CAPÍTULO 0 - "Prólogo"

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ALLAN

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ALLAN

Estaba muy asustado. lo único que podía ver era rojo, el rojo del fuego en todas direcciones a donde mirase, y la sangre en el rostro de cientos de aldeanos, que corrían en dirección contraria de una gran ciudad... ahora recuerdo muy bien, esa ciudad era Saint Castle.

Desde que tengo memoria que quise vivir ahí, y ser el mago más poderoso, ser parte de la Élite de Magos y proteger al Rey, casarme con una bella mujer y tener mi propio castillo... tal como las historias heroicas que me contaba el Viejo Herrero de Zekkaria, mi pueblo.

Pero sabía que si bien ese sueño era difícil desde un comienzo, ahora lo sería aún mas... escuchaba a los aldeanos gritar "¡Los Magos Oscuros lo han hecho!" "¡ellos lo mataron!" "¡el Rey ha muerto!" mientras corrían en dirección a los caminos que llevaban a las afueras de la ciudad. Escuchaba caballos y carretas a mi alrededor andando a máxima velocidad como si de una carrera se tratase, y explosiones a lo lejos provenientes de la ciudad... conocía bien el sonido de esas explosiones, siempre entrené para realizarlas un día al fin y al cabo, era magia.

Si bien siempre me consideré una persona fuerte, que no le tiene miedo a nada, en ese momento lo sentí

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Si bien siempre me consideré una persona fuerte, que no le tiene miedo a nada, en ese momento lo sentí. Tenía 14 años cuando ocurrió La Rebelión de Los Magos Oscuros. Durante mi corta estadía en Saint Castle, escuché rumores sobre magos malignos, que estaban amenazando con tomar el reino, y acabar con todos los magos, y al poco tiempo después terminaron por apodarlos Los Magos Oscuros. Siempre pensé que solo era una de las tantas historias ficticias como las que me contaba el Viejo Herrero. Pero no fue así.


Seguía asustado, mi respiración era muy agitada y mis piernas no me obedecían, no tenía a quien recurrir en ese entonces, puesto que nunca tuve un padre o una madre. Lo único que recuerdo es que el Viejo Herrero me encontró cerca de Zekkaria y me crió como si fuera un hijo más, gracias a el pude tener una infancia un poco mas normal, crecí junto a su hijo como si fuera un hermano más, comencé a tener sueños y a ponerme objetivos, me obsesioné con la idea de ser un Mago y desde los 10 años comencé a estudiar el principio de la Magia, siendo capaz recién a los 12 años despertar mi magia interior. Al año siguiente decidí buscar mi destino y comencé un viaje hasta Saint Castle, donde busqué oportunidades para ser el discípulo de algún mago famoso y obtener algún día el título de Mago. Tuve mucha suerte, puesto que llegué a trabajar en el bar de un amigo del Viejo Herrero, otros niños huérfanos suelen tener un destino mucho peor, como esclavos de alguna banda criminal. Pensé que todo iría muy bien pero todo se derrumbó aquel día, y aquellos días en Saint Castle no volverían.

No recuerdo cuanto tiempo estuve parado en aquella calle, no sabía si ir hacia el fuego a ver a las personas del bar, o aprovechar el tiempo de correr junto al resto de las personas, pero fuera cual fuera mi decisión, sabía que no podría llevarla ...

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No recuerdo cuanto tiempo estuve parado en aquella calle, no sabía si ir hacia el fuego a ver a las personas del bar, o aprovechar el tiempo de correr junto al resto de las personas, pero fuera cual fuera mi decisión, sabía que no podría llevarla a cabo, por el miedo que me calaba hasta los huesos. Ese momento fue eterno en mi mente... hasta que un señor con una pañoleta roja en la cabeza detuvo su rumbo con su caballo no muy lejos de mi, me quedo mirando fijamente durante unos 5 segundos, y sin pensarlo dos veces, se bajó y corrió para tomarme del brazo, fuimos de vuelta al caballo como si fuésemos unos criminales en persecución, me subió al caballo, me tapó con una manta que guardaba en la parte de atrás, se tapo la cabeza con la manta que llevaba puesta, como si la pañoleta no fuera suficiente, y partimos rumbo hacia las afueras.

- ¿Tienes un pueblo, niño? - Preguntó aquel hombre que me había salvado.

- ¿Un... un pueblo? - Pregunté sin entender en el momento.

- ¿Que si tienes algún pueblo a donde llegar niño? A donde yo voy no puedo llevarte. No se si ya lo has asimilado pero Los Magos Oscuros se han rebelado contra el Rey, es solo cosa de tiempo para que comience una persecución hacia todos los magos en Raddean, estoy en la boca del león, debo irme de aquí lo antes posible, y tu te debes esconder. - Dijo mientras se quejaba y ordenaba al caballo ir mas rápido.

- ¿Perseguir a todos los magos en Raddean?, entonces yo también corro peligro, aún no soy un mago pero estoy aprendiendo a usar la magia para pelear, ¡Lléveme con usted señor! - Le respondí esperanzado de que me aceptara como su discípulo. Pero su respuesta fue tajante.

- ¿Acaso estoy hablando otro idioma niño? Te dije que a donde voy no puedo llevarte... mira, de donde vengo es un lugar muy peligroso, no podemos llevar ni invitados, ni discípulos, ni hijos.

La noche comenzaba a caer y ahora la iluminación solo llegaba de parte de la luna y las estrellas, hacia atrás ya no se alcanzaba a ver Saint Castle, solo se veía un pequeño sector del cielo rojizo en el horizonte. La respuesta del señor me trajo de vuelta a la realidad y comencé a asimilar el peligro que podían correr el Viejo Herrero, su hijo, y todos los del pueblo...

- Zekkaria. - Dije al señor encapuchado apenas llego el nombre a mi cabeza. - Zekkaria es el pueblo a donde pertenezco señor.

 - Zekkaria es el pueblo a donde pertenezco señor

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Hikari No Maho: Los Magos Oscuros de RaddeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora