29. VIL ENGAÑO

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Muchas gracias por los comentarios, me anima a seguir subiendo, la historia esta acabada, me falta correguir y resumir capítulos, me ha quedado muy extensa. Muchísimas gracias en especial a dmsj85 y Llecflea, muchisimas gracias por tomaros la molestia de leer y comentar, enserio mil gracias, espero que la disfruteis.

Salvado por Kevin, nunca me alegre tanto de que me interrumpieran

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Salvado por Kevin, nunca me alegre tanto de que me interrumpieran. Dejé a Leah cuando Jezziel acudió con la mezcla de plantas, el moreno gozaba de un conocimiento privilegiado en ese campo a diferencia mía.

Tendría que haber velado por ella, ¿si volvía a cometer esa estupidez? Ir en estos momentos era ponerme un letrero de que sucumbí a los encantos femeninos otra vez.

Después del sermón descomunal por parte de Jezziel, era más pequeño que yo referente en edad, pero su mala hostia era la de un viejo cascarrabias. Fingiendo escucharle paso el mal trago y continuaron sus labores, resumiendo el día ha sido una autentica mierda y según las predicciones la noche se contagiará.

Éramos cuatro destinados a esta misión que cambiaba de objetivos y métodos constantemente, cada uno desempeñábamos un papel diferente. Jezziel era el de la mente más fría y el autor intelectual de todo, Kevin el neutral que se responsabilizaba de nuestros actos, Winston el loco impulsivo que actuaba sin remordimientos y yo el líder de este cuarteto tan disparatado, soy el que sale ileso con los imprevistos y con más experiencias vividas.

Asegurándome de que estuvieran lejos me escabullí a ver a Leah, el pecho se me oprimía ante la idea de que se quitara la vida con éxito. Para mi sorpresa se encontraba de pie observando la ventana, la manta marrón la cubría del helado frío.

Debía cerrar la puerta y alejarme de allí, no era bueno para nadie y menos para ella. Debatiéndome entre lo correcto y la estupidez, opté por la insensatez.

-Gracias -. Nuestros ojos conectaron gracias al reflejo del cristal, su verde intenso se convirtió en un verde apagado con claros indicios de haber estado llorando-. De verdad gracias.

Sentir gratitud por alguien a que usaré como un peón en una batalla de ajedrez me dejaba un horrible sabor de boca. Muy a mi pesar debería engañarla ahora, cada vez veía menos fuerte para enredarla en esta batalla.

-Vamos a olvidar todo -mantuve una distancia prudente-. Ninguno estaba en sus cabales -paseé mis manos por mis húmedos cabellos, reuniendo un valor rompedor comencé la introducción al vil engaño-. Os buscaba antes por petición de Landiel.

Arrugó la frente mostrado confusión, me jugaba todo en esta carta, ahora o nunca.

-¿Landiel? -preguntó muy a la ligera.

-Solicitó mis servicios de intermediario, necesita un favor de vuestra parte, un asunto un tanto privado y peculiar.

En realidad, el favor era para mí, la probabilidad de que viera al mago antes de mi partida era nula, disfrazar la verdad para ofrecérsela más atractiva.

Puede que fuera una idea pésima, no discutí con el resto ponerla en marcha, pero quedarme en este territorio me torturaba, aún tengo varios problemas a los que hacer frente fuera de aquí sin sumarle la rubia tetona.

-Realizáis demasiados favores-giro encarándome, por una milésima de segundo me desoriente.

-Es conveniente tener conexiones, la vida da muchas vueltas.

Fijé mi vista en su delgada muñeca vendada, si me resultaba un día difícil me imaginé él de ella.

-Continuaremos en otro momento, estoy empapado y exhausto, buenas noches que descanséis.

Salí rápidamente, ¿qué me estaba pasando? ¿desde cuándo era incapaz de realizar mi cometido? Sacudí esos pensamientos de mi mente, era la falta de sueño, eso era, me convencí, a estas alturas sabía perfectamente el nombre y apellido de mi drástico cambio, Leah Crysphort.

Irónico el que había caído en un vil engaño a estas alturas era yo, el amor no existía, te debilitaba y terminaba desgarrándote por dentro, convirtiendo al afectado en un muerto viviente, conocía esa sensación a la perfección.

-Buenas -salude a Winston que se desvestía, puede que sea anormal, pero el pelirrojo es un caso paranormal en todos los sentidos.

-Entre nos, ¿Por qué no os escapáis juntos? -. Con su camisa en mano se sentó en su cama con rostro interrogativo.

-Estoy cansado para tus estupideces -era yo el que se deshacía de la ropa ceñida en mí como si se tratara de una capa de piel.

-Mi instinto me dice que vale la pena, no me vengas que es nuestro deber y todo eso, espero que te creas tus embustes, porque yo ni una -se tumbó estirándose con la vista en el techo-. Hay oportunidades que solo ocurren una vez, tal vez debiste de pasar por todo aquello para alcanzar esto.

Muy rara veces se ponía serio, esta una de ellas y menos acertaba de lleno. Nadie se tragaba mis falsas palabras.

-Haremos lo que sea necesario -recordé tumbándome semidesnudo en mi lecho.

-La venganza no trae nada bueno. Ella me gusta para ti, no es como la bruja, a Leah se le ve venir, es directa. Piénsalo, vosotros os vais y el resto nos encargamos.

-Da igual quien caiga, solo importa el propósito.

-No sé quién es peor si Rhocan o tú, cada día te pareces más a ella -. Sin la opción de rechistar se largó dando un portazo. Me he estrujado los sesos en buscar de otra alternativa, Arlime no cedía y las demás no llevaban tanto tiempo con Briseida. ¿qué puedo hacer cuando la suerte ya está echada?

De Cunas AltasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora