¿Cómo olvidar a tu ex? ▪︎Collab w/ MarinetteDupainCh009▪︎

Capítulo 8: Escribele una carta.

A veces, no puedes dejar de pensar en las cosas que no llegaste a decirle antes de romper la relación. Escríbele una carta diciéndole cómo te sientes, lo que crees que salió mal, lo que extrañas de él y lo que no, y cualquier otra cosa que quieras sacar de tu mente. No se la envíes. Colócala en un sobre y ponla en un lugar lejano. No querrás dar la impresión de que eres incapaz de seguir adelante y hacerle saber que aún te aferras a él. Esto te dará una oportunidad para decir todas las cosas que nunca pudiste.

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Se removió en su lugar sintiéndose algo incómoda, trató de girarse pero algo se lo impedía. Abrió un poco los ojos, acostumbrándose a la luz del sol, cuando su vista se aclaró, se encontró al joven guitarrista frente ella.

Tenía los ojos cerrados, sus labios entre abiertos, su respiración era tranquila. Trato de separarse, pero no lo logró, tocó su cintura y notó que el brazo del pelinegro la estaba rodeando, no podía alejarse sin despertarlo.

Vio como el arrugaba la nariz y ella rápidamente cerró los ojos fingiendo estar dormida, estuvo así por un buen rato hasta que sintió la respiración del guitarrista en su oído, haciéndola estremecer.

— Eres hermosa— susurró él.

La azabache sintió como se alejaba de allí, esperó a oír que salía de la tienda para poder abrir los ojos, pero no sucedió. Lo que sintió fue que algo se posaba sobre sus labios, podía identificar que era por su textura.

Luka la estaba besando.

Estuvo tentada a abrir los ojos, pero se contuvo, solo espero, y después de unos segundos, el joven se separó. La euroasiática escuchó la cremallera de la tienda, dando a entender que Luka ya había salido. Ella rápidamente se incorporó en su sitio y llevó una mano a sus labios, recordando la suavidad del beso que recibió hace unos segundos.

No sabía qué hacer, quería hablar con Luka sobre lo que hizo, pero al mismo tiempo quería quedarse callada. Optó por la segunda opción, no quería estar en un situación incómoda con su amigo, pero tampoco podía guardarse eso para siempre, así que luego hablaría con Alya.

Se quedó allí unos minutos debatiendo en si salir o no, no tenía valor para mirar al pelinegro, pero no podía quedarse allí para siempre, tarde o temprano debía abandonar la tienda.

Se asustó al escuchar la cremallera, pero soltó un suspiro de alivio cuando visualizó a su mejor amiga.

— Mari ¿Por qué aún no sales? Los chicos y yo nos pusimos de acuerdo en ir a una cafetería a desayunar.

— Es que… bueno… lo que pasa es que...— la ojizarca respiró profundo, tratando de controlar su lengua— Lo que pasa es que no tengo el valor de ver a Luka.

— ¿Por qué? ¿Qué te hizo?— inquirió la morena con preocupación.

— Luego te explico, no fue nada malo, pero mejor no hagamos esperar a los otros.

La periodista ayudó a la euroasiática a deshacer la tienda de campaña y antes de que el guitarrista se acercara a guardarla, Marinette se alejó. Esto dejó desconcertado al pelinegro, no entendía si había hecho algo malo, hasta que recordó el beso, quizás por eso estaba tan distante, quizás ella estaba despierta y él no se había dado cuenta.

El grupo se dirigió a una pequeña cafetería que estaba a las afueras del bosque, este tenía un aire hogareño y habían unas pocas personas. Afortunadamente encontraron una gran mesa frente a una ventana donde se podía contemplar el paisaje.

Marinette se sentó con Alya y Luka, la morena en medio de ambos, y frente a ellos Juleka, Rose y Nino.

Cuando un camarero atendió su mesa, se decidió por un par de waflles y un zumo de naranja, y después de que el camarero se alejara, la periodista se levantó avisando que iba al sanitario y arrastró a la azabache con ella.