53 - LA FIERECILLA DOMADA

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Lorie

¿Pero cómo pueden ser tan insensibles? Todos preocupados por Hades, por Fiona y, como no, por mis hermanos. ¿Acaso no se dan cuenta de lo que importa en realidad? Mi pelo y mi ropa son azules. ¿Cómo voy a poder volver a salir a la calle con dignidad? Son unos egoístas que sólo se preocupan por ellos y, por no perder la costumbre, a mí me dejan de lado. ¿Es que no se dan cuenta de lo que sufro? Me gustaría verles en mi lugar. Seguro que así se darían cuenta de lo mal que lo paso.

Escucho unos golpes en la puerta y enseguida siento el aura de Nicolae. Le doy paso, pero con mala gana. No me apetece ahora escuchar uno de sus sermones. Aunque he de reconocer que es el único que se preocupa realmente por mí en esta casa.

—¿Te encuentras bien, Lorie? —pregunta asomándose por la puerta.

—Sabes de sobras que no —respondo cruzando los brazos molesta.

Él clama al cielo tratando de implorarle paciencia antes de entrar y cerrar la puerta tras de sí. Yo le miro escéptica. ¡Cómo si el cielo pudiera ayudarle en algo! Yo sólo quiero algo de atención y cariño, algo que en esta casa nadie me da.

—¡Qué mal lo hemos hecho contigo! —comenta abatido.

Yo me vuelvo hacia él sorprendida. ¿A qué se refiere? ¿Qué es lo que han hecho mal? Porque, que yo sepa, soy perfecta en todos los sentidos.

—No sé qué quieres decir —le indico orgullosa.

Él se sienta a mi lado en la cama y se pasa la mano por el pelo como si le costara mucho hablar. Eso me mosquea.

—¿Qué pasa, Nicolae? —pregunto directa.

Él me mira sorprendido, pero enseguida relaja su expresión, como si no se esperase otra reacción por mi parte.

—Verás, Lorie —dice cogiendo mi mano. Yo le dejo, pero sigo mirándole intrigada. ¿Con qué me irá a salir ahora? —Entiendo cómo te sientes. Desde que llegaste a la mansión, como hija de Viktor, todos te acogimos con cariño y tratamos de darte todo lo que querías, pero está claro que nos equivocamos en eso.

—¿Qué quieres decir? —pregunto ofendida levantándome de golpe de la cama.

—Lo que quiero decir —responde pasándose la mano por el pelo claramente nervioso —. Es que nos equivocamos al hacer las cosas así. Dándote todo lo que querías sólo te convertimos en una niña malcriada e irresponsable. 

—¿Malcriada e irresponsable yo? —inquiero cruzando los brazos molesta.

—Sí, Lorie. Así es como eres —reconoce molesto —. Y, por desgracia, cuando descubriste que Drogo era tu padre aún te protegimos más. Un gran error por nuestra parte.

Abro los ojos como platos. No me puedo creer lo que estoy escuchando de boca de Nicolae. Él, que siempre estuvo de mi lado. Él, que me protegía contra viento y marea ¿Ahora está en mi contra? Es algo que me cuesta mucho aceptar.

—Tú también has caído en el embrujo de mi hermana, ¿no?

—¿Pero qué tonterías dices? —me grita poniéndose de pie —. Nadie está embrujado, Lorie. El problema lo tienes tú. 

—Yo no tengo ningún problema —respondo con la mayor dignidad posible —. Y estoy harta de que todos me ignoréis. También soy parte de la familia, ¿sabes?

—Sí. Lo sé. Eres parte de una familia que parece no importarte una mierda. ¿Cómo puedes ser tan egoísta?

Me quedo muda ante sus palabras mientras trato de reprimir las ganas de llorar. Lo que acaba de decir me ha dolido mucho y más viniendo de Nicolae ¿Cómo ha sido capaz de decirme eso? 

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora