No solo los perros lamen

oneshot

Papá y mamá saldrán de viaje por cuestión de trabajo, aunque solo serán dos días y yo soy una chica responsable de 17 años me aterra un poco la idea de estar sola... cosas extrañas suceden en casa y justamente cuando me encuentro sola, algunos dirán que soy paranoica y otros quizás digan que solo es mi imaginación.

Desde que tengo memoria vivo en esta casa amplia de dos pisos y una terraza al aire libre, una casa demasiado linda por fuera y por dentro, pero desde los seis años mis cosas cambian de lugar o simplemente se caen de la naida y todo sucedía cuando mis padres se iban al trabajo y me quedaba con Elena y con Ernest. Elena se encargaba de cuidar de mi y de ernest mi perro, Elena fue despedida ya que tenía una edad avanzada y mis padres pudieron darle una gran cantidad de dinero para que pudiera disfrutar del resto de su vida.

Erenest, mi dalmata fue regalado por Elena cuando cumplí los diez años, desde entonces Ernest duerme debajo de mi cama y siempre que algo pasa bajo mi mano, el la lame y luego sube a la cama, ambos sabemos cuando nos aterra algo y nos aferramos como uña y mugre. Ahora ya puedo valerme por mi misma durante unos días mientras mis padres están de viaje, dejan una tarjeta con dinero y ellos controlan los gastos desde su celular y saben en que lo gasto.

-¡Hija, nos vamos!- un grito desde la planta baja resonó en toda la casa
-¡voy!- inmediatamente deje de hacer mis deberes de la escuela

-recuerda que solo sera este fin de semana y el lunes por la mañana ya estaremos aquí, nada de fiestas ni chicos... solo compórtate ¿okey?- dijo papá mientras me abrazaba y me daba un peso en la cabeza. Mamá terminó de meter las cajas repletas de papeles y cerro la puerta trasera del auto.

-sabes que te amamos, hay comida en el refi y si quieres pizza o algo pídela a domicilio. cuídate mucho- me abrazó y se subió al auto, papá le siguió y arrancaron el auto, me acerqué a la puerta del copiloto.

-con cuidado, llamen cuando lleguen y los amo mucho a los dos- sentía que algo no estaba bien pero decidí ignorarlo pensando que eran nervios. me alejé y el auto avanzó hasta la esquina, dónde los perdí de vista. Cerré el portón y entré a la casa, puse seguro a la puerta principal ya que era la única que no tenia seguro, guarde las llaves y active la alarma. Subí las escaleras y miré que Ernest estaba acostado en mi cama.

-Una vez más estaremos solos nosotros dos... ¿que te parece si termino mis deberes y miramos una película?- Ernest movió la cabeza y volvió a tomar su postura anterior, tome mis auriculares y me puse a redactar el ultimo ensayo que tenia de tarea.

Después de quince minutos acabe ya que era un tema de mi total conocimiento no se me hacia complicado, así que lo subí a mi nube para enviarlo el día de mañana a primera hora del día. Apagué el computador y desde mi celular encendí las luces de las escaleras, pasillos y salas.

Ernest al ver que caminaba hacia la salida de mi cuarto inmediatamente me siguió haciendo sonar su collar. fuimos a la sala y nos sentamos en el sofá cama color gris que estaba justo enfrente de la pantalla

-Hoy veremos una película de estudios Gilbi y sera... el viaje de chihiro- arme la cama y Ernest se subio inmediatamente, yo fui a la cocina a preparar una ensalada y desde el celular alistaba la película. de la nada todo se apagó y Ernest corrió hacia mi y yo inmediatamente bajé mi mano, sentí su lengua rasposa pasar por mi mano y como se restregaba en mi mano. La planta de emergencia comenzó a funcionar y las luces tenues iluminaron la casa.

-Gracias papá por poner la batería de energía solar- agradecí y mire a Ernest quien estaba entre mis piernas, tomé mi celular para salir y ver la caja eléctrica. -Ernest ¡sigueme!, ya sabes, ves algo y ladras en su dirección. puse la clave y la alarma se desactivó saqué las llaves de mi bolsillo y abrí la puerta... todos tenían luz, menos yo. rodee la casa hasta llegar a a esquina izquierda de la casa, extrañamente la caja estaba abierta, alucé hacia esa dirección y vi que las palancas de la casa estaban hacia abajo, lo cual significaba que alguien las había bajado. El celular comenzó a sonar viendo que mamá llamaba.