57 - REGRESO A TIERRA DE NADIE

67 16 6
                                    

Drogo

Mamá, papá, ya podéis despertar.

Abro los ojos de golpe al escuchar ese mensaje mental. Lo primero que hago es volverme hacia Cris y, al ver su precioso rostro, una sonrisa se me escapa.

—No se escucha nada —comenta con tristeza —. Drogo. Me da miedo mirar.

—A mí también —reconozco del mismo modo —, pero debemos ser fuertes. Piensa que esto es sólo temporal. Cuando todo termine, ellos volverán.

—Lo sé. Pero aún así...

Le entiendo perfectamente. A ambos nos da miedo lo que sabemos que, por fuerza, vamos a ver. Se trata de nuestra familia, nuestros amigos, y eso no es agradable.

—Piensa que están dormidos. Tal vez así sea más fácil.

Ella asiente con tristeza. Sé que eso nos va a resultar imposible, pero había que intentarlo.

—Venga —le animo —. A la una, a las dos y a las tres.

Los dos nos incorporamos de golpe para encontrarnos con un espectáculo realmente dantesco. Cris se lleva las manos a la boca asustada mientras trata de contener las lágrimas. A mí también me cuesta. Es más fuerte de lo que esperaba.

Todos ellos, nuestra familia, nuestros amigos, están tirados en el suelo completamente desangrados. Sus cuerpos se apilan unos sobre otros con las ropas destrozadas, mostrando las horribles marcas de los mordiscos recibidos.

Abrazo a Cris, quien es capaz de contener el llanto mientras observo la macabra escena. En un rincón me parece ver el cuerpo de Lucie, cosa que me alivia. Por lo menos se ha llevado a cabo el intercambio.

Cojo aire con fuerza y lo suelto muy despacio. No es momento de dejarse llevar. Ahora, más que nunca, tenemos que ser fuertes. Tenemos una misión que cumplir.

—Ya, cosita —digo intentando calmarle —. Tienes que recuperarte. Debemos ir a ayudar a nuestros hijos. ¿Recuerdas?

Asiente mientras se seca las lágrimas con la manga. Me duele mucho verle así y me duele mucho todo lo que hay a nuestro alrededor, pero hago todo lo posible por no llorar. Sé que todo esto es sólo una ilusión, que nuestros amigos volverán. O por lo menos es lo que quiero creer. No me queda otra.

Cris no para de temblar. Está profundamente afectada. Tengo que sacarle de aquí cuanto antes. Es la única manera de que vuelva a la realidad.

—Cierra los ojos, cosita —le indico dándole un beso en la frente. Ella asiente y me hace caso.

Con cuidado, me pongo de pie y le cojo en brazos. Cojo aire y comienzo a andar hacia la salida tratando de esquivar los cuerpos que se amontonan en el suelo. Intento mirar abajo lo menos posible. Es muy difícil para mí hacer esto, pero debo ser fuerte. Ahora comprendo la angustia que sintió mi madre.

Una vez fuera, respiro profundamente antes de depositar a Cris en el suelo.

—¿Mejor? —le pregunto acariciando su mejilla.

—Sí. Pero... ¿Y tú? ¿Cómo estás tú? —me dice preocupada.

Sonrío conmovido ante su actitud, aunque no sé de qué me extraño. Siempre ha sido así. Siempre se ha preocupado por mí.

—Yo estoy bien —le contesto —. No te voy a negar que lo que había ahí dentro me ha afectado, y mucho, pero debemos ser fuertes. Si todo sale bien, volveremos a tenerles a nuestro lado. Ese debe ser nuestro pensamiento.

Ella asiente con una triste sonrisa. Entiende perfectamente lo que le quiero decir. Si dejamos que esto nos afecte, no seremos capaces de reaccionar.

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora