El Diablo En Mi •Michael Langdon X (Tn)•

Rebeldía

Las actividades en el refugio 3 transcurrian con normalidad, cada habitante siguiendo su estricta rutina, inmersos en la ansiedad de conocer los resultados de las entrevistas y finalmente saber quienes habían sido seleccionados para ir al Santuario.

Y esto no pasaba desapercibido para la directriz del lugar, desde que Michael había llegado su autoridad se vió afectada, los púrpuras se volvieron más irritantes y los grises comenzaban a cuestionar sus órdenes.

Tal era el caso de la joven pareja que había infringido una de las reglas más importantes: Timothy y Emily tuvieron relaciones sexuales.

- Esto es muy decepcionante, pero ya saben que es lo que les espera.- Venable observó a los dos jóvenes en ropa interior de pie frente a ella.

- Nada, no nos puede castigar injustificadamente.- La interrumpió el chico.

- Les expliqué las reglas a cada uno cuando llegaron y rompieron una de ellas, esa es justificación suficiente.-

- Reglas tontas que tú inventaste, la Cooperativa no tiene ningún problema con que tengamos sexo.- Habló la morena.

- ¿Quién les dijo eso?- Frunció el ceño. - ¿Langdon?-

- ¡Tiene una maldita computadora en su cuarto!- Tim elevó su tono de voz.
- Mentiste respeto a las reglas.-

- Estás loca.- Añadió Emily.

Con un simple gesto le ordenó a Machete que abofeteara a la chica, no dejaría que le hablaran de ese modo un par de niños insolentes.

- El mundo está cubierto de 7 mil millones de cadáveres y ustedes solo piensan en fornicar.- Negó con la cabeza. - Lléveselos.-

Mead y Machete se llevaron a los dos directo a la cámara de limpieza, los gritos llamaron la atención de los grises que se encontraban cerca, (Tn) era una de ellos.

Venable golpeó dos veces el suelo con su bastón y los pocos grises que habían presenciado aquella escena siguieron su camino, no querían un regaño ahora que la directriz no estaba de buen humor.

- ¿En verdad crees que los maten?- Susurro una gris.

- Si, a la última pareja que hizo eso los asesinaron en la superficie.- Contestó otro gris.

Un disparo hizo eco en todo el refugio, (Tn) escuchó aquello y su preocupación aumentó. La ojiverde camino en dirección contraría a esos dos grises y espero a que Venable regresara a su habitación.

Asomó su cabeza a través del pasillo y vió a la señora Mead recargada en la pared presionando un costado de su abdomen, una sustancia amarilla ensuciaba su uniforme y el suelo.

"La bala fue hacia ella". Pensó la chica, se escondió antes de que Mead la descubriera.

 

- ¡¿Quién anda ahí?!- Escucho los pasos de Mead acercándose a dónde ella estaba.

Corrió sin ver hacia donde se dirigía porque estaba vigilando que Mead no se asomara al pasillo antes de que logrará esconderse.

Chocó con alguien y cuando regreso la mirada al frente se topo con Langdon.

- Michael...- Esté la jalo del brazo entrando a una de las habitaciones de servicio.

- ¿Qué suce...- (Tn) cubrió la boca del rubio con sus manos y espero hasta ver por la rejilla la silueta de Mead alejándose.

- Lo siento.- Retiro sus manos. - Mead casi me ve.-

- ¿Por qué te escondes de ella?-

- Lo que sucede es que descubrieron a Tim y Emily juntos y se los llevaron a la cámara de limpieza, temo que les hayan hecho algo.- Ambos salieron del cuarto. - Tengo que ir a...-

- Espera.- El ojiazul la detuvo. - Yo me encargo.-

- ¿Hablas en serio?-

- Si, dices que ellos estaban... Juntos, ¿No?- Ella asintió. - Entonces no han hecho nada malo, además es divertido molestar a Venable.-

- Una cosa más.- Sujeto su mano antes de que se fuera.

- ¿Qué?-

- Creo que hirieron a Mead.-

- Descuida, estará bien.- Le dio un corto beso en la mejilla y se fue.

Michael fue directo en busca de guardias, cuando los encontró les dio la orden de asegurarse de que los jóvenes que serían ejecutados fueran directo a sus respectivas habitaciones y si alguien se oponía que fuera a su oficina.

En menos de cinco minutos se le notificó que su orden había sido cumplida.

Mientras tanto Mead estaba en su habitación reparando con sumo cuidado los circuitos que habían sido rotos por la bala que la atravesó, debía darse prisa, pues Venable la mando llamar hace unos minutos, tenía el presentimiento de que era sobre lo que quería hablar con ella.

Cuando finalmente estaba lista fue informada de la orden que dio Langdon, se dirigió a la habitación de uno de los chicos.

- ¿Qué quiere?- Preguntó con miedo Timothy.

- Más te vale que no vuelvas a hacer una infracción de ese tipo.-

- Pero Venable no puede...-

- Si estás vivo es gracias a Langdon, pero recuerda que el solo está de paso.- Dijo seria.

No dijo una palabra más y se fue.

Venable esperaba a Mead dando vueltas en su recámara. No sabía que más hacer para recuperar aunque sea una pizca de autoridad, recordaba perfectamente el día que sus antiguos jefes le dieron la espléndida noticia de que dirigiría uno de los refugios, ahora se supone que debería "rendir cuentas" con la Cooperativa y solo deseaba que sus antiguos jefes hayan sido devorados por los mutantes.

Desde un principio Langdon no le agradó, pero ahora lo odiaba con todas sus fuerzas. La había expuesto completamente en su propia oficina y se burló de ella, además de negarle rotundamente la posibilidad de ir al Santuario. Ya no le importaba en lo absoluto cualquier multa o castigo impuesto por la Cooperativa, simplemente quería que Langdon se largará de una vez por todas.

Y tenía la esperanza de que Mead, su única aliada, le ayudará con eso.