanas que aullaba por dolor.

Alguien empujó a James que le gritaba a Bella, la de ojos verdes movió estos de su pierna a la figura alcanzando a ver a Edward.

El rastreador atacó al vampiro, a la par que Mónica se arrastraba por el suelo intentando ignorar el dolor de su pierna. Edward, en un acto egoísta, priorizó a Bella tratando de llevársela pero James se lo impidió agarrándole de la pierna y tirándole al suelo.

Una daga de hielo rozó la mejilla del rubio que se giró furioso hacia Mónica pero no la atacó, en cambio, aprovechó el momento para acercarse a Bella y morderle la muñeca. Los gritos de la humana dañaron los oídos de la pelirroja que se arrastró hacia ella con preocupación.

—Bella, Bella, mírame.—la pecosa giró su cabeza para conectar su mirada pero la morena seguía retorciéndose en el suelo, la pelirroja se quejó al clavarse un cristal en la palma de su mano y otro en el tobillo de su pierna sana.

La pelirroja los sacó de inmediato observando cómo la sangre se escurría cayendo gotas al suelo, la chica apretaba su tobillo del que salía una abundante cantidad de sangre.

Isabella no paraba de quejarse, respirando pesadamente. Alice apareció a su lado analizando sus heridas rápidamente.

—Le ha mordido.—avisó Mónica lo obvio, la pelirroja miró de reojo a Jasper antes de sentir un líquido espeso caer de sus ojos.

La pecosa cerró estos y al volver a abrirlos analizó lo que caía observando incrédula que era sangre, segundos más tardes cayó desmayada.

quiero decirles que hay una historia de Edward Cullen en mi perfil que pertenece al universo de Mona Lisa's Smile, mi otra historia de Jasper.

m-oddinsdottir