Maybe [h.s.]

VI

Después de la charla que tuve con Zum, regresé a mi oficina para que minutos después tocase el horario del almuerzo. No pude encontrar a Ali en todo el receso, puesto que ella olvidó unos papeles en casa y yo solidariamente le preste mi auto para que los recogiera.

Ahora nos encontrábamos en medio de la carretera, cruzando la doble avenida que nos dirigía a la biblioteca del sur de Anchorage. Afuera estaba helando, por lo cual me coloqué mi abrigo que siempre llevo en la parte trasera del Jeep.

- ¿Que tal con Roger? - pregunta Ali mientras yo daba un giro en una pequeña curva.

- Mal, muy mal - resoplo - Harry Styles trabajará conmigo a partir de mañana.

- ¿Mañana? - confirma - Creí que sería más tiempo para que lo puedas conocer de fondo.

- Pues la prensa está angustiada y necesitan de mí para poder estar más seguros.

Ali forma una mueca en su rostro y yo sigo hablando - Y la más mala noticia, que no creo que te agrade, es que se quedará en nuestra casa hasta los próximos seis meses - digo y volteo a mirar a Ali. Ella está con los ojos abiertos como rana.

- ¿Perdón? - Ella, según sus expresiones, está tratando de asimilar mis palabras anteriormente mencionadas.

- Lo que escuchaste, amiga.

- ¿Porque escogimos un trabajo tan mierda como este? No se en que estaba pensando - dice un leve susurro - Creí que sería emocionante vigilar a las personas, pero me doy cuenta que es simplemente estúpido - admite.

- No digas mucho Ali, yo tengo el mismo trabajo que tu - Bufo.

Ali no responde y puedo decir que está lamentándose por escoger esta carrera.

La emisora de la radio está pasando la canción The heart wants what it wants, de Selena Gomez. Amo está canción, pero a su paso, me deprime. Es tan triste ver como las personas se enamoran de la persona equivocada, porque luego no puedes salir de ese gran lío, ya que tu corazón siente que necesita de esa persona, por más incorrecta que sea para ti. El amor es un peligro, que mata si no escoges el buen camino.

- The bed's getting cold and you're not here
The future that we hold is so unclear
But I'm not alive until you call
And I'll bet the odds against it all - Canto un pedazo del coro. Ali me mira con el ceño fruncido, pero luego sonríe y empieza a cantar conmigo.

- Save your advice 'cause I won't hear
You might be right but I don't care
There's a million reasons why I should give you up
But the heart wants what it wants - Terminamos de cantar al unísono.

Unos quince o veinte minutos pasaron, y ya estábamos buscando un lugar en el estacionamiento, aunque fue algo fácil, ya que sólo habían dos coches. Bajamos, y me percato que hay un bosque al lado de la biblioteca, algo que me sorprende. El cielo está demasiado oscuro, y la Luna no se esconde.

Volteo mi vista, y miro hacia el frente. La biblioteca es de madera, se ve algo degradada, pero la luminosidad de sus luces amarillas le dan un toque más moderno. Subimos los cuatro escalones, y al pisar la madera cruje.

Con mi mano, empujo la puerta hacia delante y una campanilla suena. Odio esas campanas, no te permiten tener privacidad, ya que las personas tienes la pésima costumbre de voltear a observar a las personas que entran o salen del local.

Ali se dirigió a un estante del lado lateral del lugar, y yo la seguí con la mirada, para luego tomar rumbo en busca de la zona de novelas. Podría decir que las novelas, de toda clase, son mis favoritas. Es un aspecto maravilloso como el lector puede meterse tanto en la novela, hasta el punto de poder entablar una conversación con el personaje. Yo podría pasarme horas y horas leyendo algo interesante, hasta quedar satisfecha al haberlo terminado. Esa es una mala costumbre mía, cuando leo algo que me atraiga, no puedo soportar terminar el libro en días, semanas, o hasta quizás meses, tengo que terminarlo el mismo día que lo compro. Y eso detesto de mí.

Al estar frente al gran estante, veo que los libros están ordenados en su tipo de genero. En una hilera dice Ficción General, en la de abajo Romance, en la siguiente Vampiros y Hombres Lobo, y en la última Horror. Me estremezco al recordar una novela de terror, que leí hace mucho. Desde esa noche, nunca he vuelto a tocar esa clase de Novelas. Ahora me retracto, no me gustan todas las novelas.

Alzo mi brazo tratando de alcanzar la primera hilera que pertenece a Ficción General, pero se me es imposible, ya que en el intento, algunos libros del mismo estante se caen. Las persona voltean a mirarme, y yo sonrío en modo de disculpas.

Al agacharme para recoger los libros, una figura aparece en mi costado, y yo levanto la vista para encontrarme a un chico cogiendo el libro que yo agarraría. Después, el mismo se agacha para ayudarme. Le veo la cara, pero lo único que contemplo son unas orbes verdes, ya que lleva capucha y una chalina, como el chico del centro comercial. Me alejo instantáneamente y lo miro esperando a que me dirija la palabra, pero no lo hace, por lo cual decido empezar yo.

- ¿Quién eres? - le digo en un susurro, ya que recuerdo que está es una biblioteca.

El chico levanta su cabeza para mirarme directamente a los ojos.

- ¿Quién eres? - pregunta en un tono como si estuviera burlándose - ¿Eso es lo que me dirás?

Su voz. Su maldita voz. Definitivamente es él, y se está burlando de mí. ¿Quién cree que es?

- ¿Quién eres? - insisto ignorando su pregunta.

- Mañana tendremos un día largo ¿Sabes? - vuelve a esquivar la pregunta.

- ¿Qué vas a hacerme, Styles? - Le digo sin buscar rodeos.

- Que directa, Gail - Su ego me dan ganas de salirme de mis casillas, aunque eso es lo que está tratando de hacer, y lo que más me enoja es que está lográndolo.

- Respóndeme - Persisto en mi palabra.

- ¿Yo? Yo no te haría nada, Gail - Miente. Puedo sentir la mentira a un centímetro.

- No me digas Gail, Styles. Me llamo Abigail - Le reclamo. Si me lo dice una vez más, estoy segura que me desmayaré, ya que los recuerdos invadirán mi mente.

- ¿Porque? ¿No te gusta que te llamen así, Gail? - Me siento aturdida y los ojos empiezan a llenarse de lagrimas.

- Imbécil - le digo - Por favor, Harry.

- Está bien, Abigail - ríe - No quiero que te de un paro cardiaco, y mucho menos porque me echarían la culpa.

No puedo evitar mirarlo con odia a una persona sin sentimientos, una persona tan fría. Por más que no sepa el porque no quiero ese diminutivo en mi nombre, no debería insistir. Pero luego recuerdo que es Harry, Harry Styles, uno de los mayores narcotraficantes.

La cabeza de Harry se alza mirando por detrás de mí. Yo volteo y me encuentro que Ali está con una bolsa en mano buscándome por el local.

- Ninguna palabra a nadie sobre esto ¿Entendido? - Dice - O sino-

- ¿O sino qué? - interrumpo.

- Veo que te gusta jugar con fuego, Gail, pero recuerda que el que juega con fuego, termina quemado - Me quedo unos segundos pensando, y al reaccionar, dándome cuenta que él ya se ha ido.

Alguien me toca el hombro y yo giro, viendo a una Alinee completamente confundida.

Un segundo más y casi me le lanzo encima para contarle todo, pero recuerdo la amenaza de Harry. Me siento terriblemente culpable por no contarle nada, pero tampoco quiero más problemas de los que tengo con ese maniático.