6》Gabriel está fuera de sí.

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El sábado, después de que Joey y yo nos bebiéramos una botella de tequila frente a Trevor, volvimos a mi departamento y seguimos bebiendo hasta que nos quedamos agotados de tanto reír y hacer estupideces

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El sábado, después de que Joey y yo nos bebiéramos una botella de tequila frente a Trevor, volvimos a mi departamento y seguimos bebiendo hasta que nos quedamos agotados de tanto reír y hacer estupideces.

Y no quiero ni mencionar la maldita resaca del domingo, hacer mi proyecto fue lo peor de todo, me dolía la cabeza y no podía leer.

Pero ahora ya es lunes. Estoy en mi clase de derecho penal, la maestra está explicando una y otra vez, hasta que llega al punto en qué habla de un asesinato, capturó toda mi atención.

Me planteé la idea de que si podía buscar justicia para la muerte y claro que sí. Pienso hacerlo.

La clase finalizó y me dirigí al almuerzo, Joey me encontró en el camino, el día continuó igual de aburrido sin nada interesante. Iba en mi auto, camino a mi departamento para descansar del día tan pesado de hoy y conciliar el sueño debido a que ayer no pude por la resaca y el proyecto.

Suspiré y el ascensor se abrió en mi piso, unos cuántos pasos para llegar a mi puerta, pero la diferencia era que ahí estaba Tea, recargada en la puerta blanca mirando al lado opuesto a mí.

—¿Tea? —pregunté llamando su atención. La preciosa castaña volteó rápidamente en mi dirección y sonrió.

—Hola —se incorporó y me dio el paso para abrir—. Lo siento por venir sin avisar, solo me quedé con pendiente si estabas bien.

Fruncí el ceño y entonces recordé... no fui con ellos el sábado por la noche. Abrí mis ojos grandes—. ¡Por Dios, Tea discúlpame olvide lo del sábado! Mi amigo Joey tuvo mala noche el viernes y estuve con él.

Ella sonrió y asintió—. No te preocupes —suspiró y miró su celular—. Em, me tengo que ir.

Se veía apurada y como si deseará que no la vieran conmigo, ¿qué estoy haciendo mal? El pasillo está vacío, pero ella se ve impaciente.

—¿Nos vemos después? —le pregunté con una sonrisa.

Me miró a los ojos con esa mirada felina, intensa, pero había algo... se veía distante, apretó los labios en un intento de sonrisa y respondió—. Seguro.

No sonaba segura. ¿Qué le pasa? Desapareció de mi vista como un cohete dejándome sorprendido. ¿La incomode?

Procedí a continuar lo que hacía, una parte de mi tenía que asimilar que Tea era puro misterio y siempre sería así.

■■■

—Estás loco, ¿no? —me preguntó Joey estupefacto y dejó su cerveza a medio camino para mirarme un segundo.

Negué con la cabeza y sonreí—. Tú y yo, sabemos que Trevor necesita justicia y quién mejor que dos abogados de derecho penal.

Me miró fijamente y bajó su cerveza, colocando la en la mesa de centro de mi sala de estar.

ASTARTEA. [1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora