52 - EL TRÍO DE CHRISTEN

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Christen

—¿A qué esperáis? —les animo mientras me quito las bragas y me quedo completamente desnuda ante ellos —. Vamos, desnudaos. ¿O es que tengo que hacerlo todo yo?

Rufus no se lo piensa dos veces y comienza a despojarse de todo lo que lleva encima mientras Kael me mira alucinado.

—¿Habláis en serio, princesa? ¿Con lo dos?

Yo le observo orgullosa mientras me fijo en que no me quita un ojo de encima. Está claro que le gusta lo que ve.

—En primer lugar, hoy no soy princesa para nadie —le aclaro —. Y en segundo lugar, sí, hablo completamente en serio. Quiero pasar la noche con los dos, así que ¿a qué esperas para desnudarte? Rufus ya te lleva ventaja.

—Es que no me gusta perder el tiempo —comenta el lobito acercándose a mí y comenzando a besar mi cuello. Eso me excita mucho. Y debo reconocer que, físicamente, Rufus está muy bien dotado.

Instintivamente llevo la mano a su miembro y comienzo a acariciarlo mientras miro a Kael con una pícara sonrisa.

—Tienes dos opciones, Kael. O te desnudas y participas o verás cómo me lo monto con Rufus. Tú mismo.

Kael abre los ojos como platos y, al ver cómo beso a Rufus, comienza a desnudarse de inmediato. Eso me hace sonreír. No sé qué se pensaba encontrar conmigo. Desde que alcanzamos la pubertad, tanto mi hermano como yo hemos sido muy activos sexualmente hablando. Después de todo, somos vampiros. Por desgracia, mi hermanito tuvo que enamorarse de Ángela y perdió el interés. ¡Con lo bien que nos lo hemos pasado saliendo a ligar los dos juntos!

Mi sonrisa se amplía al ver al elfo desnudo. Debo reconocer que es también perfecto en ese aspecto, pero el lobito no se queda atrás. La verdad es que costaría mucho elegir entre los dos, por eso considero que ésta es la mejor opción.

Kael se acerca decidido y me arrebata de los brazos de Rufus besándome con una pasión desmedida. Lo disfruto por un momento, pero enseguida le freno.

—Tranquilo, elfo bonito —digo en tono juguetón —. Esto es cosa de tres ¿Lo habías olvidado?

Él gruñe y Rufus sonríe satisfecho de ver que le voy a incluir. Me gusta la actitud del lobito. Está claro que no se frena ante nada, al igual que yo. En cambio Kael parece tener todavía dudas.

—Vamos a hacerlo más divertido —comento acercándome a la cómoda y sacando un pañuelo de ésta —. Me voy a tapar los ojos. —Rufus sonríe excitado mientras que Kael abre los ojos como platos. —Nos vamos a divertir de lo lindo esta noche —continúo segura —, pero no quiero saber cual de los dos me hace nada. 

—¿Estáis segura princ...? —se corta ante mi dura mirada —. Perdón. ¿Estás segura, Christen? ¿Te vas a dejar hacer lo que sea sin saber quién es?

Yo sonrío orgullosa. Si este elfo tonto se cree que me va a acojonar, la lleva clara. Tengo mucha experiencia sexual y no puedo estar con alguien que no me siga el juego. Como no cambie pronto de actitud, inclinará la balanza a favor de Rufus.

—No es mi primera vez —respondo segura —. Y tampoco es mi primera orgía, si es lo que te preocupa. Si no estás de acuerdo, lárgate. Seguro que Rufus está dispuesto a hacerme disfrutar como nunca.

—Eso ni lo dudes —responde el lobito agarrándome por la cintura y besándome el cuello consiguiendo arrancar un gemido de mi garganta.

—De acuerdo —dice Kael arrancándome el pañuelo y comenzando a colocarlo en mis ojos —. Pero te advierto, lobito, nada de contacto entre nosotros.

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora