Capitulo 9

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-No tenemos tiempo Lu, nos persiguen, tenemos que hacer algo.


- losé, nos conviene trepar ahora mismo y cruzar- exclamó ella.

Le puse la mano debajo del pie  para que se impulsará y llegará a la sima, cuando llegó,  me agarró de la mano fuertemente mientras trepaba con la soga.
Para ese momento las monjas ya habían llegado pero Jack fue de mucha ayuda, mientras yo seguía trepando él le ponía obstáculos para que no llegarán a nosotras. La mayoría se caían fuertemente. Pero para cuándo ellas se habían  reincorporado  yo ya había llegado a la cima.


-Gracias por todo Jack- le digo.


-No hay de qué, disfruten, se que  nos volveremos a ver.


-Te veremos otro día-dijo Lu.


Esa fue nuestra última mirada. Pudimos cruzar del otro lado del muro. No podía creer lo que estaba viendo…



Por fin estábamos afuera del orfanato, en la calle, había gente trabajando, caminando, niños, familias. Ninguna de las dos conocíamos nada de este lado. Un nuevo mundo que no conocíamos durante este tiempo.


-¿Te das cuenta que en algún lugar del mundo está nuestra familia?


-Si. Es hermoso-contesta sin dejar de mirar a todo su alrededor.


-Bueno, ya tenemos que ponernos en marcha. En los archivos están la dirección de cada una de nuestras familias y también la dirección del orfanato-dije mientras empezamos a caminar-. Tenemos mucha suerte por qué podemos saber qué tan lejos estamos. No conozco Absolutamente nada.


-Ni yo… pero podemos pedir indicaciones o no sé, capaz encontremos algún mapa.


-Ya vamos a ver qué pasa, pero hay que partir.


-Sara, tengo un poco de miedo- dice mirándome.


-Lo se, yo igual, pero si estamos las dos juntas no va a pasar nada, peor sería que estemos solas. Si estamos las dos nos vamos a ayudar mutuamente y será más fácil resolver nuestras dudas.


-¿Sabías que estás completamente loca, no?


-jajaja, si… igual que tú-nos abrazamos.


Ambas agarramos los archivos para poder partir. Tenía la sensación de que estábamos lejos de nuestras familias. No sabíamos exactamente. Pedimos indicaciones para todo y leíamos carteles. Por lo visto, mi casa estaba a unas 200 cuadras. Para nuestra sorpresa Lu vivía a una o dos cuadras más que yo. Me causó un gran alivió.
Empezamos a caminar, a caminar y caminar, pedir, leer, y así. La noche llegó y todavía no habíamos llegado, seguramente tardaríamos uno o dos días más. Comimos las provisiones que nos habíamos agarrado y también nos abrigamos. Hacia un poco de frío. Nos instalamos en la calle, en un rincón para no molestar a nadie. Ya estábamos acostadas, íbamos a dormir, estábamos muy cansadas de caminar.


-¿Estás bien?-le pregunto.


-Si, pero tengo miedo.


-¿De qué?


-¿No te pusiste a pensar que pasaría si no nos reciben bien? ¿O no nos quieren ver?


-Si, pero… hay que probar, no nos podemos quedar con la duda. Si no nos van a cuidar ellos por lo menos tenemos que tener alguien a cargo nuestro.


-Un tutor.


-Si o un juez de menores.


-Espero que sigamos juntas.


-Ojalá.


-Ya tenemos que dormir. Mañana será  un día muy  largo.


-Tienes razón.


-Buenas noches.


-Buenas noches.








𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 𝐄𝐌𝐏𝐄𝐙𝐎́ 𝐓𝐎𝐃𝐎...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora