–Cuando uno se enamora es para toda la vida.—dijo el Joxter.
—¿Para siempre?—Preguntó el más joven. Solo para asegurarse de que lo había oído todo a la perfección.
—Si. Nosotros... quiero decir, nuestra especie. Es fascinante. Una vez que encontramos a nuestro par, duramos toda la vida. Pero bueno... ¡si ese par es una maldita bacteria mentirosa!—comenzó a alterarse, Snufkin le puso un "estate tranquilo" con la mirada.—Lo siento. En fin, como te decía, nosotros queremos hasta la muerte y nada cambia nuestros sentimientos.
—¿Podemos querer a alguien más? Digo... estuviste con mamá.—Snufkin aprovecho para preguntar todo lo que no le quedaba claro.
—Solo los queremos. Pero no los amamos. Mymble, la Mymble. Tu mamá. Me agrada y la aprecio, pero no siento aquello especial por ella. Sin embargo no podría vivir sin Mymble.—Al confesarle eso, Joxter se sintió mal. Sabía que Mymble si lo amaba, ya que de sus amantes él era al único que no había utilizado únicamente para reproducirse, ella lo amaba de verdad, lo adoraba a otro nivel, siempre había sido así. Pero al ser las mymble bastante coquetas, también ella se rodeaba de muchos "jales".
—Esto es demasiado complicado. Todo era tan sencillo cuando esto que llamamos amor no había llegado aún a mi. No quiero lastimar a nadie, no quiero que nadie me lastime.—comentó Snufkin un poco triste.
—Pero es inevitable.—respondió Joxter con la entera verdad.
—Yo preferiría estar solo. Sin nada de esto dentro de mi.—Snufkin sacó su armónica del bolsillo y se sentó en un viejo tronco a tocar. Necesitaba liberarse de todo, y solo su preciada armónica lo podía salvar.
El Joxter se sentó a su lado, escuchó la música con atención. Le pareció percibir que cada nota que Snufkin tocaba tenía un significado y que aquella canción en especial reflejaba cómo se sentía.
La melodía era muy hermosa, pero no era algo para cantar y ponerse alegre. Era una composición de sentimientos revueltos. Miedo, inseguridad, angustia, amor. Todo un torbellino de emociones reflejado en el dulce sonido de la armónica.
Cuando Snufkin por fin se detuvo, miró a Joxter. Su padre no dijo nada, pero se sintió intimidado por esos hermosos ojos oscuros que le miraban con gran intensidad.
—Entonces...—decidió hablar al fin—¿Por qué tú y Moominpappa ya no están juntos?
Joxter tomó con los dedos el borde de su desgastado sombrero rojo.
—Buena pregunta, Snufkitten. Incluso a mí me persigue la duda.—respondió Joxter.
—Pero... ¿Moominpappa y tú aún se quieren?
Joxter no respondió, pero asintió con la cabeza, se sentía un poco avergonzado. No por su pasado, no por haberse enamorado de otro hombre, sino porque si aceptaba lo que sentía eso sería muy cruel dadas las condiciones actuales.
Snufkin entendió todo lo que pasaba.
—Ya lo veo. Aún se quieren.— le causaba un poco de tristeza pensar en ello. Era algo complicado. Snufkin había vivido muchos años en el valle moomin y cada día podía ver a Moominpappa y Moominmamma como la pareja más feliz del valle moomin. Pero el saber la verdad ahora había distorsionado aquella imagen que tenía del matrimonio moomin.
—Perdón Snufkin. Tal vez no debo de contarte.—dijo Joxter mientras se escondía detrás de su sombrero.
—No, está bien. Me preguntó cuánto tiempo lo guardaste. Y ahora que lo veo... creo que descubrí por qué...
—¿Ah si?—Joxter levantó la mirada y los zafiros de sus ojos brillaron con gran intensidad mirando a su querido hijo.
Snufkin se levantó de un salto de ese tronco y dijo:
—Tu lo amas. Si amas a alguien simplemente lo dejas ir, si regresa es tuyo y si no... nunca lo fue.
Joxter río, su risa era una melodía preciosa para los oídos de Snufkin, llevaba años sin escuchar a su papá reír.
—Qué bien me conoces, Snufkitten.—dijo el Joxter con una gran sonrisa a pesar de que el dolor habitara su pecho.—Hijo... te quiero. Te amo. Y solo quiero que seas feliz. No cometas los mismos errores que tu viejo padre.
—¿Y que errores ha cometido Joxterpappa?—preguntó Snufkin.
—Se sincero contigo mismo. Conócete. No seas tonto, no te quedes callado viendo como tu felicidad se va, sin hacer nada. No intentes llenar tu corazón vacío con un amor no correspondido.—Abrazó fuerte a Snufkin tomándolo por sorpresa. Acercó sus labios al oído de su hijo y habló bajito.—Sigue tu corazón. Tal vez duela alguna vez, pero esto es parte de vivir.
Snufkin no podía moverse pero como pudo correspondió al abrazo de Joxter. Se sentía cálido y amoroso. Nunca nadie le había transigido tanto amor y confianza con un simple abrazo.
—¡Oh papá!
—Te amo, Snufkin. Y quiero lo mejor para ti. Lo mejor es que supieras todo.—se apartó desvaneciendo el abrazo.—Cualquier cosa me la puedes preguntar. Ya te he contado que solo nos enamoramos una vez y que difícil dejarlo. Te he contado que nuestro corazón es frágil. ¿Necesitas saber otra cosa?
—¡Muchas cosas! ¿Por qué me está saliendo esto en la espalda?—Snufkin se dio la vuelta, levantó su abrigo y bajó un poco sus pantalones para mostrarle a Joxter un pequeño bulto que estaba sobresaliendo en su espalda baja, justo en el límite de la espalda y las nalgas.
Joxter sintió dolor con solo verlo. Aquel trauma lo perseguía desde que le había crecido la cola.
—Querido Snufkitten... prepárate para el momento más doloroso de tu vida, ten cerca algo de agua tibia y algo que puedas morder... no quiero asustarte pero sentirás un dolor tan horrible que desearás estar muerto.—respondió Joxter evitando reír al ver el pecoso rostro de Snufkin palidecer exageradamente.
—¿Me voy a morir?—preguntó Snufkin.
—No, no... pero duele más que cuando te golpeas en el dedo pequeño del pie. Ese bulto de ahí es tu cola. Es una prolongación de la columna vertebral, nos ayuda a equilibrarnos y orientarnos. Antes nuestros ancestros nacían con cola. Actualmente nosotros la desarrollamos al madurar. No tiene mucho sentido, pero así sucede.
Snufkin no dijo nada, solo esperaba que no terminara de crecerle pronto.
No mamen tengo síndrome de abstinencia bien cabrón, ocupo ponerme ebrio y fumar unu . Llevaba meses sin hacerlo pero como ahora me siento ansioso creo que lo necesito, literal deje de beber y de fumar porque alguien me pidió que lo dejara de hacer. Y pues lo necesito, es eso o comer un chingo xd
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La madurez de un Mumrik
FanfictionSnufkin llegaba nuevamente al Valle Moomin después de un largo viaje por el sur durante el invierno. Lo que él no tenía en cuenta era que pronto cumpliría los 18 años y eso sería un gran y peludo problema.