Fama o hermandad (Itasasu) (Editando)

Capítulo 11: La desesperación.

Capítulo 11: La desesperación.

Había pasado una semana desde que Itachi lo había dejado. Esos siete días habían sido los peores de su vida.

El primer día, se encontró desparramado en el sofá y que el timbre sonaba constantemente, retumbándole sus oídos. El sol empezaba a salir y le hacía arder sus ojos, pero no por la luz, sino porque había estado llorando toda la madrugada. Lentamente empezó a recordar, las imágenes salían confusas de su cabeza y cuando se dio cuenta de por qué estaba durmiendo en la sala de estar y de por qué le dolía tanto su pecho, empezó nuevamente a llorar.

Se sentó abruptamente al darse cuenta de que alguien llamaba constantemente a la puerta, ahora tocándola, pensando que podía ser Itachi y cuando se paró un mareo repentino apareció en su cabeza, seguido del palpitar de su sien. Caminó tambaleante y adormilado, pero lo más rápido que podía hacia la entrada, nervioso y entusiasmado porque su hermano podía estar arrepentido. Cuando la abrió, su rostro expectante y ansioso, cambió a uno desecho y desilusionado. Orochimaru arqueó una ceja con preocupación al ver el estado desesperado y el rostro, peor que el de ayer, del muchacho.

Sasuke, furioso, quiso cerrar la puerta para no dejarlo pasar, pero el manager había leído sus intenciones y antes que Sasuke le cerrara la puerta en la cara había puesto un pie dentro, para bloquearla. Sasuke hizo una mueca de dolor cuando Orochimaru le preguntó qué tenía, la voz de éste había salido con eco y le había retumbado en toda su cabeza, dejándolo anonado.

Sin ganas de hablar y no importándole si Orochimaru pasaba del todo o quemaba la casa o lo mataba, fue hacia el sofá negro para acostarse nuevamente, mirando de mala gana, mientras caminaba, los escombros de la noche anterior. No había limpiado nada, allí estaban las botellas y latas de alcohol esparcidas por la sala, el vómito que había lanzado cuando Itachi lo había dejado y unas cuantas botellas de vidrio vacías y rotas que había lanzado desesperado cuando, al salir de la casa, no encontró a su hermano. Si fuera por él, hubiera roto más que eso, pero no era su casa y había optado arrastrarse entre llantos hacia el sofá y acurrucarse en este, gimoteando el nombre de su amado.

Le dio la espalda a Orochimaru, haciéndose un ovillo en el crujiente sofá de cuero y dejando que las lágrimas salieran por si solas, sin poder detenerlas mientras recordaba con mucho dolor como Itachi lo había dejado. Nunca se había imaginado que esa posibilidad existiera y ahora que estaba pasando, no podía controlar sus emociones abrumadoras que le ardían en todo su ser.

Notó como Orochimaru se sentaba al borde del sillón y acariciaba su espalda, eso le hizo acordar del por qué Itachi se había enojado y más imágenes aparecieron en su cabeza. Él se había ofrecido a Orochimaru, Itachi se había puesto celoso, Itachi había querido violarlo, Itachi se había ido... le había terminado. Cerró sus ojos con fuerza, sollozando con más intensidad al saber lo que realmente estaba pasando, lo había perdido. Creía que al levantarse se encontraría con su hermano abrazándolo, que solo estaba en su mente alcoholizada, que él vendría porque lo amaba, que el que tocaba el timbre era su hermano y no Orochimaru. La realidad dolía. Quería volver a dormir, no pensar en nada. Nunca se había arrepentido tanto en su vida como ahora, nunca más bebería.

—Kabuto, lleva a los chicos al instituto, yo me quedaré acá —Orochimaru finalizó la llamada y guardó su celular. Sasuke no se dio vuelta, pero no necesitaba eso para saber por la voz del hombre, que estaba preocupado—. ¿Qué sucedió... con tu hermano?

Y tenía que preguntar. Sasuke lloró con más fuerza, no podía parar. Esto era peor que enterarse que su padre no lo quería por parecerse a Izuna. Le ardía su pecho, su cabeza daba vueltas y no sabía si por la resaca o por llorar toda la noche, solo quería no despertar jamás.