Parte 23

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Parte 23:  La boda

Sus manos sudaban, como probablemente no habían sudado en mucho, mucho tiempo. Hacía calor, había mosquitos por todos lados intentando entrar por sus orejas, por sus ojos. No podía estar quieto, su pie golpeaba repetidas veces en el suelo y sus manos no encontraba como acomodarlas, las metía a sus bosillos, las entrelazaba entre sí, las soltaba y las dejaba a sus costados dando golpecitos al ritmo de su pie que no dejaba de moverse.

— Sabes que no es real ¿cierto? — dijo Boss, de quién se había olvidado por completo que estaba detrás de él.

Simplemente volteó a verlo con mirada nerviosa. Aunque no era real, todo parecía serlo. Los trajes tan lindos que se habían comprado para ellos, el lugar de ensueño. Todo un discurso que habían preparado y que los habían grabado a cada uno por separado. Mew solamente sabía las preguntas y sus respuestas. Pero Gulf no había querido decirle que había preparado responder. Eso también lo ponía nervioso y le causaba cierta intriga. El menor era práctico y honesto para hablar, sabía que no buscaría palabras muy rebuscadas y contestaría con cosas que son ciertas y del conocimiento de todos. Por un momento pensando en esto, se abrumó por ser una persona demasiado sensible, una persona que recordaba demasiado los pequeños detalles. En su cabeza aun estaba fresco la primera vez que lo vio, todo tímido y sentado sin hablar con nadie, y así como al final de la serie Tharn le preguntó a Type, ¿cómo habían llegado hasta ahí?, Mew también se preguntó ¿cómo habían llegado tan lejos el menor y él?.

— Bien, ¿Están todos listos?. Empecemos — ordenó Tee

El estomago del mayor se hizo pequeño, casi al grado de desaparecer. Tal y como si fuera una boda occidental de verdad, no los habían dejado verse después de haberse bajado del carro. Sólo le habían entregado a ambos sus trajes al entrar a la pequeña casa que parecía de piedra como ruina antigua, pero muy linda. Después de eso, los habían separado a ambos para arreglarlos y grabar la parte de voz en off de cada uno.

De pronto todos sus nervios, todos sus miedos, el carlor, los molestos mosquitos, todo, absolutamente todo fue opacado por la entrada del menor con un pequeño ramo de flores. Luciendo extremadamente adorable y atractivo en su traje, su peinado lo hacía lucir tan hermoso y su cara que la tocaban algunos rayos del sol que atravesaban las copas de los árboles, se veía perfecto. "Lo amo... en verdad lo amo" pensó en el momento en el que lo vio caminar lentamente con esa sonrisa de timidez que lo caracterizaba. Llegó por fin hasta dónde él estaba, Mew había caminado unos pasos para encontrarse con él y por fin se encontraron para así tomarse de las manos. Gulf no pudo evitar hacer un gesto fugaz al notar que el mayor tenía las manos igual de sudadas que él y Mew sonrió apenado. Ambos caminaron de vuelta hasta donde los esperaba el manager parado.

— ¿Prometen siempre ser fiel el uno con el otro, en lo bueno y lo malo, en la salud y en la enfermedad y amarse y respetarse, hasta que la muerte los separe?.

Esas palabras sonaban tan reales, se sentían tan reales y tan importantes. Mew sintió como un nudo se hacía en su garganta, las ganas de llorar se estaban asomando ansiosas por salir, lo cual lo hizo tomarse más del tiempo estipulado para contestar. Volteó a ver la mano que sostenía con fuerza y le dio una pequeña caricia en su dorso con el pulgar.

— Acepto — dijo por fin levantando su mirada para sostenerle la mirada al menor. Gulf sonrió y antes de responder asintió suavemente con la cabeza y sin quitar esa tierna sonrisa de su rostro.

— Acepto — dijo confiado. Ambos se sonrieron.

— ¡Corte! — grito Tee.

Ambos chicos no podían dejar de mirarse, no podían soltarse las manos. Tenían que grabar todavía unas tomas más de ellos bailando, pero ninguno de los dos reaccionaba.

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