JinSoul, sin aún llegar a la mayoría de edad había tenido que sobrellevar un millón de problemas. Como el ser pobre, la muerte de sus progenitores y el abandono de su familia.
Ella creía fielmente que su destino era uno y nada podría cambiarlo.
¿O...
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ᴊɪɴsᴏᴜʟ ᴘᴏᴠ
Los días desde el incidente han sido infinitos. No creí ser capaz de soportar tanta mierda junta. Pero aquí estoy, viajando a mi ciudad. Es espeluznante volver a un lugar que me hizo tanto daño, de todas formas, siento que debo hacerlo.
También tengo que disculparme con Haseul y Yerim.
He caminado casi dos días seguidos para volver a Seúl y han sido infinitos. Tuve que escapar de la casa de mi tía porque me tenía viviendo en un cuarto de dos por dos, servicios sociales me persiguió por una semana hasta que —por fin— logré salir de la ciudad, y se olvidaron...
No tomé un tren porque no tengo dinero, con suerte logré traer unas botellas de agua y nada más. Mi mochila estaría vacía de no ser por mi identificación. Tengo los pies llenos de ampollas y la migraña junto al sol es la peor combinación. A pesar de todos los problemas y enredos que tengo ahora mismo, el episodio sigue repitiéndose una y otra vez en mi cabeza.
Era viernes, se suponía que sería un buen día. Era el cierre del trimestre y nos daría vacaciones de verano, iba a salir con Haseul en la tarde así que me apresuré en llegar. Tenía que asearme y elegir ropa bonita, iríamos a la piscina de Lisa, la chica más linda de toda la escuela y la con mejor posición económica —al parecer—.
El bus solía demorar más de lo que me llevaría correr hasta allá así que decidí hacer lo segundo. Ese día estaba feliz, estaba realmente disfrutando, hasta que llegué.
La puerta estaba semi abierta, hoy mis padres pidieron media tarde libre, para estar conmigo y así felicitarme por obtener el primer lugar en las calificaciones. Supuse que estaban ventilando ya que hoy hacía mucho calor. Entré y no había nadie.
¿Qué demonios?
Lo ignoré y seguí en lo mío, me bañé relajada, aún tenía tiempo. Ordené unas cuantas cosas en mi mochila y bajé nuevamente.
¿Tal vez olvidaron todo? Imposible, son las seis ya, ellos deben haber llegado.
¿Qué mierda está ocurriendo?
Opté por ir a prepararme algo, aunque la cocina no se me daba muy bien era lo que había. Entré y la puerta del patio estaba semi abierta.
Aquí hay gato encerrado.
Los encontré a ellos sobre un charco de sangre. Mis ojos no soportaron eso así que salí corriendo, lo más lejos que mis piernas dieran, lo resistiría.
Las lágrimas salían solemnemente, ¿por qué no llamé a la policia? Porque ellos no actúan si vives de la mitad de la ciudad hacia el norte. Logré llegar donde mi abuela y ella me recibió sin ganas, ninguna palabra salía de mi boca, eso le estaba irritando.
