Día 69

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Respiro agitado,
retengo las ganas
de agarrar un cuchillo
y desgarrar mi alma.

Le pido a mi cerebro
que analice esto:
yo no soy malo,
solo estoy indefenso.

Nadie me entiende,
nadie me quiere,
pero yo me entiendo
y yo me quiero.

Me calmo, escribo y sigo,
así es como me mantengo vivo.

Viviendo en poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora