Cuando Lanling Duerme

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En aquellos días, realmente todo parecía estar en un gran nudo de conflictos. Cuando un gran evento recién terminó, otro llegó sin previo aviso.

Apenas hace unos años la campaña para derribar el sol había llegado a su fin y como si el mundo no pudiera evitar estar en disputa, el asedio a Luanzang llegó con sus torrentes de ira y poder desenfrenado, dejando a su paso una ola de tristeza y vientos de pesadumbre repletos de sangre. A esto, le siguió la muerte de dos figuras públicas de renombre: ChiFeng-Zun de Qinghe y Jin GuangShan de Lanling.

Hace apenas unos años en el pasado, Lan XiChen perdió a su padre por mano de la anterior secta Wen, después, miró de primera mano como Lan WangJi fue cruelmente disciplinado y, por último, fue testigo de la muerte tan lamentable de su hermano jurado, Nie MingJue. Lan XiChen siempre fue amable y sonriente, alguien que soporto incluso cuando ya no debía hacerlo. Pero, incluso él más fuerte y el más feliz, tienen corazón. Tener corazón significa que somos humanos y los humanos tienen un límite, que así como un vaso que se llena de agua, gota tras gota, hasta que se desborda, el corazón se ve repleto de sentimientos en algún momento, en la epítome del colapso, aún viéndose reacio a exponerse, termina por agrietarse lentamente, hasta que, eventualmente, se rompe.

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Ya bien caída la noche, en Lanling, lugar de la secta Jin, en la sala de estar del Jardín Floreciente, dos figuras bien parecidas y de solemne porte se sentaron una frente a la otra. Uno de ropas tan blancas como la nieve y de aspecto austero, con la cinta blanca coronando la frente, mientras que el otro tan grácil como siempre, portaba el amarillo elegante y suntuoso de la secta Jin.

Lan XiChen suspiró luciendo una sonrisa distante y una mirada cansada.

Jin GuangYao―Hermano, ¿qué te está molestando tanto? Todo el día has suspirado y tu rostro se ve cada vez más pálido. Tengo miedo incluso que no estés comiendo adecuadamente.

Lan XiChen relajó su postura, aunque fueron apenas unos grados, su espalda se encorvó. Quizás para la gente común y los cultivadores de bajo rango no era realmente un gran cambio, pero para alguien como Jin GuangYao quien había estado observando tan prolijamente durante varios años a Lan XiChen y que poseía sentidos altamente pulidos, cualquier cambio, siendo el más mínimo, lo notaría de inmediato.

―A-Yao... ― Lan XiChen sonrió dejando entrever un tinte melancólico-, como hermano mayor, en ocasiones, no sé cómo reconfortar a WangJi.

Jin GuangYao―Éste, es su segundo año en meditación solitaria si no me equivoco, ¿hay algo malo con él?

Lan XiChen levantó la vista, mirando fijamente a Jin GuangYao con una expresión dubitativa, pareció buscar un atisbo de algo, lo cual ocasionó que Jin GuangYao se sintiera un poco avergonzado por los ojos profundos de Lan XiChen. Tras un momento, volvió a suspirar.

―Hay algo que no te he mencionado antes. A-Yao, confío en ti, así que quiero desahogarme un poco. Disculpa a este hermano por importunar tu tiempo.

Jin GuangYao se alarmó y en seguida corrigió a Lan XiChen―Jamás serás una molestia para mí, muy por el contrario, estaré más que agradecido de alivianar aunque sea un poco, la carga de tu corazón.

Lan XiChen agradeció y un momento después, procedió a relatar los hechos respecto a las acciones y pasado castigo de su hermano. Le contó cómo Lan WangJi sufrió por un amor que parecía no ser correspondido, así como el calvario que sufrió cuando fue sometido bajo los azotes del látigo de disciplina. Sobre lo dura que estaba siendo la recuperación tanto para Lan WanJi como para él. Durante el relato, en ocasiones las esquinas de sus ojos se pintaron de rojo, así como su expresión cayó a color cenizo en otras. Viera por donde se viera, el asunto de su hermano le dolía y le destrozaba el alma más que cualquier otra cosa. Los minutos pasaron y Lan XiChen finalizó.

Cuando Lanling duerme (XiYao) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora