Lo Inalcanzable » m.j (#LI1)

Capítulo 42

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(...)

No creo haberme sentido tan molesta con Michael hasta ahora, aunque no sea del todo su culpa lo que está pasando. Pero es imposible pensar cuando lo noto muy cómodo con esa bruja de piernas largas y espalda descubierta. ¡Ni siquiera me ha mirado desde que mi padre se la presentó! Estoy tan enojada con Gabriel Edwards también que le lanzo miradas asesinas cada vez que voltea a verme y claro que se pregunta, en su cabeza, qué mierda me pasa ahora. Pero lo que me pasa es que mi estúpido novio corresponde a la risa y sonrisa coqueta de la perra de Louri.

—Va a matarlo —Zac asiente a lo que Alice dice, chocan sus copas con vino y luego beben.

Suelto un bufido y pongo los ojos en blanco.

—Es que solo mírenlo ahí todo sonriente, parece que es la primera vez que se liga a una mujer —termino mi copa y justo pasa un mozo con más de ellas llenas. Deposito mi copa vacía y cuando el muchacho de más o menos unos 23 quiere retirarse lo detengo. Claramente me mira confundido y más cuando mi propósito es agarrar otra copa.

—Uhm, señorita Neriam, creo que es suficiente. Tengo órdenes de su padre que no le dé ni una copa más.

Frunzo el ceño para después reírme. Debe ser una broma, no llevo ni dos copas.

—Una no pero dos más sí —dije y de un solo trago dejé la copa vacía.

—Neriam, tranquilízate, estás siendo muy ridícula y-

—Al —la mire con desgano—, déjame, ¿sí?

—Puedes irte, amigo, no le diremos nada al señor Edwards —Zac le dice y veo como estrecha su mano con el hombre estregándole un billete de manera sigilosa.

—Gracias, señor.

Al retirarse, Alice me mira con sus orbes azules levemente confundida y me dice—: Neriam, qué te sucede, ¡llevas más de cinco copas!

—Si tanto te molesta hay que crear un plan para que puedan hablar, pelearse o lo que quieran —propone Zac captando toda mi atención y la de su novia.

—Te escuchamos.

Luego de que Zac nos cuentara su brillante idea para alejar a Michael de las garras de Lou-zorra, vemos como se encamina hacia donde se encontraba la parejita hablando agusto y al llegar se presenta con la mujer para luego intercambiar palabras con Michael. Este al fin me busca con la mirada y luce confundido. Yo opté por seguir el plan.

Me escabullí fuera del salón de eventos a otro piso, tres más para ser exactos, y mientras esperaba a Michael me arreglo el cabello y mi vestido.

Escucho la puerta del lugar cerrarse y Michael aparece justo frente a mí. Al verlo me da ganas de golpearlo, mi seriedad lo confunde y entonces se acerca tanto que no hay casi nada de espacio entre nosotros.

—¿Ahora qué hice? —Lo inocente que suena su voz al hacerme esa pregunta no podía ser más ridículo. Es decir, si no lo conociera lo suficiente diría que se está burlando de mí.

—Eres un idiota. Ahora qué hice —lo imité—. ¿En serio, Jackson? ¿Te harás el desentendido?

—Neriam...